¿Cómo hemos llegado a este final para Ucrania?
"Ahora parece que los astros se han alineado de una manera catastrófica para Ucrania y Europa, aunque todo estaba larvado. El afán expansionista de Putin encaja con el de Trump".

Las frases elegíacas de Tolkien resuenan, inevitablemente, ante la entente de los todopoderosos Trump y Putin dispuestos a imponer una injusta ‘paz’ (aunque no procede este nombre) en Ucrania.
“Qué ha sido del jinete y su caballo? ¿Qué, del cuerno y su reclamo? Han pasado como lluvia en las montañas, como viento en la pradera”. ¿Qué va a quedar del Zelenski ovacionado en los parlamentos de Europa, que habrá sido del hombre que ha asombrado, desde el primer día de la invasión rusa a su país, por su grandeza de ánimo, esa que acrecienta la dignidad y la voluntad en las peores circunstancias?.
Cuando vino a España en abril de 2022, aplaudieron a Zelenski, el cómico reconvertido en el líder de una situación dramática, los diputados y senadores de todos los partidos, salvo los representantes de la CUP. Pero lo cierto es que hubo división entre los socios del Gobierno –PSOE, a favor de la ayuda a Ucrania, y Podemos, en contra –, y también los países de la Unión en la órbita de Putin, como la Hungría de Orbán, habrían dejado entrar a Rusia hasta la cocina de Ucrania.
Al final, la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y su abrupto arranque ha aflorado el malestar de Estados Unidos por lo que considera una ayuda desequilibrada a la OTAN y la debilidad de la Unión Europea, un rebaño de herbívoros, en expresión del investigador Charles Powell, en un mundo de lobos.
Ahora parece que los astros se han alineado de una manera catastrófica para Ucrania y Europa, aunque todo estaba larvado. El afán expansionista de Putin encaja con el de Trump. La humillación del autócrata ruso, que creyó que doblegaría a Kiev en tres días y cumple tres años de una guerra de desgaste, muerte y destrucción, va a ser salvada por el otro gendarme del mundo, aunque paradójicamente sean países tan enemistados que las guerras comerciales no van a causar ni un rasguño en el Kremlin.
¿Qué será ahora de Europa y sus valores? ¿Podrá tener un papel cuando cesen las armas en el frente de Ucrania? ¿Despertaremos del letargo, nos pondremos al día en defensa, en autonomía militar y energética para que no volvamos a preguntarnos, dentro de nada, cómo hemos podido llegar a este final?