Un científico revela qué deberías hacer si cae una bomba atómica cerca de donde vives: "Si estás en la calle, mueres"
Aythami Soto, experto en química y divulgador científico ha sido entrevistado en 'The Wild Proyect'.

Hacía mucho tiempo que el planeta Tierra no se enfrentaba a un riesgo tan cercano de guerra nuclear, pero aunque improbable, el peligro sigue acechando a la humanidad.
¿Y si ocurre, cómo reaccionar? Aythami Soto, experto en química y divulgador científico, explicó en una entrevista en The Wild Proyect cómo actuar después de la caída cercana de una bomba atómica.
"Había un rango donde la gente sería directamente vaporizada", dice Soto, que explica que en un radio de cientos de metros, el calor extremo causaría quemaduras de tercer grado.
A mayor distancia, la onda expansiva podría derribar edificios y lanzar personas por los aires. "Si estás en la calle, mueres", dice el científico y divulgador en el vídeo.
Tras la explosión, el mayor riesgo es la lluvia radiactiva. Si el viento sopla hacia ti, te va a caer el fallout, la lluvia radiactiva", explica. En este caso, es clave refugiarse rápidamente en un lugar cerrado, lejos de ventanas y puertas. "Pon toallas mojadas en las rendijas para evitar que entre el polvo radiactivo", recomienda.
Las primeras horas son clave. "Los productos de fisión más radiactivos emiten a saco al principio", dice Aythami Soto. La dosis radiactiva cae drásticamente en 48 horas, por lo que es fundamental permanecer en el refugio durante ese tiempo. "Si sales antes, te expones a una dosis letal de radiación", dice el científico.
También hay riesgo con el agua y los alimentos. "Aísla el agua y la comida para que no se contaminen", dice Soto, que también recomienda sellar envases herméticamente y evitar consumir productos expuestos al aire.
"El cesio y el estroncio seguirán presentes durante décadas, pero el peligro inmediato baja después de 48 horas", prosigue el científico, que advierte de que la supervivencia seguirá siendo un reto ante la desolación dejada por la bomba.
Por todo ello, alejarse es clave: "A 20 o 30 kilómetros, el fallout podría llegar, pero dependerá del viento y la magnitud de la explosión", concluye el científico.