Antes de 'Adolescencia': 12 planos secuencia que marcaron un hito en la historia de las series
Para ti que te gustan los planos largos sin cortes (aparentes): repasamos los más sonados de la pequeña pantalla.

Si bien las primeras películas de la historia del cine eran en una toma y eso no impedía el montaje dentro de plano (tienes ahora mismo en cines ¡Lumière! La aventura continúa, una selección soberbia de los cortos de los hermanos Lumière), luego las cosas se complicaron. Una vez instituidos el montaje y la relación entre planos como elementos clave del lenguaje cinematográfico, surgía la necesidad creativa de impugnarlos.
Las tomas largas, sin cortes y con abundante movimiento de cámara seducen por su dificultad técnica, complejidad preparatoria, alto coste económico y gran capacidad inmersiva, llegando a convertirse en un marcador de esplendor artístico al que han aspirado multitud de directores a lo largo de la historia, con ejemplos tan celebrados como Alfred Hitchcock, Orson Welles, Max Ophuls, Martin Scorsese, Brian De Palma, Béla Tarr o Alfonso Cuarón.
Si en la gran pantalla los planos secuencia (ya sean estrictas resoluciones de una secuencia en una toma, o simplemente planos muy largos sin cortes) lucen de maravilla, ¿qué pasa con la televisión? Las series también se han sumado a una tendencia que las cámaras digitales, con su ligereza de movimiento y tiempo infinito de grabación, y los retoques de postproducción para empalmes imperceptibles, han multiplicado.
Los planos secuencia de 'Adolescencia'
Uno de los puntos más destacados de Adolescencia ha sido el despliegue técnico y humano para realizar con éxito la proeza de contar la serie en cuatro episodios de una sola toma, cercana a la hora de duración. Además, cada uno de ellos tiene un propósito narrativo que sirve de ejemplo para los diversos usos mayoritarios que se suele dar a los planos secuencia y largos planos sin cortes.
Está la inmersión dentro de ambientes desbordados de personajes y acción por los cuatro costados en los episodios 1 (comisaría) y 2 (colegio) con una cámara que cambia de localizaciones incluso vía dron. Pero también el pulso en tiempo real que hace más agobiante el episodio 3 (sesión con la psicóloga) y el suspense del seguimiento pegado al cuerpo del personaje de Stephen Graham a lo largo del episodio 4.
A continuación vamos a repasar algunos de los mejores planos sin cortes de la historia de las series de televisión, muchos ellos planos secuencia pero otros simplemente algunas de las mayores virguerías técnicas que nos han dado las ficciones de la pequeña pantalla. No son todos, así que siéntete libre de decirnos si falta alguno de tus favoritos.
'Expediente X' (1998)
Allá por el siglo XX, cuando los planos sin cortes no estaban tan extendidos en el medio televisivo, el episodio 3 de la temporada 6 de Expediente X –titulado Triangle y dirigido por el propio Chris Carter– fue una proeza de otro tiempo al rodarse en tiempo real y cuatro planos de 11 minutos sin más interrupciones que las limitaciones técnicas, como le pasó a Hitchcock en La soga (1948); aunque aquí hubo que disimular algún corte más para permitir un respiro al operador de Steadicam.
'Buffy, cazavampiros' (2001)
A Joss Whedon le pirran los planos secuencia lustrosos, como dejó claro tanto en sus otras series (Angel y Firefly a la cabeza) como en sus películas de los Vengadores. El del traumático episodio 16 de la temporada 5 de Buffy, cazavampiros, titulado The Body, no es de los más largos o complicados, pero sí el más recordado (y llorado) por los fans. Un desgarrador seguimiento en tiempo real de la desesperación del personaje de Sarah Michelle Gellar tras encontrar el cuerpo sin vida de su madre.
'19-2' (2014)
Uno relativamente poco conocido, pero brutal y muy vistoso. Además, este remake canadiense en inglés replica el momento equivalente en la serie quebequesa original. Son 13 minutos de inmersión en el procedimiento policial para intentar evitar un tiroteo en un centro escolar que puede traerte a la mente tanto los planos de seguimiento de Elephant (2003) como al segundo episodio de Adolescencia.
