El estruendo de la explosión marcó un antes y un después. En cuestión de segundos, la casa de una familia palestina en Gaza quedó reducida a escombros. De un segundo al otro todo cambió y, con sus hijos en peligro y sin perspectivas de una vida segura en el campo de desplazados en el que acabaron, recurrieron a una vía inesperada: solicitar que se les concediera el asilo a través de un programa de reasentamiento diseñado por el Gobierno británico para refugiados ucranianos . Su esperanza estaba puesta en el hermano del padre, que reside en el Reino Unido desde 2007 y posee la ciudadanía británica, y con quien buscaban reunirse para reconstruir sus vidas. Ahora, un juez de inmigración...
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