Angel Maass: Tariffs On, Tariffs Off: El Arte del Comercio según el Señor Trump

EU ha vuelto a poner en la mira a las exportaciones mexicanas con la amenaza de aranceles, argumentando motivos que van desde el déficit comercial hasta asuntos migratorios.

Mar 7, 2025 - 18:44
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Angel Maass: Tariffs On, Tariffs Off: El Arte del Comercio según el Señor Trump

Si el comercio internacional fuera una película de karate, Donald Trump sería un maestro impredecible, a la manera del Señor Miyagi, pero con un giro económico desconcertante. En lugar de “wax on, wax off”, su mantra parece ser “tariffs on, tariffs off”, aplicando y suspendiendo aranceles con la misma fluidez con la que un sensei enseña a encerar un coche. Pero mientras el Señor Miyagi buscaba enseñar disciplina y paciencia, el presidente estadounidense parece moverse con la estrategia de un luchador de sumo: empujar al oponente para ver si pierde el equilibrio, sin un plan claro para el siguiente movimiento.

Estados Unidos ha vuelto a poner en la mira a las exportaciones mexicanas con la amenaza de aranceles, argumentando motivos que van desde el déficit comercial hasta asuntos migratorios. Pero más allá de los discursos políticos, lo que realmente importa es el impacto económico. ¿Qué tan grave es esta amenaza? ¿Realmente podemos medir las consecuencias si un día los aranceles están “on” y al otro día están “off”?

Las Suposiciones Bajo la Lupa

Partimos de la idea de que estos aranceles, de implementarse, golpearían el dinamismo económico de México. Parece una afirmación razonable: Estados Unidos es el principal destino de nuestras exportaciones, y mayores costos para los bienes mexicanos significarían menor competitividad. Pero ¿es tan simple como suena?

Suposición 1:

Los aranceles se mantendrán el tiempo suficiente para afectar seriamente a la economía mexicana.Contraargumento: Trump ha demostrado que su estrategia comercial es más volátil que los mercados en un lunes negro. En el pasado, ha amenazado con aranceles para luego retirarlos tras negociaciones (o simplemente un cambio de humor). Si la medida es temporal o nunca se implementa del todo, su impacto sería más limitado de lo que algunos anticipan.

Suposición 2:

México no tiene margen de maniobra para contrarrestar el golpe.

Contraargumento: Si bien la economía mexicana es vulnerable a shocks externos, no es completamente pasiva ante ellos. Existen herramientas como estímulos fiscales, negociaciones bilaterales e incluso ajustes en la estrategia exportadora. Además, no olvidemos que los mismos empresarios estadounidenses presionan para evitar estos aranceles, pues dependen de las cadenas de suministro mexicanas.

Suposición 3:

El impacto será netamente negativo.

Contraargumento: Aunque en el corto plazo los aranceles afectarían las exportaciones mexicanas, también podrían acelerar la diversificación de mercados y la modernización de sectores clave. A largo plazo, podría ser el empujón que México necesita para reducir su dependencia comercial de Estados Unidos, fortaleciendo lazos con otros socios.

Probando el Razonamiento: ¿Qué Podría Salir Mal?

Si bien es cierto que la volatilidad de Trump hace difícil predecir los efectos de los aranceles, esto no significa que México deba confiar en la inacción estadounidense. Apostar a que los aranceles serán efímeros puede ser un error de cálculo si eventualmente se aplican de forma permanente o intermitente, generando incertidumbre entre inversionistas y empresarios.

Además, aunque México puede tomar medidas para mitigar el impacto, no todas serán efectivas ni inmediatas. La diversificación comercial no ocurre de la noche a la mañana, y la falta de certeza sobre la política comercial de EE.UU. podría retrasar decisiones de inversión. En este sentido, el simple hecho de que los aranceles sean una amenaza recurrente ya genera daño económico, independientemente de su aplicación efectiva.

La Sabiduría del Karate en el Comercio Internacional

A final de cuentas, enfrentar la volatilidad de Trump requiere una mezcla de estrategia y paciencia. Si México se queda inmóvil esperando el siguiente movimiento de Washington, corre el riesgo de recibir un golpe inesperado. Pero si aprende a anticipar y responder con inteligencia, podría convertir este desafío en una oportunidad de crecimiento.

El Señor Miyagi tenía razón: “Primero aprende a encerar, luego a pelear”. México debe aprender a maniobrar en este juego comercial incierto, y quizás, solo quizás, al final no necesitemos tanto al sensei, porque habremos encontrado nuestro propio camino.