Cueva de los Letreros, arte rupestre milenario, símbolo y tesoro de Almería
Las civilizaciones pasadas dejaron huella de su paso por la provincia con pinturas en las paredes de las montañas que han sobrevivido hasta nuestros días para ayudarnos a comprender cómo era su vida.

Almería es una provincia de contrastes, en ella se extienden vastos desiertos como el Paraje Natural Desierto de Tabernas y preciosas playas en las que relajarse y olvidarse del estrés cotidiano. Las montañas también están muy presentes en la geografía almeriense, y perderse por ellas permite descubrir auténticas maravilla.
Sus pueblos son la demostración del arte y la cultura que, junto a la historia y las tradiciones, permiten al viajero descubrir una parte mágica del territorio de España. Uno de ellos es Vélez Blanco, un municipio de cerca de dos mil habitantes muy cerca de la frontera con Murcia. Este pequeño enclave esconde en sus inmediaciones un lugar muy especial, perfecto para una escapada en familia en contacto con la naturaleza.
La Cueva de los Letreros
En el término municipal de Vélez Banco se encuentra un espectáculo natural histórico gracias a su reflejo del pasado. Hablamos de la Cueva de los Letreros, un lugar en el que se descubrieron numerosas pinturas rupestres en las que se puede ver a la perfección las actividades que realizaban las civilizaciones que habitaban la zona en aquella época.
Esta oquedad en la roca cuenta con representaciones del conocido como arte rupestre levantino, que contenía imágenes de animales como ciervos o cabras, hombres y mujeres en posición de lucha, personas importantes de la tribu y mucho más. Se estima que el origen de las pinturas tuvo lugar hace aproximadamente cinco mil años y han sido consideradas uno de los símbolos más representativos de Almería.
La excelente conservación de estas pinturas se debe a las escasas horas de luz directas que recibe esta cueva, ubicada en el plano de falla del abrigo de una montaña. En esta zona del país se han encontrado numerosos elementos de arte rupestre, pero la Cueva de los Letreros es sin duda una de las más amplias y mejor preservadas.
La cueva forma parte del Conjunto de Arte Rupestre del Arco Mediterráneo, y tal es su belleza e importancia histórica, que en el año 1924 fue declarado Monumento Histórico Nacional por la UNESCO, siendo incluido en su listado de Patrimonio Mundial. En una de sus paredes se puede apreciar el Indalo, un hombre que sostiene el arco iris y que ya es todo un tesoro almeriense.
Las pinturas
Entre las numerosas pinturas rupestres que pueden verse en la cueva, destacan algunas como la del cazador o Indalo, con su arco y flechas, un árbol genealógico representado mediante triángulos, diferentes pájaros y otros animales amorfos con dos cabezas y seis patas, y elementos naturales como el sol o una cascada con agua y alguien bañándose.
Una de las piezas más relevantes es la del brujo, quien debió ser una persona importante de la tribu, ya que se dibujó de un tamaño superior al resto y con elementos de rituales en las inmediaciones. En la visita guiada que permite conocer la cueva, también se puede apreciar un utensilio que utilizaban para provocar ruido y poder comunicarse con los habitantes de otras cuevas.