De dar techo a ajustar las subidas de los salarios: el papel de las empresas para mejorar el acceso a la vivienda
"Igual que las universidades tienen residencias, las grandes empresas pueden desarrollar proyectos inmobiliarios"

La vivienda encadena tres meses siendo posicionada por los españoles como el principal problema del país. Esta preocupación, recogida en el CIS, da cuenta de las dificultades que una parte importante de la población encuentra para pagar el alquiler o para comprar un piso, sobre todo en grandes ciudades y zonas turísticas. El encarecimiento de la vivienda se está comiendo las subidas de los sueldos y asfixia el bolsillo de los trabajadores. Pero el problema empieza a llamar también a la puerta de las empresas, a las que un reciente informe de la Fundación PwC y el Círculo de Empresarios invita a tomar cartas en el asunto y explorar vías para facilitar el acceso a la vivienda incluso ofreciendo techo para sus empleados. Los sindicatos recalcan que la clave está en la actualización de los salarios y en la intervención de las administraciones.
"El problema de la vivienda está empezando a preocupar cada vez más a las empresas, porque está dificultando la movilidad, que el talento vaya a donde las empresas lo necesitan", explica a 20minutos Jordi Esteve, socio responsable de Economics en PwC y coautor del estudio Juventud y Empresa elaborado en colaboración con el Círculo de Empresarios, en el que se apunta al impacto de la actual crisis habitacional sobre las empresas a la hora de encontrar trabajadores, sobre todo en zonas como las grandes ciudades, que tradicionalmente han sido los grandes polos de empleo y donde los precios del alquiler y la vivienda se han disparado.
El informe elaborado por PwC y el Círculo de Empresarios apunta a que buscar fórmulas para facilitar el acceso a la vivienda por parte de los empleados puede ser un atractivo para las compañías. Plantea una serie de recomendaciones que van desde ofrecer fórmulas de retribución flexible en las que se subvencione una parte del alquiler o de la hipoteca a promocionar directamente la construcción de edificios residenciales para los trabajadores. "Igual que las universidades tienen residencias de estudiantes, las grandes empresas pueden desarrollar proyectos inmobiliarios donde sus propios empleados tengan preferencia para alquilar o comprar", explica Esteve acerca de la propuesta. "Tiene que ser una situación de beneficio mutuo, que para la empresa no sea hacer negocio sino una forma de atraer talento y para el trabajador sea una manera de solucionar el problema de la vivienda", aclara.
La idea recuerda a colonias industriales surgidas en los siglos XIX y XX en torno a las fábricas o las minas, lo que acabó dando lugar a nuevos núcleos de población que se nutrieron de la llegada de mano de obra desde distintos puntos del país. Fue el caso, por ejemplo, de Ciudad Pegaso, una colonia creada durante el franquismo a las afueras de Madrid, en el actual distrito de San Blas-Canillejas, en torno al epicentro de la Empresa Nacional de Autocamiones (ENASA). "No creo que vayamos a volver a ver algo tan exagerado, porque la sociedad es distinta. En ese momento la empresa se hacía cargo de todo. Ahora se da por entendido que las personas se organizan ellas individualmente para solucionar sus necesidades, pero la empresa sí podría ejercer de facilitador", matiza el socio responsable de Economics en PwC.
Una solución "transitoria"
Ofrecer alojamiento a los trabajadores de temporada es algo que ya han empezado a hacer algunas cadenas hoteleras en zonas turísticas como Baleares o Canarias, donde los empresarios llevan varios años denunciando problemas para cubrir vacantes por el elevado precio de la vivienda y ya no solo reservan parte de sus habitaciones para el personal sino que han empezado incluso a comprar inmuebles a tal fin, como hizo a principios de año Meliá en Menorca, por ejemplo. Desde los sindicatos, tanto UGT como CCOO, subrayan que la situación es crítica. "Hay trabajadores que ni con contrato y convenio son capaces de alquilar una habitación", denuncian. Reconocen que facilitar alojamiento puede ser una solución para estos casos, pero descartan que sea una solución generalizable y recuerdan que el problema de la vivienda va más allá.
"Para trabajos permanentes la solución no puede ser tan transitoria", valora a este periódico el vicesecretario general de política sindical de UGT, Fernando Luján, que recuerda que el contexto ha cambiado completamente con respecto al momento en el que se desarrollaron las colonias industriales. "En el siglo pasado, uno empezaba a trabajar en una empresa y cuarenta años después se jubilaba en esa misma empresa. Ahora la permanencia media se ha acortado mucho y una solución transitoria de ese tipo podría ampliar los problemas a futuro", explica. "¿Qué ocurre cuando la persona cambia de trabajo o en situaciones de crisis de las empresas? ¿Se tendría que considerar retribución en especie? ¿Cómo afectaría al salario en metálico? Perder el puesto de trabajo podría suponer una gran situación de angustia", añade, recalcando el derecho de los trabajadores de forjarse una estabilidad más allá de la vinculación con una u otra empresa en un momento de su carrera profesional.
Presión sobre los salarios
Para los sindicatos, la forma de mejorar el acceso de los trabajadores a una vivienda pasa por la subida de los salarios. El precio medio del alquiler se sitúa actualmente en España en 13,8 euros por metro cuadrado, según los últimos datos de Idealista. Esto se traduce en que arrendar un piso de 70 metros cuadrados supera ya los 950 euros mensuales. La cuantía se dispara por encima de los 20 euros por metro cuadrado en grandes ciudades como Madrid y Barcelona. Solo en el último año los alquileres se han encarecido un 11,8% de media, un alza que casi cuadruplica la subida salarial media del 3,1% pactadas en convenio el año pasado, según datos del Ministerio de Trabajo. Y la compra no es una opción mucho más asequible, con precios no vistos desde la burbuja inmobiliaria.
"Todas las mejoras de los salarios que se han ido consiguiendo a partir, sobre todo, de la reforma laboral están siendo totalmente engullidas por el precio de la vivienda y del alquiler", reconoce el vicesecretario general de política sindical de UGT, que advierte de que esta situación "está arrastrando a situaciones de pobreza a los trabajadores ya no con los niveles salariales más bajos sino incluso medios". "Si no queremos arrojar a la exclusión a sectores cada vez más amplios de la población, tenemos que afrontar desde la negociación colectiva el problema de la vivienda relacionado con los salarios", añade, apostando así por idear "propuestas imaginativas" para que en las subidas retributivas se tenga en cuenta de algún modo el impacto de la vivienda, como ya se contempla en ocasiones, por ejemplo, la evolución del IPC.
Fuentes de CCOO coinciden en que la principal herramienta para facilitar desde las empresas el acceso a la vivienda son los salariales y cavilan la posibilidad de reclamar 'pluses de vivienda' en zonas donde la situación es especialmente compleja, aunque reconocen que en la práctica la crisis habitacional todavía no se ha colado en la negociación colectiva y que plasmar en los sueldos el encarecimiento íntegro de los pisos es inviable. "El malestar social indudablemente se terminará trasladando a las reivindicaciones salariales. Ahora bien, aunque sí se puede hacer presión para que los salarios suban, el acceso a la vivienda no lo va a arreglar la negociación colectiva", matizan desde el sindicato, subrayando que la acción de todas las administraciones públicas, y especialmente de las comunidades, es imprescindible para atajar el problema.