Cómo saludar correctamente a un gato: las claves son respeto y paciencia
La próxima vez que te encuentres con un gato, recuerda: dale espacio, que tome la iniciativa y respeta su ritmo.

Los gatos son animales con un lenguaje corporal muy refinado y una sensibilidad especial hacia su entorno. A diferencia de los perros, que suelen ser más efusivos al interactuar con humanos, los felinos domésticos prefieren tomarse su tiempo para evaluar cada situación.
Pam Johnson-Bennett, autora de varios libros y experta en comportamiento felino, explica que uno de los errores más comunes que cometen los humanos es invadir el espacio del gato sin previo aviso. Al igual que nosotros no disfrutamos de que un desconocido se nos acerque bruscamente, los gatos necesitan tiempo y espacio para decidir si quieren interactuar. La parte esencial es ofrecerles una elección y respetar su respuesta.
Permite que el gato tome la iniciativa
El primer paso para una buena interacción es dar al gato la posibilidad de acercarse o no. En lugar de ir directamente hacia él y tratar de acariciarlo, es mejor adoptar una postura relajada y esperar a que él decida dar el primer paso. Si el gato se mantiene a distancia o se aleja, no se debe insistir.
Usa señales visuales amistosas
Los gatos interpretan el contacto visual prolongado y sin parpadear como un desafío o una amenaza. En su lenguaje corporal, una mirada suave y parpadeos lentos son señales de tranquilidad y confianza. Imitar este comportamiento con parpadeos pausados transmite al gato que no representamos un peligro.
Acércate con suavidad
Si el gato parece interesado, podemos reducir nuestra altura sentándonos o arrodillándonos, lo que nos hará menos imponentes a sus ojos. Luego, en lugar de extender toda la mano, es recomendable ofrecer un solo dedo, simulando el saludo que los gatos realizan al frotar sus narices entre sí.
Espera una respuesta del gato
Si el gato huele nuestro dedo y decide frotarse contra él, es una señal de confianza y significa que está abierto a la interacción. En cambio, si retrocede o se mantiene inmóvil, es mejor respetar su decisión y no insistir. Para ganarse la confianza de un gato debemos permitirle mantener el control de la situación.
No prolongues el contacto más de lo necesario
Incluso si el gato parece disfrutar del contacto, es importante prestar atención a su lenguaje corporal. Si en algún momento deja de frotarse, baja las orejas, mueve la cola con brusquedad o se aparta, está expresando que ya ha tenido suficiente. Intentar prolongar la interacción más allá de su nivel de comodidad puede hacer que en futuras ocasiones sea más reticente a acercarse o incluso a recibir una agresión.
La importancia de darles espacio y autonomía
Los gatos valoran mucho su independencia y es fundamental que sientan que pueden retirarse cuando lo deseen. Forzarlos a interactuar o perseguirlos cuando se alejan puede dañar la relación de confianza y hacer que nos asocien con experiencias negativas, por lo que lo ideal es que cada encuentro termine en un punto positivo, dejando al gato con ganas de repetir la experiencia en el futuro.