El Gobierno se juega una última carta para tratar de desactivar el paro general de la CGT
Altas fuentes de Casa Rosada buscan mitigar los anuncios de la central sindical. Afirman que actuaron bajo presión, pero son pesimistas sobre las posibilidades de tener éxito

La Casa Rosada analiza llamar a las autoridades de la Confederación General del Trabajo (CGT) a los fines de desactivar el paro general que fue anunciado este mismo jueves para el próximo 10 de abril. En el Gobierno entienden que la cúpula sindical actuó presionada por el contexto de las marchas por los jubilados que ocurrieron estos últimos dos miércoles, pero existen pocas posibilidades de persuadirlos para que minimicen las medidas de fuerza.
Así lo reiteraron fuentes inobjetables de Balcarce 50 durante esta tarde. "Semana que viene vamos a tratar de conversar con ellos", indicó uno de ellos fuera de los micrófonos. La idea es convocar a los principales alfiles de la organización cegetista, tal y como sucedió en septiembre del año pasado, cuando Guillermo Francos y Santiago Caputo recibieron a más de una decena de sus dirigentes para bajar los ánimos de una nueva fecha de paro.
En aquella oportunidad se pretendió conformar una instancia de diálogo para poder continuar negociaciones fluidas. Pero eso no terminó por suceder del todo, aunque el jefe de Gabinete y el asesor presidencial siguieron recibiendo -a cuentagotas- a los dirigentes que fueron pidiendo audiencia o hablando telefónicamente con los mismos.
Atravesados por las marchas recientes, el Gobierno pretende reactivar el diálogo en búsqueda de aplacar un nuevo intento de movilización y de paro general de la CGT o, al menos, mitigar alguna de las dos posibilidades. "Es una sobrerreacción de su parte. Hace tiempo que no se habla y estaría bueno que se dé esa instancia", indican en un alto despacho de la Casa Rosada. La cúpula de la CGT abandonando la Casa Rosada a pocas semanas de que Milei asumiera la Presidencia
Desde esas mismas oficinas también reconocen que es poco probable que la CGT pueda dar marcha atrás, ya que configuraría un giro costoso para la ya cuestionada conducción sindical.
Y es que la central gremial ya decidió que avanzarán a una estrategia más confrontativa con el Gobierno. La relación entre ambos se había desgastado meses atrás cuando el Ministerio de Economía impartió la directiva de no firmar la homologación de paritarias que superaran la pauta inflacionaria. Además, los funcionarios desreguladores del gobierno insisten con la eliminación de la cuota sindical, lo que perjudica fuertemente las cajas de los gremios.
En esos diálogos constantes aparece el secretario de Trabajo, Julio Cordero, que no tiene en carpeta lanzar una reforma laboral en el corto plazo. Esos planes también se ven coartados por la cercanía que hay con el cierre de alianzas y candidaturas a nivel nacional (será en agosto) y los diferentes comicios provinciales que habrá en las próximas semanas. La política se irá separando del plano legislativo para enfocarse en lo electoral.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, se refirió a este tema en su habitual conferencia de prensa celebrada hoy. "No hay nada que amerite a un paro", planteó, afirmando que los gremios "buscan hacerle un daño al gobierno". "Es el gobierno que más rápido sufrió un paro nacional, a los pocos días de la asunción, (las medidas de fuerza) son para defender intereses propios, nada amerita un paro", recordó el vocero, destacando que "se están corrigiendo cuestiones de la herencia como la inflación... pero ellos eligen marchar". El vocero presidencial, Manuel Adorni, en su conferencia de hoy
Esta jornada la CGT resolvió movilizarse el 9 de abril y llamar a un paro general al día siguiente, 10 de abril. Antes que ello, la mayor central sindical se sumará a la tradicional movilización del 24 de marzo por el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia.
Por la mañana, desde el Gobierno se anticiparon a la oficialización de la medida que ya había anunciado uno de los triunviros, Héctor Daer, en el marco del último congreso de la UTEP la semana pasada. Allí se había comunicado la intención de concretarla en algún momento antes del 10 de abril, tras lo cual circuló de manera extraoficial la fecha del 8 que el propio dirigente negó. La reunión del Consejo Directivo de la CGT
El ala de la central obrera más opositora al Gobierno fue la que motorizó un planteo para que los jefes sindicales declaren una nueva medida de fuerza, luego de los dos paros realizados el 24 de enero y el 9 de mayo, en los inicios de la gestión libertaria. De hecho, los ánimos puertas adentro de la CGT subieron de tono luego de la marcha de protesta del miércoles de la semana pasada, que estuvo marcada por violentos enfrentamientos entre la policía y los manifestantes.
La Unión de Tranviarios Automotor (UTA), liderada por su secretario general Roberto Fernández, confirmó ya que los colectiveros se sumarán al próximo paro general dispuesto por la CGT para el 10 de abril. Mientras que La Fraternidad también informó que posiblemente tampoco haya servicio de trenes ya que el gremio de maquinistas planea adherir a la medida de fuerza. De no revertirse esta decisión de los gremios del transporte, la medida de fuerza podría sentirse con fuerza.