Detrás de las frías estadísticas que hablan de un 20% de inserciones laborales entre las 65.484 personas a las que Cáritas acompañó en la búsqueda de un trabajo durante el año pasado hay rostros, personas de carne y hueso con sus vicisitudes y sus problemas, sus conflictos internos y sus historias sagradas de carne y hueso ante las que solo cabe, como Moisés ante la zarza ardiente, descalzarse. Experiencias como las de Ismael, Katile, Ana, Laura, Fernando, Ronald, Jeanhelys o Esmerling que buscan una oportunidad laboral que las haga menos vulnerables a los caprichos de una economía que mata -en palabras del difunto Francisco- cuando antepone la remuneración al capital a las personas que entregan su trabajo. Cáritas Sevilla ha...
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