El castillo de la República Checa que aguardó una imagen de la Virgen de Montserrat en su capilla
Situada a apenas una hora de la ciudad de Praga, esta maravillosa fortaleza de casi 800 años guarda una curiosa relación con España, y además es una de las grandes joyas arquitectónica del centro de Europa.

República Checa es un país absolutamente fascinante, aunque la gran mayoría de turistas que viajan desde España a la nación del centro de Europa se quedan en la ciudad de Praga. Quienes deciden hacer alguna excursión fuera de la urbe optan por visitar otras capitales continentales cercanas, como Budapest o Viena, en vez de explorar alguno de los maravillosos rincones checos de una belleza impresionante. Ejemplo de ello son las increíbles fortalezas que hay repartidas por todo el territorio.
Uno de los grandes fortines checos que no está muy lejos de Praga es el sublime Castillo de Bezdez, uno de los más importantes de todo del país. Con casi ocho siglos de historia, esta impresionante fortaleza ubicada al norte de la región de Bohemia es un símbolo de República Checa, ya que su relevancia a lo largo del tiempo todavía se puede comprobar en sus paredes. Además, tiene una estrecha relación con España, ya que durante años albergó una talla muy especial.
El castillo de Bedzez, una joya gótica rodeada de bosque
El castillo de Bezdez se erige sobre un cerro de la región de Liberec, cerca de la localidad que da nombre al fortín, y su construcción comenzó allá por el siglo XIII bajo el mandato del rey Otakar II de Bohemia para vigilar y proteger las importantes rutas comerciales que pasaban cerca de la fortaleza. Consta de una sobresaliente torre, una capilla y un palacio que, a pesar de no estar intactos, siguen manteniendo el esplendor que tuvieron hace casi 800 años.
Durante siglos, el fortín se convirtió en uno de los más importantes de la zona y en un auténtico icono, aunque todo se vino al traste en el siglo XVII con la Guerra de los Treinta Años (1618-1648). Con la contienda, se inició un proyecto para que el castillo pasase de ser una residencia real a una fortaleza militar, aunque finalmente se paralizó la reforma y unos años después se optó por darle un uso radicalmente distinto y que guardaba una conexión casi inimaginable con España.
El castillo de Bezdez y la Virgen de Montserrat
La devoción por la Virgen de Montserrat se extendió por el centro de Europa en el siglo XVI, sobre todo gracias a María Ana de Austria (hija de Felipe III de España), esposa del emperador Fernando III de Habsburgo. Esto, sumado a que durante la Guerra de los Treinta Años el castillo cayó en manos de Alberto de Wallenstein, un importante militar del bando imperial, hizo que en 1666 la fortaleza se convirtiera en un monasterio para la orden de los benedictinos que veneraban a la 'Virgen Negra'.
Los monjes llevaron a la capilla gótica del castillo de Bezdez una talla de 'La Moreneta', lo que convirtió a la fascinante fortaleza en un concurrido lugar de peregrinación durante casi un siglo, hasta que el emperador José II decidió cerrar el cenobio en el año 1785. Desde entonces, fue quedándose en ruinas de manera progresiva, aunque aun así inspiró a numerosos artistas, como el poeta romántico checo Karel Hynek Mácha.