«Nadie me devolverá a mi hijo, pero queremos saber qué falló»
Xavi, de 3 años, fue uno de los 16 asesinados en el atentado de Las Ramblas , el 17 de agosto de 2017. «A mi hijo no me lo devolverá nadie, pero queremos saber qué falló para que no vuelva ocurrir», explica a ABC su padre, Javier Martínez . Es el sentir generalizado de muchas víctimas de los ataques: que se investigue, entre otras cuestiones, por qué nadie en Ripoll (Gerona), origen de la célula, detectó la radicalización de los jóvenes que la integraron. Martínez admite que su dolor le lleva a querer «buscar la verdad» tras los atentados . Denuncia la desatención de las administraciones al conjunto de supervivientes. Entre otras, por la falta de apoyo psicológico, que los más afortunados han podido sufragar de sus propios bolsillos. En su caso, no es así, y tiene que esperar a que le den cita tras tres o cuatro meses de espera. « A la indignación por sentirme maltratado se suma que me llamen conspiranoico cuando pido que se investigue », lamenta. Su forma de «gestionar el sufrimiento», que arrastrará de por vida, constata, es querer conocer cada detalle de los atentados. Sobre la comparecencia este jueves de uno de los terroristas condenados, Mohamed Houli, en el Congreso , apunta: «No ha dicho nada nuevo, ya sabíamos que el CNI había hablado con el imán de Ripoll. Cada uno que piense lo que quiera, a mí a Xavi no me lo devolverá nadie». Martínez se ha trasladado a un pueblecito de montaña, en Lérida, para tratar de seguir adelante. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) admitió hace unos días su demanda para «saber toda la verdad» sobre los ataques. «En cualquier país del mundo, sería normal investigar qué ha pasado», subraya sobre la comisión de investigación en el Congreso. También desde la extinta Unidad de Atención a las Víctimas (Uavat), que coordinó la atención a los supervivientes de los atentados de Barcelona y Cambrils, Roberto Manrique subraya que el reclamo de profundizar en las pesquisas «no persigue culpar al Gobierno de los ataques, sino saber qué se hizo mal, para que no se vuelva a repetir». Por ejemplo, «¿si en un chalet [el de Alcanar] están acumulando decenas de bombonas de butano, nadie dio la alerta? ¿Tampoco de que [la célula] hubiese estado comprando sustancias químicas y nadie se diese cuenta de nada?», recuerda. Entre otros, siguen pidiendo también la apertura de una oficina de atención a las víctimas en Cataluña. « Han pasado más de siete años y no ha cambiado nada », lamenta el también superviviente del atentado de Hipercor. Sobre la comparecencia de Houli, indica: «Si por mi atentado hubieran tenido que venir al Congreso [Simón] Caride, [Domingo] Troitiño o Arróspide [Santi Potros], a mí no me habría importado. El objetivo máximo es saber qué ha ocurrido para que no vuelva a pasar», reitera . Para algunas víctimas, la comparecencia del terrorista ha sido dolorosa. Entre ellos, Miguel López , que el 17 de agosto de 2017 se encontraba en Las Ramblas junto a la menor de sus hijas. Sufre estrés postraumático grave y aún son muchas las noches que se despierta reviviendo aquella pesadilla. Confiesa que el jueves, cuando Houli llegó al Congreso, a penas aguantó unos segundos y tuvo que dejar de escuchar. «Sentí dentro una sublevación y ansiedad». « Sus palabras crean confusión, y expectación », apunta, «intentando dejar cosas en el aire». Cree que el condenado «fue allí con las ideas muy claras, con la intención de sembrar la duda. De alguna manera le habrá llegado que las víctimas queremos saber la verdad. Pero, ¿qué veracidad le vas a dar a alguien así? Si tiene algo que explicar que lo hubiese hecho delante del juez ». López lamenta además que las víctimas «siempre son moneda de cambio» del político de turno, cuando en todos estos años aún esperan que alguien les llame para preguntarles cómo se encuentran . Yolanda Ortiz , que el 17A estaba en Las Ramblas junto a sus dos hijos, cree que Houli fue al Congreso a «reírse de todos nosotros». «Cuando lo vi pensé: 'quizá está arrepentido y quiere hablar', pero luego me dio mucha rabia, porque tiró la piedra y escondió la mano. El hecho de soltar la bomba y luego no querer responder a ninguna pregunta más... Creo que cuando una persona está arrepentida y quiere ayudar a los demás, da mucha más información . Yo estoy convencida de que lo que dijo es verdad, pero de cara a la convicción y que pueda ser una verdad mantenida, creída, debería haber dado más datos», señala. Ortiz reprocha que transcurridos más de siete años desde los ataques, en los que Houli ha dado versiones diferentes sobre su papel en la célula, «esto aún lo descalifica más». «A mí no me sirve que una persona me venga y me diga, 'por mucho que te explique no me vas a entender', pues intenta explicármelo, porque a lo mejor te sorprende y te entiendo. Yo no me lo creí. Ni me creí su sentimiento, que decía 'lo siento mucho'. Verdaderamente una persona arrepentida hubiese dado más información. Fue de víctima y no explicó nada ». Otra de las supervivientes del 17A, Lourd
