El pueblo medieval de Burgos con su increíble monasterio que es una joya del románico
Este rincón burgalés es conocido en el mundo por su impresionante monasterio cuyos monjes benedictinos han convertido el canto gregoriano en un símbolo de paz y espiritualidad
Salir de la ciudad, escapar del ruido y las prisas y desconectar unas horas del ritmo frenético que llevamos es más que un deseo; a veces, es una necesidad. Por suerte, hay lugares que parecen diseñados para esos momentos en los que buscamos calma, historia y belleza sin artificios y algunos de ellos los tenemos más cerca de lo que pensamos.
Santo Domingo de Silos, en la provincia de Burgos, es uno de los mejores ejemplos. Su monasterio benedictino, donde los monjes elevan sus voces en un canto gregoriano que ha traspasado fronteras, es el alma de un pueblo que invita a detenerse, respirar hondo y dejarse llevar por el ritmo pausado de la vida rural.
El monasterio de Santo Domingo de Silos es el corazón del pueblo y un referente del arte románico en España
El monasterio de Santo Domingo de Silos es el corazón del pueblo y un referente del arte románico en España. Fundado en el siglo X y reformado en el siglo XI bajo la dirección del abad Domingo Manso, el monasterio ha sido testigo de siglos de historia y ha mantenido viva su esencia espiritual hasta hoy. Su claustro es una auténtica joya, con sus característicos capiteles esculpidos que narran escenas bíblicas y muestran un nivel de detalle excepcional.
Fama mundial
Más allá de su valor arquitectónico, Silos es mundialmente conocido por el canto gregoriano de sus monjes benedictinos. Su tradición musical ha trascendido fronteras, con grabaciones que han llevado su armonía a miles de oyentes. Asistir a uno de sus oficios es una experiencia única: el eco de las voces en la iglesia, la luz tenue y la solemnidad del momento transportan al visitante a otra época, donde la paz y la espiritualidad lo envuelven todo. Para experimentar esto en directo solo hay que acudir a la misa diaria de las nueve de la mañana en días laborables o a las once en domingos y festivos.
Hay más
Pero, más allá de la espiritualidad que impregna los muros del monasterio y la fama de sus cantos gregorianos, este rincón castellano es también un destino por el que pasear y perderse entre sus calles. Y es que el pequeño y pintoresco Santo Domingo de Silos es el complemento perfecto al monasterio, un pueblo que conserva su esencia medieval y se despliega a través de calles empedradas, casitas de piedra y rincones llenos de historia. El puente medieval sobre el río Uceda y la Plaza Mayor, con su arquitectura típica castellana, son algunos de los lugares más representativos del pueblo.
Y un extra
Para completar una escapada de calma y relax nada como un buen paseo entre la naturaleza y este pequeño pueblo está muy bien rodeado. Para una ruta sencilla y familiar, el Parque Natural de la Sierra de la Demanda es la mejor opción. Si se busca un plan más aventurero, el cercado desfiladero de Yecla siempre sorprende.
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