Una cocina abierta puede hacerse muy bien, o muy mal: dos arquitectas explican cómo acertar
Con viviendas en las que cada metro cuadrado es cada vez más valioso y las habitaciones tienden a ser más pequeñas, una solución para ganar espacio es optar por una cocina abierta. Sin embargo, para conseguir una integración adecuada, estas arquitectas tienen la clave. Aunque pueda parecer un detalle menor, una buena distribución, incluso en una cocina abierta, es esencial para que no desentone con el resto de la vivienda. Ganar amplitud y mejorar la iluminación no está reñido con lograr una conexión armónica con el resto de la casa. Considerar todo en un conjunto Imagen | R de Room Según las arquitectas Rebeca Campo y Sandra Rodríguez, del estudio R de Room, elegir una cocina abierta para potenciar la sensación de espacio y aportar más luz natural en zonas reducidas no tiene por qué ir en contra de una estética unificada y coherente. Estas profesionales advierten que, al unir cocina y comedor en un mismo ambiente, es fácil caer en el error de tratarlos como zonas independientes. La clave para una integración total está en cómo se organiza el mobiliario, siempre pensando en el conjunto y no en cada área por separado. “A menudo se unen sin pensar en cómo va a amueblarse el resultado. La consecuencia es que al espacio resultante le faltan paredes para apoyar muebles y pierde funcionalidad”. Un error que, según señalan, puede acentuarse aún más si, además del comedor, se incorpora al espacio abierto otra área de la vivienda, como un pasillo o un recibidor. “Cuando a esta operación se une algún pasillo o el vestíbulo, es habitual dejar expuestos accesos a baños o dormitorios que con el concepto abierto pierden intimidad y confort acústico". Desde R de Room, las profesionales en arquitectura sugieren prestar especial atención a las proporciones para conseguir una armonía visual entre la cocina y el salón. De no hacerlo, existe el riesgo de que el espacio se perciba simplemente como una cocina ampliada con un sofá añadido, en lugar de un ambiente unificado y bien equilibrado. “El espacio del salón-comedor debe ser al menos el doble del destinado a la cocina”. Imagen | R de Room Al integrar la cocina con el salón —ya sea abriendo uno al otro o fusionando ambos espacios— es fundamental considerar el mobiliario de la cocina como parte del diseño del salón. Para lograr una transición estética fluida, conviene elegir acabados que mantengan la coherencia visual: superficies sin relieves, materiales de calidad y electrodomésticos camuflados mediante paneles a juego. “Cuando se decide tener una cocina abierta o comunicada con el salón, hay que tratar el mobiliario de cocina como un mueble más del salón”. En Xataka Smart Home Quiero ver la tele mientras guiso, pero mi cocina es pequeña. Así he aprovechado una vieja tableta con Android Para lograr un resultado final armónico y satisfactorio, Rebeca Campo y Sandra Rodríguez proponen una serie de recomendaciones clave: Unificar materiales y paleta cromática: Es fundamental que los acabados de la cocina estén en consonancia con los del salón. Optar por maderas, lacados en acabado mate o colores neutros favorecerá una continuidad visual. Electrodomésticos discretamente integrados: Panelar el frigorífico y el lavavajillas, o elegir campanas decorativas con diseño cuidado, ayudará a proyectar una imagen más sofisticada y menos funcional. Almacenamiento con estética cuidada: Apostar por mobiliario de cocina que recuerde a aparadores o vitrinas permite suavizar la percepción de zona de trabajo, dando paso a un ambiente más doméstico y decorativo. Separar sin cerrar: Incorporar una isla o península puede ser una excelente forma de marcar el límite entre cocina y salón sin levantar barreras físicas. Iluminación estratégica: Colocar lámparas suspendidas sobre la isla o instalar focos empotrados específicos para cada zona permite diferenciar ambientes manteniendo una atmósfera coherente y sin cortes visuales. Imagen portada | R de Room Vía | Revista de Interiores En Xataka SmartHome | He puesto luces sin cables ni enchufes en cocina y armarios. Se integran en los muebles y funcionan mejor que nunca - La noticia Una cocina abierta puede hacerse muy bien, o muy mal: dos arquitectas explican cómo acertar fue publicada originalmente en Xataka Smart Home por Jose Antonio Carmona .

