Davidovich tampoco encuentra premio a la tercera: «Lo bueno se hace esperar y hay que luchar por ello»
Había pasado tres años sin jugar una final, Montecarlo 2022, y Alejandro Davidovich ya ha acumulado dos en los primeros dos meses de 2025. Una confirmación de que el trabajo sigue el camino apropiado, pero que quiere redondear por fin con su primer título. Por el momento, Stefanos Tsitsipas lo dejó sin premio en el Masters 1.000 monegasco; Miomir Kecmanovic le arrebató el trofeo en Delray Beach hace dos semanas, y este fin de semana, en el ATP 500 de Acapulco, fue Tomas Machac, 24 años, quien le negó la alegría completa (7-6 (6) y 6-2). «Lo bueno se hace esperar», admitía el malagueño dándose otra oportunidad para el futuro. El español, 48 del mundo, no pudo con el soberbio saque que desplegó el checo, que completó once 'aces' y ganó el 95 % de los puntos que se jugaban con su primer servicio (37 de 39). Un porcentaje demoledor para las aspiraciones de Davidovich cuando se jugaba al resto. No obstante, consiguió llevar el primer set hasta el 'tie break', pero ahí Machac tuvo algo más de paciencia y consistencia y se llevó la ventaja a su marcador. A pesar de ese gran servicio, el buen trabajo de Davidovich (20 ganadores, 31 errores) le ofreció una oportunidad de rotura en el segundo juego del segundo capítulo, pero el checo no se dejó sorprender y apagó la opción para volverse todavía más peligroso. Al malagueño se le acabaron las ideas, y las fuerzas, y sucumbió a partir de ahí al desánimo, como ya le había pasado hace dos semanas en Delray Beach. En aquel torneo, Davidovich tuvo incluso dos bolas de partido ante Kecmanovic, pero no pudo atraparla. Esa opción perdida le lastró el resto del encuentro, pues no pudo afianzar su ventaja de 5-2 y vio cómo el serbio volvía a sacar todo su arsenal de latigazos para, poco a poco, minar su confianza y darle la vuelta al marcador. En Acapulco, la mano de Davidovich también tembló demasiado después de no haber conseguido la oportunidad de 'break' con 2-1, y Machac encadenó cinco juegos consecutivos para volver a dejar al español con el trofeo de finalista. «Ha sacado increíble y no había manera de encontrarle fallos con su primer saque. He intentado seguir ahí por si tenía un bajón, pero ha sido imposible», analizaba. Aunque con la sensación de que hay tenis para alcanzar una tercera oportunidad en este 2025 y pelear de nuevo por ese primer título ATP. Por el momento, está décimo en el ranking del curso tras estas dos finales, en Delray Beach y Acapulco. «Llego con confianza a los dos Masters 1.000 que vienen (Indian Wells y Miami)», advierte.
Había pasado tres años sin jugar una final, Montecarlo 2022, y Alejandro Davidovich ya ha acumulado dos en los primeros dos meses de 2025. Una confirmación de que el trabajo sigue el camino apropiado, pero que quiere redondear por fin con su primer título. Por el momento, Stefanos Tsitsipas lo dejó sin premio en el Masters 1.000 monegasco; Miomir Kecmanovic le arrebató el trofeo en Delray Beach hace dos semanas, y este fin de semana, en el ATP 500 de Acapulco, fue Tomas Machac, 24 años, quien le negó la alegría completa (7-6 (6) y 6-2). «Lo bueno se hace esperar», admitía el malagueño dándose otra oportunidad para el futuro. El español, 48 del mundo, no pudo con el soberbio saque que desplegó el checo, que completó once 'aces' y ganó el 95 % de los puntos que se jugaban con su primer servicio (37 de 39). Un porcentaje demoledor para las aspiraciones de Davidovich cuando se jugaba al resto. No obstante, consiguió llevar el primer set hasta el 'tie break', pero ahí Machac tuvo algo más de paciencia y consistencia y se llevó la ventaja a su marcador. A pesar de ese gran servicio, el buen trabajo de Davidovich (20 ganadores, 31 errores) le ofreció una oportunidad de rotura en el segundo juego del segundo capítulo, pero el checo no se dejó sorprender y apagó la opción para volverse todavía más peligroso. Al malagueño se le acabaron las ideas, y las fuerzas, y sucumbió a partir de ahí al desánimo, como ya le había pasado hace dos semanas en Delray Beach. En aquel torneo, Davidovich tuvo incluso dos bolas de partido ante Kecmanovic, pero no pudo atraparla. Esa opción perdida le lastró el resto del encuentro, pues no pudo afianzar su ventaja de 5-2 y vio cómo el serbio volvía a sacar todo su arsenal de latigazos para, poco a poco, minar su confianza y darle la vuelta al marcador. En Acapulco, la mano de Davidovich también tembló demasiado después de no haber conseguido la oportunidad de 'break' con 2-1, y Machac encadenó cinco juegos consecutivos para volver a dejar al español con el trofeo de finalista. «Ha sacado increíble y no había manera de encontrarle fallos con su primer saque. He intentado seguir ahí por si tenía un bajón, pero ha sido imposible», analizaba. Aunque con la sensación de que hay tenis para alcanzar una tercera oportunidad en este 2025 y pelear de nuevo por ese primer título ATP. Por el momento, está décimo en el ranking del curso tras estas dos finales, en Delray Beach y Acapulco. «Llego con confianza a los dos Masters 1.000 que vienen (Indian Wells y Miami)», advierte.
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