Uno de los ejercicios más complicados es intentar encasillar políticamente al Papa Francisco. Cuando Néstor y Cristina Kirchner gobernaban la Argentina con políticas de izquierdas, se referían despectivamente al entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio como «la oposición». En el otro extremo, uno de los líderes de la derecha italiana, Matteo Salvini, al hablar de Francisco repetía: «Este no es mi Papa». El hecho de que no fuera «conservador» no significa que no quisiera lo mismo que los «conservadores» . Por ejemplo, en vez de conducir el diálogo político según el esquema de «defensa de principios no negociables» -como la protección de la vida o la enseñanza confesional-, se centraba en promover una sociedad basada en la dignidad humana: dignidad de...
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