El streaming recupera la tradición
La llegada de los servicios de streaming cambió la manera de consumir contenido en casa. Adiós al estar sujeto a la programación

Carlos Andrés Mendiola
@carlosamendiola
Todo en todas partes al mismo tiempo.
La llegada de los servicios de streaming cambió la manera de consumir contenido en casa. Adiós al estar sujeto a la programación. Hola al control total, con la posibilidad de dosificar o maratonear. Adiós también a las tiendas de video y la necesidad de salir. Hola, a la comodidad… o, al menos, eso parecía.
Todo al mismo tiempo era la promesa, hoy la realidad es un tanto diferente. Sí, sigue habiendo series que estrenan sus temporadas completas, pero las principales se estrenan o en partes (“Bridgerton” o “Cobra Kai” en Netflix) o bien con un episodio a la semana (“Reacher” en Prime Video”, “The White Lotus” en Max, “Daredevil: Born Again en Disney+). La vuelta a la tradición responde a una serie de factores que denotan los huecos y retos en un modelo de negocio que no termina por cuajar.
Estrenar por parte o bien un episodio o un número limitado de ellos por semana permite que la expectación y el interés se conserven por más tiempo. Es la diferencia entre lanzar una bomba o una serie de bombas a lo largo de los días.
Vaya, un gran ejemplo está en “Luis Miguel, la serie”. La primera temporada, de forma atípica para Netflix, estrenó un episodio cada domingo. Ello permitía que el episodio se convirtiera en el tema de conversación durante la semana, comentando lo que había sucedido y especulando sobre lo que podría suceder.
Incluso daba tiempo a que el tema musical que se había comentado llegara a las listas de popularidad. La temporada tres estrenó todos los capítulos al mismo tiempo. ¿Alguien la recuerda? Son pocos los casos de series que estrenan por completo y que logran un impacto significativo, tienen que ser fenómenos como “Wednesday”, “Bebé Reno” o “Adolescencia”. Un episodio a la vez en automático le da más “vida” a una serie.
Las plataformas están aprovechando esta vuelta al modelo tradicional de televisión que para algunos espectadores puede resultar también menos demandante en tanto no genera la tentación de ver un episodio tras otro y distraerse de otras actividades, lejos de quizás tener que cumplir con expectativas sociales y quedar fuera de la conversación.
Es aplicar el control para quiénes quizás no lo tienen. Da también una sensación de rutina. Por ejemplo, cada domingo por la tarde-noche, Max estrena un episodio nuevo de su serie estelar y así se pasa de “El Pingüino” a “The White Lotus” a “The Lasto f Us”.
Además, hay un aspecto estratégico en términos monetarios: retención de suscriptores. Por ejemplo, “Con esa misma mirada” ha motivado la contratación de Vix+ para ver el tan comentado regreso de Angélica Rivera y su posible romance con su coestrella, Diego Klein.
Es una primera temporada y los ocho episodios pueden verse en un fin de semana. ¿Qué hará que se queden en la plataforma? Bien podrían cancelar y si la serie les gustó suscribirse de nuevo cuando llegue la temporada dos. Salvo que el contenido sea atractivo habría pretexto para quedarse otro mes.
El modelo por episodios de Max, con la nueva serie estrenando a medio mes permite que haya un nuevo interés, una nueva historia que va a la mitad y que justifica se pague el siguiente mes. Es una combinación de hábitos, rutinas y apego que funciona.
La manera de estrenar contenido no es la única estrategia. Está en combinación con otras como la cantidad y cuando la cantidad es justo uno de los mayores retos, insostenible para la mayoría, es una pieza clave. Está en el balance entre lo nuevo, el catálogo y cómo llega.
Está en saber qué vendrá, un área de oportunidad para la mayoría de los streamings que no son tan claros o abiertos como Netflix que anuncia lo que viene en una y dos semanas en la misma plataforma. Así que sin esa falta de claridad y con una mayor necesidad de ganchos, la tradición regresa y los hábitos, que dan tranquilidad, se asientan.
¿El diferenciador ha muerto?