El delirante plan del PSOE: incluir el catalán y el euskera en la Agenda 2030 contra el cambio climático
El PSOE quiere que la Organización de Naciones Unidas (ONU) incluya entre los objetivos de la Agenda 2030 la protección de las lenguas minoritarias, como las cooficiales en España (catalán, euskera y gallego) para que, de esta manera, puedan «preservarse y consolidarse».Con motivo del Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el … Continuar leyendo "El delirante plan del PSOE: incluir el catalán y el euskera en la Agenda 2030 contra el cambio climático"

El PSOE quiere que la Organización de Naciones Unidas (ONU) incluya entre los objetivos de la Agenda 2030 la protección de las lenguas minoritarias, como las cooficiales en España (catalán, euskera y gallego) para que, de esta manera, puedan «preservarse y consolidarse».
Con motivo del Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo, que se celebra el próximo 21 de mayo, los socialistas quieren llevar al Pleno del Congreso una proposición de ley animando al Gobierno a trabajar, de la mano de Naciones Unidas, en aras del reconocimiento y de la inclusión de la protección cultural y lingüística en el seno de la Agenda 2030.
Lo delirante del plan es que la Agenda 2030 es la hoja de ruta diseñada por la ONU para el «desarrollo sostenible del planeta» en perspectiva ecologista y combatir el cambio climático. El PSOE considera ahora que la «sostenibilidad» también tiene que extenderse a las «lenguas minoritarias» y que, por ello, la ONU debe incluir la «protección» del catalán, del euskera y del gallego entre las prioridades de la Agenda 2030.
Según defienden en el texto los socialistas, ante la «creciente polarización» que se está produciendo a nivel internacional, «son necesarias más herramientas con las que hacer frente a los estereotipos». «Superar la división entre las culturas es urgente y necesario para la paz», inciden.
A su juicio, uno de los mayores exponentes de la diversidad, es la «diversidad lingüística» porque «las lenguas no están enfrentadas, aunque haya quien las utiliza siempre como arma arrojadiza». Por ello, consideran que es «crucial» tanto promover el aprendizaje de las lenguas hegemónicas como otorgar a las lenguas minoritarias el «espacio vital» que necesitan para poder preservarse y consolidarse.
La iniciativa que el PSOE quiere plantear ante la ONU con el respaldo del Congreso, se enmarca en las cesiones del sanchismo a sus socios independentistas que llevan años exigiendo al presidente del Gobierno la inclusión del catalán y el euskera en los foros internacionales al máximo nivel.
Los socialistas buscan así contentar a sus socios de los que Sánchez depende para seguir instalado en La Moncloa: Bildu, PNV, ERC y Junts. En el caso del gallego, contenta al BNG, que forma parte de Sumar, liderado por la comunista gallega y vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz.
Agenda 2030
El nacimiento de la Agenda 2030 surge como respuesta a la necesidad de abordar los desafíos mundiales más apremiantes, como la pobreza, la desigualdad, el cambio climático, la degradación ambiental o la falta de desarrollo sostenible. Entre los objetivos de la Agenda 2030 hay 169 metas que deberán ser cumplidas para ese año. Metas que no se conseguirán sin la participación de todas las partes de la sociedad: gobiernos, empresas y sociedad civil.
Lo cierto es que, a día de hoy, ninguno de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) ha llegado a cumplirse. Únicamente, alrededor del 15% de las metas de los ODS van por buen camino, el 48% lo hacen de forma moderada y más de una tercera parte, el 37%, muestran un estancamiento o un retroceso.
Mientras tanto, el Ministerio de Transición Ecológica, del que dependen las confederaciones hidrográficas competentes en conservación y mantenimiento de cauces, siguen sin actuar en los cursos de ríos y barrancos que constituyen un objetivo riesgo para las poblaciones en caso de riadas, como ocurrió en la mortífera DANA de Valencia.
De hecho, cinco meses después de esa tragedia, siguen abandonados cauces como el del letal barranco del Poyo, que tras la DANA ha visto deteriorado su curso, lo que ha multiplicado su potencial de riesgo en caso de nuevas lluvias torrenciales.