Vivan los niños

Las cosas más sencillas no se anticipan a los ojos del corazón, sino que llegan sin previo aviso. La noche antes de la llegada de la Cuaresma, la hermandad de la Paz celebraba el segundo día del quinario al Señor de la Victoria. María, caminando con los pies de su progenitora, llegaba a San Sebastián para vivir su primer gran día en la hermandad que ha recibido por sangre materna, la legítima de una devoción forjada en la misma esquina del Porvenir cada Domingo de Ramos. Una medalla acordonada en azul y burdeos ya custodia una esquina de su cuna. Sobre la otra, el contrapeso de la cruz que ha tomado para seguir al Señor, herencia marchenera del padre. Ahí... Ver Más

Mar 10, 2025 - 03:33
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Vivan los niños
Las cosas más sencillas no se anticipan a los ojos del corazón, sino que llegan sin previo aviso. La noche antes de la llegada de la Cuaresma, la hermandad de la Paz celebraba el segundo día del quinario al Señor de la Victoria. María, caminando con los pies de su progenitora, llegaba a San Sebastián para vivir su primer gran día en la hermandad que ha recibido por sangre materna, la legítima de una devoción forjada en la misma esquina del Porvenir cada Domingo de Ramos. Una medalla acordonada en azul y burdeos ya custodia una esquina de su cuna. Sobre la otra, el contrapeso de la cruz que ha tomado para seguir al Señor, herencia marchenera del padre. Ahí... Ver Más