Ana María Aragonés: Desorden trumpista exige agenda latinoamericana

La llegada de Donald Trump a la presidencia de la potencia hegemónica, si bien en declive y acelerándose, ha puesto en marcha un conjunto desaforado de órdenes ejecutivas afectando a los más variopintos ámbitos y contextos; uno de ellos, las bolsas de valores en el mundo que, girando como verdaderas ruletas rusas, han generado pérdidas millonarias, incertidumbre y desasosiego mundial. Cuando el mandamás del vecino país del norte decide sacar su varita mágica para otorgar unos días o meses de “gracia” por los aranceles, a los países afectados que pueden solicitarle clemencia para que no los expulse del paraíso, de “la maravillosa tienda a la que todos quieren pellizcarle un pedacito” (Trump, dixit). Hay que reconocer que este personaje resulta caricaturesco y excedido por su supina ignorancia, pero no podemos olvidar que la agenda imperial de Estados Unidos, sean republicanos o demócratas, sigue funcionando. Y lo sucedido con la última elección en Ecuador, un fraude por donde se le vea, con el silencio de los medios de comunicación internacionales es un ejemplo de ello. Se logró el propósito: evitar que la candidata Luisa González llegara a la presidencia porque su proyecto favorable a la soberanía, a los recursos y al pueblo ecuatoriano se consideró contrario a los intereses del imperialismo estadunidense.

Abr 24, 2025 - 13:25
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Ana María Aragonés: Desorden trumpista exige agenda latinoamericana
La llegada de Donald Trump a la presidencia de la potencia hegemónica, si bien en declive y acelerándose, ha puesto en marcha un conjunto desaforado de órdenes ejecutivas afectando a los más variopintos ámbitos y contextos; uno de ellos, las bolsas de valores en el mundo que, girando como verdaderas ruletas rusas, han generado pérdidas millonarias, incertidumbre y desasosiego mundial. Cuando el mandamás del vecino país del norte decide sacar su varita mágica para otorgar unos días o meses de “gracia” por los aranceles, a los países afectados que pueden solicitarle clemencia para que no los expulse del paraíso, de “la maravillosa tienda a la que todos quieren pellizcarle un pedacito” (Trump, dixit). Hay que reconocer que este personaje resulta caricaturesco y excedido por su supina ignorancia, pero no podemos olvidar que la agenda imperial de Estados Unidos, sean republicanos o demócratas, sigue funcionando. Y lo sucedido con la última elección en Ecuador, un fraude por donde se le vea, con el silencio de los medios de comunicación internacionales es un ejemplo de ello. Se logró el propósito: evitar que la candidata Luisa González llegara a la presidencia porque su proyecto favorable a la soberanía, a los recursos y al pueblo ecuatoriano se consideró contrario a los intereses del imperialismo estadunidense.