Lo que dicte el Tribunal Constitucional no tiene carácter de norma suprema. No, si sus decisiones chocan de bruces con el derecho de la Unión Europea. El camino que ahora ha emprendido la Audiencia Provincial de Sevilla para no aplicar los fallos del órgano de garantías que preside Cándido Conde-Pumpido, si así lo determina el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), tiene antecedentes. «No tenemos precedentes propios, pero sí es algo que ha pasado con otros países, que el juzgado o tribunal se dirija al TJUE después de haber pasado por su TC y que el TJUE dicte sentencia contradiciendo al órgano de garantías y diciéndole al juzgado o tribunal que desobedezca a su TC», aseguran fuentes conocedoras...
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