La semana de la omnipotente y ubicua María Jesús Montero ha sido para olvidar. Sus arranques mitineros en Andalucía le han procurado el primer silencio atronador de su líder desde que ella es la número dos. Cuando veas a Sánchez callar, pon tus palabras a remojar. En el PSOE hay una sonora preocupación con el desembarco andaluz de la vicepresidenta. Los sondeos internos no terminan de arrancar y el efecto espuma ya ha pasado. Hay una cierta unanimidad en que la operación no está dando los frutos que el partido esperaba y se ha empezado a instalar la idea de que la única opción socialista de recuperar el poder no pasa por un acierto propio, sino por un error garrafal...
Ver Más