Tori Spelling revela su impactante relación con los líquidos: un miedo irracional y su «alergia al agua»
Lejos ya de la controvertida situación personal que atravesaba la actriz Tori Spelling el pasado verano, meses en los cuales los medios de comunicación se hicieron eco de su caída a los infiernos perseguida por las deudas que le obligaron a vivir en una caravana y a plantearse entrar en el mundo de la creación de contenido para adultos, embarcada en una recuperación de su carrera profesional vuelve a ser noticia por las disparatadas revelaciones que protagoniza. Al margen de sus trabajos en pantalla, el nombre de Tori acapara más titulares por sus propias anécdotas que por otros asuntos más reputacionales. Una de las últimas la revelaba esta semana en su pódcast 'MisSpelling', en el que afirmó que odia el agua y que no toma ningún otro líquido servido por otra persona por su miedo irracional a que intenten envenenarla. «No bebo agua. Y cuando digo que no bebo agua es que no consumo ni una gota», reconoce que a sus 51 años su círculo se sorprende de su postura. «¡Nadie sabe cómo sigo viva! Soy como un cactus. Solo riéguenme de vez en cuando y de alguna manera sobrevivo. Pero le tengo aversión», apuntó en su programa. «No digo que tengo miedo al agua, simplemente me gusta decir que odio el agua. Le tengo alergia», quiso dejar claro. En los últimos años, cuenta, sólo tomó agua durante sus embarazos porque ella misma se obligó a hacerlo. «Lo hice porque tenía que hidratar a los bebés que crecían dentro de mí. Pero en mi mente, pensaba: 'Estoy bebiendo por ellos, no por mí'», expresó. «Puedo beberme una copa de vino en dos segundos, no hay problema. Pero tomo unos sorbos de agua y trago con cuidado, y de repente siento que tengo ganas de vomitar», desvela los efectos que provoca en su cuerpo beber agua a diferencia de tomar alcohol. Ahora, afirma, que bebe agua de coco, ginger ale para aliviar su estrés y refrescos cuando se encuentra bien. La actriz en su pódcast también revelaba un temor que arrastra desde su infancia y que le hace desconfiar incluso de su exmarido, pues suele pensar que las bebidas que le ofrecen terceras personas pueden estar envenenadas. Recientemente, su expareja le ofreció una bebida gaseosa de jengibre y limón e inevitablemente pensó que le «había puesto algo». «Pienso eso de todo el mundo, no es personal», reconoce quien encuentra en lo que le contaba su padre de niña el origen de su problema. Otras entregas de 'MisSpelling' también dejaron sorprendentes revelaciones de la intérprete de 'Beverly Hills'. Desde reconocer que desde que se casó y tuvo hijos «funciona mejor en el baño» si hay personas mirándola a asegurar que gracias a hacer un trío en un barco se reafirmó en su gusto por los hombres, pasando por el día en el que se quemó la piel con una parrilla y necesitó ser intervenida para injertarle piel sana, un episodio nuevo del pódcast de la actriz tendrá seguro una anécdota desconocida por salir a la luz.
Lejos ya de la controvertida situación personal que atravesaba la actriz Tori Spelling el pasado verano, meses en los cuales los medios de comunicación se hicieron eco de su caída a los infiernos perseguida por las deudas que le obligaron a vivir en una caravana y a plantearse entrar en el mundo de la creación de contenido para adultos, embarcada en una recuperación de su carrera profesional vuelve a ser noticia por las disparatadas revelaciones que protagoniza. Al margen de sus trabajos en pantalla, el nombre de Tori acapara más titulares por sus propias anécdotas que por otros asuntos más reputacionales. Una de las últimas la revelaba esta semana en su pódcast 'MisSpelling', en el que afirmó que odia el agua y que no toma ningún otro líquido servido por otra persona por su miedo irracional a que intenten envenenarla. «No bebo agua. Y cuando digo que no bebo agua es que no consumo ni una gota», reconoce que a sus 51 años su círculo se sorprende de su postura. «¡Nadie sabe cómo sigo viva! Soy como un cactus. Solo riéguenme de vez en cuando y de alguna manera sobrevivo. Pero le tengo aversión», apuntó en su programa. «No digo que tengo miedo al agua, simplemente me gusta decir que odio el agua. Le tengo alergia», quiso dejar claro. En los últimos años, cuenta, sólo tomó agua durante sus embarazos porque ella misma se obligó a hacerlo. «Lo hice porque tenía que hidratar a los bebés que crecían dentro de mí. Pero en mi mente, pensaba: 'Estoy bebiendo por ellos, no por mí'», expresó. «Puedo beberme una copa de vino en dos segundos, no hay problema. Pero tomo unos sorbos de agua y trago con cuidado, y de repente siento que tengo ganas de vomitar», desvela los efectos que provoca en su cuerpo beber agua a diferencia de tomar alcohol. Ahora, afirma, que bebe agua de coco, ginger ale para aliviar su estrés y refrescos cuando se encuentra bien. La actriz en su pódcast también revelaba un temor que arrastra desde su infancia y que le hace desconfiar incluso de su exmarido, pues suele pensar que las bebidas que le ofrecen terceras personas pueden estar envenenadas. Recientemente, su expareja le ofreció una bebida gaseosa de jengibre y limón e inevitablemente pensó que le «había puesto algo». «Pienso eso de todo el mundo, no es personal», reconoce quien encuentra en lo que le contaba su padre de niña el origen de su problema. Otras entregas de 'MisSpelling' también dejaron sorprendentes revelaciones de la intérprete de 'Beverly Hills'. Desde reconocer que desde que se casó y tuvo hijos «funciona mejor en el baño» si hay personas mirándola a asegurar que gracias a hacer un trío en un barco se reafirmó en su gusto por los hombres, pasando por el día en el que se quemó la piel con una parrilla y necesitó ser intervenida para injertarle piel sana, un episodio nuevo del pódcast de la actriz tendrá seguro una anécdota desconocida por salir a la luz.
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