Vínculos invisibles: ¿pueden los gatos reconocer a su madre?
Los gatitos recuerdan el olor de su madre, indicando que las madres tienen una firma de olor individual constante.

Los vínculos familiares entre los mamíferos son esenciales para su bienestar y también para su supervivencia. Estas relaciones no solo son cruciales para el cuidado y protección de las crías, sino que también fomentan un sentido de comunidad y seguridad dentro del grupo. A través de interacciones como el juego y el acicalamiento, los mamíferos fortalecen sus relaciones, creando un ambiente más seguro y enriquecedor. Además, los jóvenes aprenden observando a los adultos, lo que les permite adquirir habilidades y comportamientos necesarios para sobrevivir en su entorno.
En el caso de los animales domésticos, como perros y gatos, aún hay mucho por descubrir sobre cómo construyen y mantienen sus vínculos familiares a lo largo del tiempo. Aunque la observación de su comportamiento nos brinda pistas sobre sus interacciones sociales, los mecanismos exactos que rigen la memoria y el reconocimiento entre ellos siguen siendo objeto de estudio.
Como ya sabemos, la memoria olfativa juega un papel fundamental en la comunicación de muchas especies, incluidos los felinos. En un mundo donde el olfato es una herramienta esencial para la supervivencia, los gatos dependen de las señales químicas para orientarse, reconocer a otros individuos y establecer jerarquías. Pero, ¿qué ocurre cuando un gatito crece y se separa de su madre? ¿Sería capaz de reconocer su olor incluso un año después de la separación? A estas preguntas trata de responder un estudio realizado en Ciudad de México y publicado en la revista Animal Cognition.
El experimento: una prueba de memoria olfativa
Para llevar a cabo esta investigación, los científicos trabajaron con una colonia de gatos semiferales. En total, se analizaron 58 gatitos de 15 camadas distintas, pertenecientes a ocho madres diferentes. El objetivo era evaluar si los gatitos eran capaces de reconocer el olor de su madre incluso después de haber sido adoptados y sacados de la calle.
A los dos meses de edad, los gatitos fueron expuestos a tres hisopos de algodón con distintos olores: uno impregnado con el aroma de su madre (frotado en su cara, espalda, abdomen y área anogenital), otro con el olor de una gata desconocida pero con la misma condición reproductiva (castrada o sin castrar), y un tercero sin ningún tipo de olor, utilizado como control. Los investigadores registraron el tiempo que los animales dedicaban a oler cada hisopo para evaluar sus preferencias.
Los 58 gatitos participantes fueron adoptados después de esta primera prueba y se les volvió a evaluar a los cuatro meses, seis meses y un año de edad en sus nuevos hogares. Cada sesión fue grabada para un análisis detallado de su comportamiento.
Conclusiones: un lazo que persiste en el tiempo
A los dos meses de edad, los gatitos dedicaron más tiempo a investigar el hisopo con el olor de la gata desconocida que el de su madre, posiblemente debido a la novedad del aroma. Este comportamiento es similar al observado en cachorros de perros y crías de ratas, quienes tienden a mostrar mayor interés por olores nuevos durante la etapa de destete.
Sin embargo, a los cuatro meses, los machos pasaron más tiempo oliendo el hisopo con el olor de su madre, una tendencia que se intensificó a los seis meses y se mantuvo hasta el año de edad. A partir de este punto, tanto machos como hembras mostraron una clara preferencia por el olor materno en comparación con los otros hisopos.
Por lo tanto, este estudio sugiere que los gatitos pueden recordar el olor de su madre durante al menos un año tras la separación, aunque no se sabe con certeza si lo asocian directamente con su progenitora o simplemente lo reconocen como un aroma familiar. Además, refuerza la hipótesis de que los gatos poseen una firma olfativa individual estable a lo largo del tiempo, lo que podría ser un factor clave en sus interacciones sociales y en el mantenimiento de lazos con otros felinos, ya sean familiares o compañeros de hogar.
Hallazgos como este abren nuevas puertas para el estudio de la memoria olfativa en los gatos y su impacto en sus relaciones. ¿Podrían reconocer también el olor de sus hermanos? ¿Cómo influye esta capacidad en su comportamiento dentro de un grupo? Son preguntas que, sin duda, merecen ser exploradas en futuras investigaciones.
Referencia:
- Are you my mummy? Long-term olfactory memory of mother's body odour by offspring in the domestic cat. Péter Szenczi, Andrea Urrutia, Robyn Hudson y Oxána Bánszegi. Animal Cognition (2022)