Una vida a medio hacer

No tengo nada, dice la protagonista sabiendo que la culpa es capaz de llenar cualquier vacío. Ella lo sabe bien, pese a que su vació ya estaba lleno de silencios. Y, sin embargo, no es esta una novela triste. Baudel no busca a una heroina que se sobreponga para luchar contra el mundo, no la... Leer más La entrada Una vida a medio hacer aparece primero en Zenda.

Feb 21, 2025 - 14:01
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Una vida a medio hacer

Ya lo pensaré mañana es la nueva novela de Desirée Baudel. En ella, su protagonista reflexiona sobre la vida en esos momentos que llamamos muertos de forma totalmente equivocada. Porque para ella, los momentos muertos que le permiten el olvido, son aquellos en los que está trabajando, siguiendo una pauta constante que le limitan los pensamientos a la actividad diaria. E incluso en ellos, la profesora se encuentra con la presencia de un alumno que la obliga a pararse a mirar. Lola, que así se llama pero perfectamente podría llevar cualquier otro nombre y ser esa amiga, vecina, hermana o reflejo que nos devuelve nuestro propio espejo, lleva una vida estática en la que las ausencias parecen más presentes que aquellos que la rodean. Su abuela se desdibuja entre lagunas mientras su pasado toma cuerpo para definir los trazos de un abuelo que respiraba sin existir mientras entraba y salía de una casa en la que su mayor peso fue la ausencia dejada en su viuda una vez se produjo su muerte. Como también en la novela están pero no existen aquellas personas desaparecidas, raptadas o asesinadas, encontradas sin nombre, huesos sin lápida y vidas sin recuerdos hasta que, pasados los años, reaparecen a veces para formar parte de una simple estadística. Y es que Lola se fija en los intermedios. Esos espacios vacíos que quedan en las vidas y las van minando como si con ellos se llevasen un pedacito de los cimientos. Con una narración que bordea  la tristeza Lola escucha a su abuela decir que los nombres pueden condenarte definiendo tu existencia sin saber que ella, Dolores, acusa grietas de un matrimonio roto, un Tinder frustrante y una vida social en desuso en un mundo que parece dividirse entre quienes corren a por lo que desean y aquellos que simplemente, lo dejan estar. Y luego están los terceros: los que parecen no poder avanzar.

"A los libros uno no se enfrenta, si acaso lo hace a la vida. O quizás ni eso"

No tengo nada, dice la protagonista sabiendo que la culpa es capaz de llenar cualquier vacío. Ella lo sabe bien, pese a que su vació ya estaba lleno de silencios. Y, sin embargo, no es esta una novela triste. Baudel no busca a una heroina que se sobreponga para luchar contra el mundo, no la viste una armadura y la lleva al límite de sus fuerzas porque ya la dibuja cansada de no haber vivido todo aquello que quedó en el camino. Lo que hace es invitarla a encontrarse, a cerrar un ciclo y abrir una puerta, a tomar aire. No es lo mismo desaparecer que escapar, nos enseña sin aleccionar al lector. Deja que sea un torrente de honestidad el que guíe a su narradora. La desnuda de artificios colocando pequeñas metáforas que son recogidas por el lector que se siente tentado a retroceder hasta las primeras páginas donde aún no sabía a lo que se estaba enfrentando.

A los libros uno no se enfrenta, si acaso lo hace a la vida. O quizás ni eso. A veces la mejor manera de avanzar es dar un paso hacia la locura y decirse a uno mismo, “Ya lo pensaré mañana”.

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Autora: Desirée Baudel. Título: Ya lo pensaré mañana. Editorial: Grijalbo. Venta: Todostuslibros.

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