¿Qué es la estanflación y cómo puede afectar a los precios en medio de la crisis arancelaria?
Con el incio de la guerra comercial se asoma una nueva recesión económica mundial que no se producía desde el shock del petróleo en los años 70

La estanflación es un cóctel de elementos que asustan tanto a cualquier banquero o inversor como al ciudadano de a pie. Y es que aunque parezca uno de esos términos económicos difíciles de entender y de poco impacto, se trata de un fenómeno que no beneficia a nadie, ni siquiera al eslabón más alto.
Para nadie es secreto que, con la imposición de los famosos aranceles de Donald Trump, ya se han visto reflejadas algunas de las consecuencias más temidas: un viernes negro para las bolsas europeas, seguido de un lunes negro, pero muchas otras parecer estar aún por venir. Para Estados Unidos, la situación tampoco es alentadora, ya el jefe de JP Morgan para EE. UU., Michael Feroli, había dicho en febrero que las proyecciones “evidenciaron dirección estanflacionaria” a raíz de la lluvia arancelaria.
¿Qué es la estanflación?
La estanflación combina dos de los más grandes causantes de las crisis económicas: la inflación y el desempleo. Dicho fenómeno se produce cuando los precios suben rápidamente, pero la economía se estanca y el paro aumenta. Esta situación es temida por los expertos en economía porque no deja mucho campo de acción para que los bancos centrales puedan ofrecer soluciones concretas.
En un contexto estanflacionario, las empresas no generan empleo, de hecho, muchas lo destruye, y el consumo cae. Todo esto mientras los precios de la cesta básica suben. El último episodio de estanflación en EE. UU. tuvo lugar en la década de 1970, gracias al aumento de los precios del petróleo impuesto por los países de la OPEP.
Si bien la razón era meramente política (apoyar a Israel en la guerra de Yom Kipur de 1973), los costos de la vida en América se elevaron repentinamente y, cuando la Reserva Federal intentó frenar la inflación subiendo los tipos de interés, la economía entró en recesión.
¿Por qué la crisis arancelaria pone a muchos países del mundo en riesgo de estanflación?
Los aranceles, no solo aquellos impuestos por Trump, sino también las represalias europeas, elevan el precio de las cadenas de producción y por consiguiente el de mucho de los productos que se encuentran en el mercado. Esta situación se traduce en lo que comúnmente conocemos como inflación. Sumado a esto, ya podemos ver cómo los aranceles también generan recortes de personal en diferentes empresas, espantan a inversores y, a la larga, es posible que estanquen el crecimiento económico exacerbando el desempleo.
Algo similar ocurrió durante la puesta en práctica de la Ley Hawley-Smoot de 1930, que aumentó, casi de la misma manera, los aranceles en Estados Unidos, obligando a otros países a optar por represalias y contribuyendo al colapso del comercio internacional, situación que agravó los efectos de la Gran Depresión.
¿Cómo se soluciona la estanflación?
A ciencia cierta, la estanflación es tan temida porque no existe forma fácil de solucionarla. Las políticas para salir del estancamiento suelen agudizar la inflación y las medidas contra la inflación tampoco sirven. Por un lado, si los bancos centrales bajan los tipos de interés con el fin de dinamizar la economía, el crecimiento se traduce en inflación. En cambio, si suben los tipos para ponerle techo al aumento de precios, se agrava entonces el estancamiento y la crisis.
En palabras más sencillas, el banco central puede aumentar las tasas de interés para reducir la cantidad de dinero en circulación, enfriando la demanda y ayudando a controlar la inflación. Sin embargo, esta medida desalientan la inversión y el consumo, afectando negativamente al crecimiento económico.
Salir de la estanflación es un proceso largo y complejo que requiere del tira y afloja. Para combatir la inflación estadounidense durante los años 70, la Reserva Federal, bajo Paul Volcker, aumentó agresivamente las tasas de interés, alcanzando cerca del 19% en 1981. Si bien la medida apaciguó la inflación, también provocó lo ya mencionado.
El presidente Richard Nixon, por su parte, implementó controles de precios y salarios en un intento de frenar la inflación. Sin embargo, estas medidas tuvieron efectos limitados y fueron finalmente levantadas. A la larga, fueron las combinaciones entre políticas monetarias, restrictivas y fiscales, junto con factores externos como los choques petroleros, lo que pudo sacar a EE. UU. de la estanflación, aunque con costos económicos importantes.