Por qué China está inundando el mercado con poderosos modelos de IA
El ritmo de la promoción masiva de IA de código abierto de Beijing ha sido implacable. Los legisladores estadounidenses ya están presionando para prohibir DeepSeek

Las represalias parecían inminentes. Cuando EEUU endureció su control sobre las tecnologías avanzadas de inteligencia artificial (IA) en enero - bloqueando el acceso de China a chips avanzados de IA y encerrando modelos patentados tras barreras comerciales - la respuesta parecía predecible. China construiría sus propias murallas, protegería sus avances y redoblaría el secretismo.
En su lugar, China está haciendo algo inesperado: está regalando sus modelos de IA más avanzados.
En las últimas semanas, grupos tecnológicos chinos como Alibaba, Baidu y Tencent han inundado el mercado con potentes modelos de IA. Pero en un sector en el que el secretismo es la norma, lo realmente sorprendente es su apertura: estos modelos pueden descargarse, modificarse e integrarse libremente.
El ritmo de la promoción masiva de IA de código abierto de China ha sido implacable. Desde el debut en enero de DeepSeek R1 - la respuesta china a la serie o1 de OpenAI - se ha sucedido una oleada de modelos cada vez más capaces. Alibaba afirma que su último modelo de razonamiento de IA QwQ-32B rivaliza con el R1 de DeepSeek y ha obtenido buenos resultados en las pruebas de referencia oficiales. Cada pocas semanas llega otro que expande los límites de lo que puede hacer la IA de código abierto.
A primera vista, este aumento podría parecer una afirmación de que la IA debe estar abierta al mundo, no sólo a un puñado de compañías. Pero en los negocios y la geopolítica, la generosidad rara vez carece de estrategia. La verdadera cuestión no es por qué China está abriendo su inteligencia artificial, sino por qué el mundo suponía que no lo haría.
Por ahora, la mayoría de los grupos tecnológicos estadounidenses tratan la IA como un recurso exclusivo, restringiendo el acceso a sus modelos más poderosos tras muros de pago. OpenAI, Google DeepMind y Anthropic limitan el acceso total a sus modelos de IA más avanzados, ofreciéndolos a través de planes como suscripciones de pago y acuerdos para empresas.
Por su parte, el gobierno estadounidense considera la IA de código abierto un riesgo para la seguridad, ya que teme que los modelos no regulados puedan convertirse en ciberarmas. Los legisladores estadounidenses ya están presionando para prohibir el software de IA DeepSeek en los dispositivos gubernamentales, alegando preocupaciones por la seguridad nacional.
Pero los grupos tecnológicos chinos están adoptando un enfoque muy diferente. Al abrir la IA, no sólo están eludiendo las sanciones estadounidenses, sino que también están descentralizando el desarrollo y aprovechando el talento mundial para perfeccionar sus modelos. Incluso las restricciones sobre los chips de gama alta de Nvidia se convierten en un obstáculo menor cuando el resto del mundo puede entrenar y mejorar los modelos chinos con hardware alternativo.
La IA avanza mediante la iteración. Cada nueva versión se basa en la anterior, perfeccionando los puntos débiles, ampliando las capacidades y mejorando la eficiencia. Al abrir los modelos de IA, los grupos tecnológicos chinos crean un ecosistema en el que los desarrolladores globales mejoran continuamente sus modelos, sin asumir todos los costos de desarrollo.
La escala de este enfoque podría remodelar fundamentalmente la estructura económica de la IA. Si la IA de código abierto llega a ser tan poderosa como los modelos patentados estadounidenses, la capacidad de monetizar la IA como un producto exclusivo se deshace. ¿Por qué pagar por modelos cerrados si existe una alternativa gratis e igualmente capaz?
Para Beijing, esta estrategia podría ser un arma poderosa en la guerra tecnológica entre EEUU y China. Las compañías estadounidenses de IA, basadas en la monetización a través de licencias empresariales y servicios premium, podrían encontrarse en una carrera hacia el abismo, donde abunda la IA, pero los beneficios son inalcanzables.
Por supuesto, esto tiene sus desventajas. Si la IA es de libre acceso, nada impedirá que las compañías extranjeras tomen los modelos chinos, los perfeccionen y superen a las compañías chinas. Con el tiempo, compañías como Alibaba, Baidu y Tencent podrían enfrentar las mismas presiones que sus homólogas estadounidenses, obligándolas a restringir el acceso para proteger la propiedad intelectual y generar ingresos.
Más allá de la dinámica del mercado, Beijing puede tener sus propias razones para reconsiderar este enfoque. El gobierno chino, que prioriza el control sobre las tecnologías clave, también podría impulsar regulaciones más estrictas sobre IA para gestionar la desinformación, mantener la supervisión y garantizar el cumplimiento de las políticas estatales.
Pero por ahora, la IA de código abierto sigue siendo la mejor apuesta de China: una forma de competir sin acceso a los mejores chips ni el beneficio de una ventaja inicial.
El momento elegido para la promoción masiva de la IA de código abierto no es casual. Es una respuesta a una ventana que se cierra. Dado que las restricciones a los chips y la tecnología de IA de EEUU están a punto de endurecerse bajo la presidencia de Donald Trump y los modelos de IA propietarios se están afianzando, la estrategia más eficaz de China es la velocidad y la escala. Inundar el mercado, desequilibrar la balanza antes de que surjan monopolios de IA.
Si OpenAI, Google y Microsoft ya han ganado la carrera de la IA tal y como la conocemos, entonces la mejor jugada de China no sería competir, sino hacer que ganar carezca de sentido.