Con viviendas en las que cada metro cuadrado es cada vez más valioso y las habitaciones tienden a ser más pequeñas, una solución para ganar espacio es optar por una cocina abierta. Sin embargo, para conseguir una integración adecuada, estas arquitectas tienen la clave.
Aunque pueda parecer un detalle menor, una buena distribución, incluso en una cocina abierta, es esencial para que no desentone con el resto de la vivienda. Ganar amplitud y mejorar la iluminación no está reñido con lograr una conexión armónica con el resto de la casa.
Considerar todo en un conjunto
Según las arquitectas Rebeca Campo y Sandra Rodríguez, del estudio R de Room, elegir una cocina abierta para potenciar la sensación de espacio y aportar más luz natural en zonas reducidas no tiene por qué ir en contra de una estética unificada y coherente.
Estas profesionales advierten que, al unir cocina y comedor en un mismo ambiente, es fácil caer en el error de tratarlos como zonas independientes. La clave para una integración total está en cómo se organiza el mobiliario, siempre pensando en el conjunto y no en cada área por separado.
“A menudo se unen sin pensar en cómo va a amueblarse el resultado. La consecuencia es que al espacio resultante le faltan paredes para apoyar muebles y pierde funcionalidad”.
Un error que, según señalan, puede acentuarse aún más si, además del comedor, se incorpora al espacio abierto otra área de la vivienda, como un pasillo o un recibidor.
“Cuando a esta operación se une algún pasillo o el vestíbulo, es habitual dejar expuestos accesos a baños o dormitorios que con el concepto abierto pierden intimidad y confort acústico".
Desde R de Room, las profesionales en arquitectura sugieren prestar especial atención a las proporciones para conseguir una armonía visual entre la cocina y el salón. De no hacerlo, existe el riesgo de que el espacio se perciba simplemente como una cocina ampliada con un sofá añadido, en lugar de un ambiente unificado y bien equilibrado.
“El espacio del salón-comedor debe ser al menos el doble del destinado a la cocina”.
Al integrar la cocina con el salón —ya sea abriendo uno al otro o fusionando ambos espacios— es fundamental considerar el mobiliario de la cocina como parte del diseño del salón. Para lograr una transición estética fluida, conviene elegir acabados que mantengan la coherencia visual: superficies sin relieves, materiales de calidad y electrodomésticos camuflados mediante paneles a juego.
“Cuando se decide tener una cocina abierta o comunicada con el salón, hay que tratar el mobiliario de cocina como un mueble más del salón”.
Para lograr un resultado final armónico y satisfactorio, Rebeca Campo y Sandra Rodríguez proponen una serie de recomendaciones clave:
- Unificar materiales y paleta cromática: Es fundamental que los acabados de la cocina estén en consonancia con los del salón. Optar por maderas, lacados en acabado mate o colores neutros favorecerá una continuidad visual.
- Electrodomésticos discretamente integrados: Panelar el frigorífico y el lavavajillas, o elegir campanas decorativas con diseño cuidado, ayudará a proyectar una imagen más sofisticada y menos funcional.
- Almacenamiento con estética cuidada: Apostar por mobiliario de cocina que recuerde a aparadores o vitrinas permite suavizar la percepción de zona de trabajo, dando paso a un ambiente más doméstico y decorativo.
- Separar sin cerrar: Incorporar una isla o península puede ser una excelente forma de marcar el límite entre cocina y salón sin levantar barreras físicas.
- Iluminación estratégica: Colocar lámparas suspendidas sobre la isla o instalar focos empotrados específicos para cada zona permite diferenciar ambientes manteniendo una atmósfera coherente y sin cortes visuales.
Imagen portada | R de Room
Vía | Revista de Interiores
En Xataka SmartHome | He puesto luces sin cables ni enchufes en cocina y armarios. Se integran en los muebles y funcionan mejor que nunca
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Una cocina abierta puede hacerse muy bien, o muy mal: dos arquitectas explican cómo acertar
fue publicada originalmente en
Xataka Smart Home
por
Jose Antonio Carmona
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