Un informe de la Corte Suprema de Justicia muestra el aumento de una problemática que tiene como principal víctima a los menores
La Oficina de Violencia Doméstica (OVD) del Tribunal Superior revela el significativo crecimiento de la violencia doméstica hacia niñas, niños y adolescentes
Durante el año 2023, los equipos interdisciplinarios de la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de Justicia recibieron un total de 9999 presentaciones por violencia doméstica ocurridas en la ciudad de Buenos Aires. Los datos, que forman parte del último informe especial realizado por los especialistas de esta dependencia, muestran que, mientras que el grupo más afectado por este tipo de violencia “puertas adentro” sigue siendo el de mujeres adultas entre 18 y 59 años (47%), hay un segundo grupo que viene creciendo año a año desde 2020: se trata de los menores de 17 años, entre los que hay niñas, niños y adolescentes (NNyA). El grupo representa el 38% del total de personas afectadas en las denuncias recibidas por la OVD.
De 2019 a 2023 —este es el último año con datos disponibles— los menores de edad no solo crecieron en proporción dentro del total de víctimas de violencia reportadas, también crecieron en valores absolutos: en 2023 hubo un total de 5391 NNyA afectados por este tipo de violencia, mientras que en 2022 hubo 4674, lo que marca un aumento del 15%. En tanto, en 2021 se reportaron 3683 casos, en 2020, 3122 y en 2019, 5214.
El informe destaca ciertas particularidades como, por ejemplo, la repetición de un perfil de victimario y de un perfil de víctima, y unas zonas puntuales de la ciudad donde se dieron la mayoría de los casos reportados. Variables que se repiten a lo largo de los años. “El dato principal es el aumento en la cantidad de casos. Después, siempre analizamos las mismas variables y vienen siendo sostenidas en el tiempo: el tipo de vínculo, el nivel de riesgo los tipos de violencia y las zonas de la ciudad donde se dan, entre otras”, sostiene la doctora María Emilia Sesin, responsable de la OVD.
Haciendo una discriminación por sexo y edad, esta oficina pudo comprobar que, al igual que se vio en los años anteriores, en 2023, entre el total de personas denunciadas (4164), los varones superaron en número y proporción a las mujeres: mientras que los de sexo masculino eran el 69% del total, las de sexo femenino eran el 31%, femenino. El grupo con mayor cantidad de denuncias por agresión hacia menores fue el compuesto por varones de entre 30 y 49 años (46%). En tanto, hubo 41 adolescentes de entre 15 y 17 años denunciados por ejercer violencia contra niños u otros adolescentes (35 varones y 6 mujeres), y también 8 varones denunciados de entre 13 y 14 años.
Entre el total de denunciados, el 71% tenían una ocupación remunerada y solo el 50% habían completado el nivel secundario. El 80% de los NNyA afectados tenían vínculo filial con la persona denunciada (68% eran sus padres y 32% sus madres).
En tanto, 91 de los 5391 NNyA afectados concurrieron personalmente a denunciar, mientras que el resto de las presentaciones fueron realizadas por adultos mayores cercanos u otros menores. En cuanto al tipo de maltrato denunciado, se registró maltrato de tipo psicológico o emocional en el 96% de los casos, físico en el 34% y abuso sexual en el 9%.
Mientras que entre los menores que fueron víctimas de maltrato psicológico o físico no se vieron diferencias según el sexo, en el caso del abuso sexual se observó que 8 de cada 10 casos denunciados tuvieron como víctimas a niñas y adolescentes mujeres.
Entre los menores afectados por violencia física, 121 tenían lesiones que pudieron ser constatadas por el equipo médico de la OVD en el momento de la denuncia. Un 41% tenía lesiones en el rostro, y más de la mitad (59%) tenía antecedentes de lesiones físicas producto de situaciones de violencia anteriores. En la mayoría de los casos (59%), la frecuencia de los episodios de violencia fue diaria o semanal.
La OVD cataloga las situaciones de violencia según el riesgo, lo cual, detallan, permite, una vez comunicado el caso al juzgado, determinar la vía de acción. Entre el total de las situaciones de violencia que tuvieron como víctima a menores de edad en 2023, el 37% fueron evaluadas por especialistas de la OVD como “de altísimo y alto riesgo”.
“En estos casos de alto o altísimo riesgo puede ser que haya situaciones de abuso sexual, de violencia extrema, a lo mejor combinada con una situación de vulnerabilidad que agrava la situación general. Muchas veces hay situaciones de salud mental de alguno de sus progenitores, situaciones que agravan el hecho que se denuncia. La derivación siempre es inmediata, sea el riesgo alto o bajo. Lo que determina el nivel de riesgo es el tipo de medida que se vaya a adoptar. En los casos más graves el juzgado adopta medidas que, además de ser más extremas, incluyen medidas complementarias, como evaluaciones externas entrevistas y demás”, explica Sesin.
Los menores de 10: las principales víctimas
La gran mayoría de las presentaciones que involucraron a NNyA, tenían por víctimas a niños menores de 10 años (66%). Mientras que entre los niños no hubo una diferencia significativa según el sexo, en el caso de los adolescentes, sí: entre las presentaciones por violencia realizadas a la OVD, el 60% de las víctimas informadas de entre 15 y 17 años, fueron mujeres.
Hay cuatro de las 15 comunas de la ciudad de Buenos Aires que se repiten una y otra vez entre las denuncias, y que juntas concentran los domicilios del 43% de los menores afectados. Las cuatro están ubicadas en la zona sur de la Capital. Estas son la Comuna 8 —Villa Soldati, Villa Riachuelo y Villa Lugano— (12% de los domicilios de los menores afectados); la Comuna 4 —La Boca, Barracas, Parque Patricios y Nueva Pompeya— (12%); la Comuna 1 —Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Montserrat y Constitución— (10%), y la Comuna 7 —Flores y Parque Chacabuco—. (9%).
Según informó la OVD, el 99,6% de las presentaciones en las que hubo menores afectados fueron derivadas a la Justicia Nacional en lo Civil, que ordenó un total de 4922 medidas de protección hacia niñas, niños y adolescentes afectados. Las medidas a tomar varían según el caso.
“Puede ser desde una prohibición de acercamiento hasta una exclusión del hogar del adulto agresor o una guarda provisoria a otros familiares. Se puede adoptar una medida cautelar inmediata con una prohibición de acercamiento y después el proceso se empieza a complejizar un poco más, en el sentido de que a lo mejor hay entrevistas a los chicos y evaluaciones”, detalla.
Y agrega: “En general, los procesos que involucran a las infancias suelen durar un poco más de lo normal. Una vez que empieza, hay otras cuestiones a resolver, como puede ser el cuidado de ese niño o niña. Hay que determinar bajo el cuidado de quién puede caer ese nene o esa nena”.