Así es el pueblo medieval más bonito de Inglaterra: tiene el reloj más antiguo del mundo
Esta preciosa localidad está a solo una hora de Londres y cerca una de las grandes maravillas del mundo como es Stonehenge. Cuenta con una de las catedrales más bonitas de Europa y que inspiró 'Los pilares de la Tierra'.

Inglaterra es mucho más que Londres. Aunque la Abadía de Westminster o el Big Ben sean impresionantes, lo cierto es que a no mucha distancia de la capital británica hay maravillosas ciudades y pueblos que son ideales para conocer un poco más la historia de este apasionante país, como es el caso de Bath o de Salisbury, situada a solo una hora en tren de la metrópoli y en la que el encanto medieval está en todos sus rincones.
Con 40.000 habitantes, esta pequeña urbe alberga innumerables joyas en su entramado callejero, desde una de las catedrales más bonitas de toda Europa hasta el reloj más antiguo del mundo. Además, esta población del condado de Wiltshire está también muy cerca de una de las mayores maravillas del planeta, por lo que es un destino idóneo para hacer una excursión desde Londres o incluso para pasar unos días en un lugar fascinante que está un tanto eclipsado por la capital.
Salisbury, la maravilla medieval a una hora de Londres
En Salisbury todavía te puedes impregnar del espíritu medieval que aún perdura en la urbe, sobre todo gracias a maravillas arquitectónicas tan impresionantes como la puerta de High Street, que da la bienvenida a locales y turistas al casco histórico, o, sobre todo, su magnífica catedral gótica, que data del siglo XIII y tiene una descomunal aguja de más de 120 metros. Tal es la belleza de este templo que inspiró a Ken Follet para imaginar la catedral de Los pilares de la Tierra.
Aunque el exterior gótico del templo sea ya majestuoso, en el interior de la catedral también hay joyas que dejan perplejos a todos los que cruzan sus puertas. En su nave de planta de doble cruz es posible contemplar el reloj medieval más antiguo del planeta, así como una de las cuatro copias de la Carta Magna que todavía existen: se trata del documento que certificó la pérdida de poder de la monarquía británica allá en el 1215 y que sirvió como tratado de paz entre el rey Juan I y los barones.
Tras conocer todos los rincones del templo, es buen momento para recorrer Butcher Row (la avenida comercial de la urbe) y el resto de calles más importantes de Salisbury, cuyo aspecto del Medievo ha perdurado a lo largo del tiempo. Repleto de pubs, locales y de tiendas, el centro de la localidad transporta a los visitantes siglos atrás, lo que llena de magia a esta ciudad.
Además, está repleta de espacios verdes en los que se podrá respirar aire puro, algo que contrasta radicalmente con las abarrotadas avenidas de Londres. Por ello, es una magnífica opción para alejarse durante unas horas del bullicio londinense, aunque no solo hay que detenerse en el casco urbano de Salisbury: a muy poca distancia de la ciudad se encuentra una de las mayores maravillas de la humanidad.
Stonehenge está a un paso de Salisbury
Stonehenge es el enclave prehistórico más conocido de todo el mundo. Este impresionante lugar megalítico recibe a miles de visitantes cada día, y lo mejor es que está a tan solo 15 kilómetros de Salisbury. De esta manera, es casi obligatorio apuntarlo en el itinerario y hacer una excursión desde la ciudad para conocer una de las joyas más espectaculares del Reino Unido.
La mejor manera de llegar a Salisbury y descubrir todo lo que esconde la ciudad es volar a Londres y coger un tren desde la estación de Waterloo. El trayecto es de poco más de una hora, y se pueden adquirir billetes desde 40 libras. Desde luego, merece la pena dejar unas horas la capital y conocer este maravilloso rincón inglés.
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