El turismo de jubilados bate récords mientras los trabajadores recortan en viajes por los altos precios
Las pensiones, blindadas frente a la inflación, dejan más margen al consumo frente a unos salarios devaluados.

España, uno de los países más visitados del mundo y cotizado entre los viajeros de cualquier nacionalidad, se está volviendo un destino cada vez más prohibitivo para sus propios ciudadanos. La fuerte subida de precios del turismo y la hostelería que se ha visto en los últimos tres años hace mella en el bolsillo del trabajador.
El año pasado, los trabajadores redujeron el número de viajes que realizaron casi un 7%. En cambio, 2024 fue un año dorado para los jubilados, que batieron su récord de viajes e incrementaron sus desplazamientos turísticos en un 18% respecto a 2023. De los 19,3 millones de viajes que realizaron los jubilados en 2023 se ha pasado a 22,7 millones en 2024. Un boom en toda regla y más en un contexto de precios altos que obliga a los turistas a gastar más que nunca. El blindaje de las pensiones y el creciente poder adquisitivo de este colectivo ha permitido a las generaciones de mayor edad incluso incrementar su actividad turística.
Los jubilados han visto como sus ingresos crecen incluso por encima de lo que marcan los precios del turismo y la hostelería. La pensión media de jubilación es hoy un 27% superior a la de 2019, mientras que los precios del turismo y la hostelería en España han repuntado un 22% en ese mismo periodo. La consecuencia de esto es que la renta que percibe un jubilado le permite consumir más productos turísticos (y en general, de cualquier tipo) que la que tenía antes de la pandemia.

Lo anterior sucede porque el perfil de pensionista de hoy es distinto al de hace cinco años. El colectivo de los jubilados ha sumado nuevos miembros en los últimos años que empiezan cobrando pensiones más altas. Se trata de personas que han tenido carreras laborales más largas, estables y mejor retribuidas que las de sus predecesores. Lo que les da derecho a recibir pensiones más generosas. No en vano, un trabajador que se retira en 2025 lo hace con una pensión inicial que supera de media en un 16% la que tenía un empleado que se jubilase en 2019.
Sueldos devaluados
Con los trabajadores no ha sucedido lo mismo. Si bien es cierto que el sueldo medio en España ha crecido considerablemente desde 2019, no lo ha hecho lo suficiente como para compensar la subida de los precios y, en particular, la de los precios turísticos que ha sido más acentuada que la general.
Un trabajador promedio que se siente frente al ordenador a planificar sus vacaciones de verano o una escapada de fin de semana tiene hoy menos capacidad de compra con su salario que la que tenía antes de la pandemia. Los precios que se encontrará tanto a la hora de reservar alojamiento como si decide salir a comer fuera o a tomar algo superan un 22% los de 2019, mientras que su retribución lo ha hecho un promedio del 18%.
Las consecuencias de esto se reflejan en los datos. Los trabajadores que viven en España realizaron el año pasado siete millones menos de viajes que en 2023. Tras un 2023 de récord con más de 106 millones de desplazamientos, la actividad turística, en lo que a viajes se refiere, se ha reducido a niveles propios de 2017. La cifra es todavía más llamativa si se tiene en cuenta que en 2024 había casi tres millones de personas más trabajando que en aquella fecha.
Aunque hay más trabajadores que cuando llegó el coronavirus, estos hacen menos viajes que en 2019. La losa de los precios turísticos, que llevan tres años seguidos subiendo por encima del 5% cada ejercicio, empieza a pesar cada vez más a un colectivo para el que los salarios no han sido capaces de seguir el ritmo.
La situación del trabajador nacional contrasta también con la del turista extranjero, que llega con más potencia de gasto y puede permitirse asumir la subida de precios. Prueba de ellos es que el año pasado, el turismo internacional volvió a marcar un récord tanto en llegadas como en desembolsos pese a la elevada inflación. El año pasado visitaron España 94 millones de turistas internacionales, que se dejaron 126.000 millones de euros. Unas cifras que supusieron un incremento del 10% en los viajes y del 16% en el gasto turístico.
La salud del turismo es fundamental para el tejido productivo español. Según refleja el Instituto Nacional de Estadística (INE), el sector aporta de forma directa o indirecta más de 2,5 millones de empleos y supone en torno a un 12%del PIB del país.