Telefónica se queda sin su parte del pastel de Defensa
Marc Murtra, el nuevo presidente de Telefónica, parece más bien un tenista del Mutua Madrid Open, devolviendo como buenamente puede todas las bolas liftadas que le manda el Gobierno. Bolas como la de comprar Minsait a Indra, lanzar una OPA sobre Prisa para solucionar la rebelión de Oughourlian, hacerse cargo de la nueva TelePedro tras el … Continuar leyendo "Telefónica se queda sin su parte del pastel de Defensa"

Marc Murtra, el nuevo presidente de Telefónica, parece más bien un tenista del Mutua Madrid Open, devolviendo como buenamente puede todas las bolas liftadas que le manda el Gobierno. Bolas como la de comprar Minsait a Indra, lanzar una OPA sobre Prisa para solucionar la rebelión de Oughourlian, hacerse cargo de la nueva TelePedro tras el rechazo precisamente de Prisa, etc.
Pero resulta que, en medio de todas estas bolas lanzadas desde el Gobierno a Telefónica, ha habido una que Murtra ha tirado al Ejecutivo y que tenía bastante más sentido que todas las anteriores: participar en el nuevo pastel de Defensa que impulsa la UE -obligada por Trump, como todos sabemos- y cuya pata española ha presentado esta semana Pedro Sánchez.
Son muchos millones, 10.471 sólo en nuestro país, a los que podría optar Telefónica si aplicara su tecnología puntera a la industria de Defensa. Hay que recordar que el negocio de las telecos en general apenas crece en el mundo actual y que la única vía para hacerlo es acometer operaciones corporativas que la Comisión Europea de Von der Leyen sigue sin permitir pese a los ruegos reiterados del sector. Por tanto, esta pata militar supondría una diversificación potencialmente muy rentable en este escenario.
La idea de Murtra, según fuentes cercanas a Telefónica, era participar en el consorcio que lleva años intentando armar el Gobierno en torno a Indra, en el que pretendía que participaran Navantia, ITP Aero y Santa Bárbara, amén de Hispasat tras su adquisición por la anterior empresa de Murtra. Como ha informado esta semana OKDIARIO, este consorcio se ha venido abajo por el rechazo de General Dynamics, la dueña de Santa Bárbara, y las reticencias del PNV a ceder «su» ITP Aero al «Estado español». Pese a ello, el Gobierno pretende seguir adelante con las patas que pueda, aunque el consorcio se quede cojo.
Comprar la parte de Defensa de Indra
Las fuentes aseguran que Murtra ha llegado a plantear incluso la compra de la pata de Defensa de Indra; es decir, justo lo contrario de lo que pretende Sánchez, que es que Telefónica compre Minsait (la pata civil) para que Indra pueda integrarse en el citado consorcio.
Una operación compleja, sin duda, por la cantidad de accionistas implicados y por el problema de qué hacer precisamente con Minsait, que lleva muchos meses en venta pero nadie está dispuesto a pagar lo que el actual presidente de Indra, Ángel Escribano, pide por ella: unos 1.500 millones. Pero con mucho sentido estratégico, no sólo para Telefónica sino para el país: con la participación de la operadora, sí que se crearía un verdadero campeón nacional de Defensa.
No hay que olvidar tampoco que los contratos actuales del Ministerio de Defensa con Telefónica (redes de comunicaciones) fueron la excusa que usó el Gobierno para considerarla estratégica para la Defensa nacional y así arrogarse la facultad de vetar la entrada de la saudí STC en su capital. Veto que no se produjo por los contratos de Navantia con Arabia Saudí, pero que proporcionó la oportunidad de oro a Sánchez para asaltar la operadora con la compra de otro 10% por parte de la SEPI. Asalto que culminó con la sustitución de José María Álvarez-Pallete por Murtra.
Apoyo de Fainé
Es decir, las ligazones de Telefónica con Defensa ya existen y este proyecto iría por ese camino. Pero, como pasa con casi todo lo que tiene sentido, Sánchez ha dicho que no. Sigue empeñado en su campeón nacional e insiste a Murtra para que lo que compre sea Minsait, lo que le deja sin la vía de crecimiento en Defensa. Aunque nunca se sabe con el presidente; igual tiene otro de sus «cambios de opinión» en vista de que el proyecto inicial se ha caído.
En todo caso, el directivo catalán sigue devolviendo como puede las bolas lanzadas por el Ejecutivo. Y aquí se ha encontrado un aliado en Criteria, el holding de La Caixa, que fue decisivo para la destitución de Pallete. Según las fuentes, «Isidro Fainé no puede permitirse el lujo de seguir facilitando operaciones de Moncloa, no puede acabar su carrera ejerciendo de una especie de SEPI 2». Ya transigió con Telefónica a cambio de poder solucionar su problema en Naturgy, pero «no va a ir más allá», añaden.
Y es que las compras de Minsait, y no digamos ya de Prisa, supondrían un claro perjuicio para los accionistas de Telefónica, ya que se trata de empresas que apenas aportan al negocio de la operadora y con las que no tiene sinergias. Y, en el caso de Prisa, que está en quiebra porque no puede hacer frente a su deuda, como es bien sabido. De ahí que Criteria se haya puesto del lado de Murtra para intentar que pase de Telefónica ese cáliz.
El nombramiento de Goñi
En este sentido, un movimiento que ha pasado bastante desapercibido pero que tiene una enorme carga simbólica es el reciente nombramiento de Enrique Goñi (ex presidente de Caja Navarra y después de Banca Cívica) como presidente de la Fundación Telefónica. Goñi se había convertido en la mano derecha de Fainé -el hombre más poderoso de España, ya saben- en Criteria tras la compra de Banca Cívica por CaixaBank en la crisis financiera.
Por tanto, su nombramiento es un guiño claro a Criteria, pero no sólo eso: «Este puesto era el sitio ideal para colocar a un paniaguado del PSOE y Murtra ha preferido dárselo a La Caixa», explica una de las fuentes.
Por tanto, el presidente de Telefónica sigue devolviendo bolas al Gobierno y tratando de imponer una gestión independiente, en un movimiento parecido al de Escrivá tras ser nombrado gobernador del Banco de España. Veremos si es capaz de seguir con ese juego o se tiene que comer algún passing shot en sus subidas a la red.