¿Disciplina o puro privilegio? La irreal ‘Morning Routine’ que está siendo la burla del internet

En los últimos días, el nombre de Ashton Hall ha tomado por asalto las redes sociales gracias a un video en el que detalla su morning routine o rutina matutina. Este influencer de fitness y exjugador de la NFL comparte un itinerario que comienza a las 3:52 a.m. e incluye actividades como sumergir su rostro en agua helada, cepillarse los dientes con agua embotellada, escribir en un diario, ver videos motivacionales, correr en la caminadora, nadar en una piscina en la azotea y aplicar cáscaras de plátano en su piel, todo esto antes de las 9:30 a.m.

¿Disciplina o privilegio? El trasfondo de la irreal ‘Morning Routine’

Aunque Hall presenta esta rutina como la clave para el éxito y la productividad, no podemos ignorar el mensaje subyacente que transmite. ¿Realmente esta es la fórmula para ser productivo? Más bien parece una representación de lo que solo algunas personas con privilegios pueden lograr, como un influencer que puede organizar su día según sus caprichos. Si tienes tiempo para nadar en una piscina en la azotea, lo más probable es que no estés lidiando con las dificultades cotidianas de la mayoría.

The morning routine pic.twitter.com/HLhpwpKib8

— Tips For Men – Fashion | Essentials | Luxury (@tipsformenx) March 20, 2025

Para muchas personas, las mañanas consisten en un café apresurado, carreras para tomar el transporte público y un sinfín de responsabilidades que no dejan espacio para esa supuesta “disciplina” perfecta. El hecho de presentar esta rutina como algo ideal a seguir ignora las diferencias socioeconómicas y las limitaciones de quienes no tienen tiempo o recursos para replicarla.

Este tipo de contenido refleja una desconexión alarmante entre algunos influencers y la vida de la mayoría de las personas. Promover horarios estrictos y actividades extremas puede ser desalentador para quienes deben equilibrar trabajo, familia y demás responsabilidades.

Si Hall y otros influencers insisten en que este tipo de rutina es el secreto para alcanzar el éxito, se están perdiendo de vista las diversas realidades de quienes no tienen la misma libertad de tiempo. La imposibilidad de acceder a esta “perfecta rutina” solo genera frustración y sentimientos de insuficiencia en aquellos que tratan de imitarla.

Es como si nos estuvieran vendiendo la idea de que para lograr el éxito hay que ser ricos y tener tiempo ilimitado, algo que, evidentemente, no todos tenemos.

Los memes que reflejan la verdadera rutina de muchas personas

Mientras Ashton Hall muestra su rutina perfecta, las redes sociales no han tardado en hacer memes que reflejan la verdadera vida de la mayoría. Ya no son pocos los que se burlan de estas rutinas inalcanzables, y lo hacen con un sentido del humor que es tanto liberador como realista. La gente se ríe de sus mañanas viajando en metro, desayunando un pan seco mientras el jefe manda emails urgentes y la única motivación que tienen es intentar sobrevivir al día.

Estos memes, lejos de ser solo bromas, son un reflejo de la realidad diaria de quienes no tienen tiempo para prepararse con 30 minutos de meditación ni para hacer yoga en la azotea. Son una forma de resistencia contra las falsas aspiraciones que las redes sociales imponen. Nos están diciendo que, en realidad, nuestras rutinas son válidas, aunque no sean perfectas ni glamorosas. Porque, al final, la vida real no siempre se puede encajar en una rutina de Instagram.

Mientras que la disciplina y la dedicación son cualidades que debemos admirar y fomentar, es necesario cuestionar la idealización de la perfección que encontramos en las redes sociales. Las rutinas de muchos no incluyen 30 minutos de cardio a las 5 a.m., pero sí un desayuno apresurado, un rato con la familia y luego horas frente a una computadora. Esas rutinas también merecen ser celebradas, porque no necesitamos aspirar a un modelo de vida inalcanzable para tener éxito o bienestar.

Así que, mientras los memes siguen riéndose de las rutinas utópicas que nos venden, tal vez sea hora de aceptar que la vida real no necesita ser perfecta. Quizás lo único que necesitamos es ser más empáticos con nuestras propias realidades, encontrar lo que funciona para nosotros y dejar de compararnos con imágenes que solo buscan vender una idea de éxito que solo unos pocos pueden alcanzar.

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