Xavi, de 3 años, fue uno de los 16 asesinados en el atentado de Las Ramblas , el 17 de agosto de 2017. «A mi hijo no me lo devolverá nadie, pero queremos saber qué falló para que no vuelva ocurrir», explica a ABC su padre, Javier Martínez . Es el sentir generalizado de muchas víctimas de los ataques: que se investigue, entre otras cuestiones, por qué nadie en Ripoll (Gerona), origen de la célula, detectó la radicalización de los jóvenes que la integraron. Martínez admite que su dolor le lleva a querer «buscar la verdad» tras los atentados . Denuncia la desatención de las administraciones al conjunto de supervivientes. Entre otras, por la falta de apoyo psicológico, que los más afortunados han podido sufragar de sus propios bolsillos. En su caso, no es así, y tiene que esperar a que le den cita tras tres o cuatro meses de espera. « A la indignación por sentirme maltratado se suma que me llamen conspiranoico cuando pido que se investigue », lamenta. Su forma de «gestionar el sufrimiento», que arrastrará de por vida, constata, es querer conocer cada detalle de los atentados. Sobre la comparecencia este jueves de uno de los terroristas condenados, Mohamed Houli, en el Congreso , apunta: «No ha dicho nada nuevo, ya sabíamos que el CNI había hablado con el imán de Ripoll. Cada uno que piense lo que quiera, a mí a Xavi no me lo devolverá nadie». Martínez se ha trasladado a un pueblecito de montaña, en Lérida, para tratar de seguir adelante. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) admitió hace unos días su demanda para «saber toda la verdad» sobre los ataques. «En cualquier país del mundo, sería normal investigar qué ha pasado», subraya sobre la comisión de investigación en el Congreso. También desde la extinta Unidad de Atención a las Víctimas (Uavat), que coordinó la atención a los supervivientes de los atentados de Barcelona y Cambrils, Roberto Manrique subraya que el reclamo de profundizar en las pesquisas «no persigue culpar al Gobierno de los ataques, sino saber qué se hizo mal, para que no se vuelva a repetir». Por ejemplo, «¿si en un chalet [el de Alcanar] están acumulando decenas de bombonas de butano, nadie dio la alerta? ¿Tampoco de que [la célula] hubiese estado comprando sustancias químicas y nadie se diese cuenta de nada?», recuerda. Entre otros, siguen pidiendo también la apertura de una oficina de atención a las víctimas en Cataluña. « Han pasado más de siete años y no ha cambiado nada », lamenta el también superviviente del atentado de Hipercor. Sobre la comparecencia de Houli, indica: «Si por mi atentado hubieran tenido que venir al Congreso [Simón] Caride, [Domingo] Troitiño o Arróspide [Santi Potros], a mí no me habría importado. El objetivo máximo es saber qué ha ocurrido para que no vuelva a pasar», reitera . Para algunas víctimas, la comparecencia del terrorista ha sido dolorosa. Entre ellos, Miguel López , que el 17 de agosto de 2017 se encontraba en Las Ramblas junto a la menor de sus hijas. Sufre estrés postraumático grave y aún son muchas las noches que se despierta reviviendo aquella pesadilla. Confiesa que el jueves, cuando Houli llegó al Congreso, a penas aguantó unos segundos y tuvo que dejar de escuchar. «Sentí dentro una sublevación y ansiedad». « Sus palabras crean confusión, y expectación », apunta, «intentando dejar cosas en el aire». Cree que el condenado «fue allí con las ideas muy claras, con la intención de sembrar la duda. De alguna manera le habrá llegado que las víctimas queremos saber la verdad. Pero, ¿qué veracidad le vas a dar a alguien así? Si tiene algo que explicar que lo hubiese hecho delante del juez ». López lamenta además que las víctimas «siempre son moneda de cambio» del político de turno, cuando en todos estos años aún esperan que alguien les llame para preguntarles cómo se encuentran . Yolanda Ortiz , que el 17A estaba en Las Ramblas junto a sus dos hijos, cree que Houli fue al Congreso a «reírse de todos nosotros». «Cuando lo vi pensé: 'quizá está arrepentido y quiere hablar', pero luego me dio mucha rabia, porque tiró la piedra y escondió la mano. El hecho de soltar la bomba y luego no querer responder a ninguna pregunta más... Creo que cuando una persona está arrepentida y quiere ayudar a los demás, da mucha más información . Yo estoy convencida de que lo que dijo es verdad, pero de cara a la convicción y que pueda ser una verdad mantenida, creída, debería haber dado más datos», señala. Ortiz reprocha que transcurridos más de siete años desde los ataques, en los que Houli ha dado versiones diferentes sobre su papel en la célula, «esto aún lo descalifica más». «A mí no me sirve que una persona me venga y me diga, 'por mucho que te explique no me vas a entender', pues intenta explicármelo, porque a lo mejor te sorprende y te entiendo. Yo no me lo creí. Ni me creí su sentimiento, que decía 'lo siento mucho'. Verdaderamente una persona arrepentida hubiese dado más información. Fue de víctima y no explicó nada ». Otra de las supervivientes del 17A, Lourdes Porcar , explica a este diario que si algo de lo que pueda aportar el terrorista se puede investigar, « no se pierde nada por escuchar ». Reprocha además el «teatro» de algunos políticos al abandonar la comisión cuando, en todos estos años, aún no se han molestado en interesarse por el estado de las víctimas, más allá de la foto de turno en cada aniversario. «Queremos que lo que pasó no se repita», subraya. Ese es el único objetivo de los supervivientes.
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