'True Detective' (2014)
La serie a la que podemos culpar de una nueva era de obsesión por los planos secuencia en el género policiaco (y en el cine de acción) es True Detective, en concreto al episodio 4 de su temporada 1, dirigido por Cary Joji Fukunaga. El asalto accidentado del final incluye una toma de seis minutos con steadicam cuyo planteamiento y desarrollo han sido copiados hasta la saciedad en infinidad de títulos posteriores, incluyendo las colosales batallas de Juego de tronos.
'Daredevil' (2015)
Una tradición afianzada desde la primera temporada de la serie de Daredevil protagonizada por Charlie Cox es que cada nueva entrega contiene una larga escena de pelea ultraviolenta en plano continuo sin cortes. En la etapa de Netflix, el asunto se fue refinando desde una escena muy deudora del pasillo de Oldboy (2003) hasta una auténtica salvajada de 11 minutos en la tercera temporada. Daredevil: Born Again, ya en Disney+, intentó innovar comenzando con uno de estos, pero orquestado en profundidad en vez de movimientos laterales.
'Mr. Robot' (2017)
Un director tan ultraformalista como Sam Esmail también ensayó sus dotes para el plano acrobático sin cortes en la secuencia de apertura del episodio 5 de la temporada 3 de la serie protagonizada por Rami Malek. Como en la mayoría de estos casos, los cambios de escenario y momentos de empalme más complicados contaron con la ayuda de retoques digitales de postproducción para resultar imperceptibles.
'The Haunting of Hill House' (2018)
La serie de Mike Flanagan aumentó extremadamente el potencial terrorífico de su episodio 6 con una sucesión de cinco planos llenos de escalofríos pero sin cortes, el más largo de los cuales se iba hasta los 18 minutos y se movía entre distintas localizaciones y momentos temporales. De absoluto miedo.
'Kidding' (2018)
Un especialista de la puesta en escena alambicada y llena de trampantojos como Michel Gondry, vanguardista del videoclip musical del cambio de siglo, orquestó uno de los planos sin cortes old school más complicados de la década en el episodio 3 de la serie protagonizada por Jim Carrey. Eso sí, fue Jake Schreier (Thunderbolts*) quien dirigió este capítulo donde cinco años de rehabilitación en la vida del personaje de Riki Lindhome pasan en dos minutos sin interrupción pero mucho movimiento de escenario entre bastidores.
'Patriot' (2018)
Una forma de "plano secuencia de videoclip" más tradicional es la que ejecutó Steven Conrad en el episodio 3 de la temporada 2 de su serie protagonizada por Michael Dorman en la que una canción de fondo marca el seguimiento sin cortes del personaje desde que coge el metro para dar un golpe en una tienda de alimentación hasta que pilla el de vuelta con un conocimiento preciso de la frecuencia de paso del suburbano parisino para coordinar el inicio y el final.
'El colapso' (2019)
Si buscas otra serie que plantee cada uno de sus episodios como un esforzado plano secuencia, seguramente te interese echarle un ojo a este influyente trabajo del colectivo francés Les Parasites (Jérémy Bernard, Guillaume Desjardins y Bastien Ughetto). El colapso retrata los distintos estadios de un implacable colapso social, económico y medioambiental durante 8 episodios de unos 20 minutos, todos ellos en una única toma que transmite la urgencia de la situación.
'The Bear' (2022)
Por supuesto que la serie de Christopher Storer, tan preocupada por trasladar la ansiedad de una cocina, aprovechó las posibilidades de la toma única para aumentar el agobio contrarreloj de un día de trabajo entre los fogones de Jeremy Allen White y compañía. Son 18 minutos sin cortes que se emitieron un año después de Hierve (2021), la película de Philip Barantini con Stephen Graham (director y actor de Adolescencia) con un planteamiento similar en un restaurante.
'Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menendez' (2024)
Uno un poco distinto para terminar. El episodio 5 de la temporada 2 de esta antología criminal producida por Ryan Murphy, dirigido por Michael Uppendahl, se plantea como un único plano de 34 minutos en el que la cámara realiza progresivamente un suave zoom sobre el rostro de Erik Menendez (Cooper Koch) mientras este describe los abusos sexuales a los que fue sometido por su padre.
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