El Parador en un antiguo convento con las mejores vistas de Cuenca

Este hotel de 4 estrellas junto a la hoz del río Huécar nos espera con su esencia histórica, su piscina exterior y su restaurante de cocina regional manchega.

Feb 18, 2025 - 20:29
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El Parador en un antiguo convento con las mejores vistas de Cuenca

La ciudad de Cuenca puede considerarse una de las más bonitas de España. La perspectiva de las Casas Colgadas sobre la hoz del río Huécar enamora a locales y turistas, al igual que su colorida Plaza Mayor, la catedral gótica y el Puente de San Pablo. A ello se suman los valores naturales que la rodean, como las hoces de los ríos Júcar y Huécar, el Parque Natural de la Serranía y la Ciudad Encantada.

Otro de los puntos de interés de la urbe castellanomanchega es el antiguo Convento de San Pablo, un edificio con siglos de antigüedad que a día de hoy funciona como Parador de Turismo. El alojamiento mantiene la esencia histórica del cenobio, sin renunciar a las comodidades de un hotel de 4 estrellas.

El Convento de San Pablo

El Convento de San Pablo empezó a construirse en el año 1523 para la orden de los dominicos por parte de los hermanos arquitectos Juan y Pedro Alviz, "que le confirieron una estructura gótica y una decoración renacentista", explican desde Patrimonio de Castilla-La Mancha. El edificio está compuesto por una iglesia, un claustro y las estancias adyacentes que datan de épocas posteriores.

Si hablamos concretamente de la iglesia, esta cuenta con una sola nave, varias capillas, bóvedas de crucería y una fachada del siglo XVIII. Además, en la actualidad, el templo acoge el llamado Espacio Torner, un museo de arte con cuarenta importantes obras del pintor y escultor Gustavo Torner. Así, se crea un atractivo conjunto que combina la arquitectura de la iglesia con el despliegue del artista conquense.

Así es el Parador de Cuenca

El Parador de Cuenca, situado en una ubicación privilegiada frente a las Casas Colgadas, nos sorprende con su "fusión decorativa entre tradición y contemporaneidad". En su interior veremos espacios tan únicos como el antiguo claustro acristalado y la cafetería ubicada en lo que fue la capilla del convento. A ello se suma una gran piscina exterior con unas vistas impresionantes de Cuenca.

Además de sus 63 habitaciones, no podemos olvidar su restaurante de cocina regional manchega, "que se caracteriza por la sencillez y la originalidad", detallan desde la web de Paradores. Así, en el antiguo refectorio de los monjes, los comensales se deleitarán con platos típicos como los zarajos de cordero, las migas, el ajoarriero, el morteruelo y el meloso alajú. Y para finalizar con algo dulce, helado de queso artesano o tocinillo de cielo con gelatina de gin tonic.

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