Me encanta acribillar a los bicharracos de Monster Hunter Wilds con mi arco, pero pierdo un pedacito de mi alma tras cada cacería

No estoy teniendo tanto tiempo como me gustaría para jugar a Monster Hunter Wilds. Tengo un análisis bastante gordo entre manos que se está comiendo casi todo mi tiempo, pero he conseguido sacar unas horas para explorar su mundo, hacer algunas cacerías y avanzar un poquito en su historia. A diferencia de World, me ha dejado con ganas de más. Soy nuevo en la franquicia, por si no se nota. Disfruto muchísimo acribillando a los bicharracos del mundo con mi arco. Estoy en proceso de encontrar un arma cuerpo a cuerpo que me guste. Quizás espada y escudo, no lo sé. Pero no todo está siendo gozo y la culpa es de Capcom: ha hecho demasiado bien su trabajo. Sobrepensando en Monster Hunter Wilds Por mucho que me guste cazar a monstruos con mi arco, no puedo evitar sentirme un poquito mal durante las cacerías. Me veo como un ser que viene desde muy lejos a meter mano en un ecosistema que no es el mío y, peor todavía, a acabar con otros seres. Sé que es mucho sobrepensar, pero deja que me explique antes de acribillarme en comentarios. Sé que la franquicia va de cazar e investigar monstruos, que la historia de Monster Hunter Wilds plantea un porqué, que puedes capturarlos en vez de acabar con ellos y que los cazadores no son energúmenos que van por el mundo matando todo lo matable de forma indiscriminada. Soy consciente de que existe un código y honor entre ellos, y que se siguen directrices basadas en los diferentes estudios realizados por expertos. Sé todo esto, aunque probablemente me quede mucho por aprender. Óbvialo todo y sígueme el rollo. Tendrá sentido. En Monster Hunter Wilds se le da más peso a algo que siempre ha estado en la saga: los cazadores cumplen un propósito en el ecosistema. El gremio no son locos sanguinarios con armas súper gigantes, sino que al avanzar en el juego se justifica [...] Sin entrar en detalles sobre la trama, hay amenazas mayores y muchas veces una especie o un monstruo pone en peligro al ecosistemas entero. Pero, incluso en esas, hay una fiera batalla en la que los roles del cazador y la presa se intercambian. Y eso implica que tanto el monstruo como el jugador deben sacar fuerzas de donde no las hay, lo cual desmarca las dinámicas de las grandes cacerías de la manera en la que te enfrentas con los jefazos finales de otros juegos. - Franki, veterano y compañero en VidaExtra He visto lo suficiente para afirmar que Capcom ha hecho un trabajo increíble en lo referente al comportamiento de la fauna. Solo sus hábitos y relaciones daría para una sola publicación, pero en este caso quiero centrarme en su forma de proceder durante los combates. Me fascina mucho y sé que no es la última revolución en videojuegos. Más que aporrear a un saco de boxeo hasta reventarlo La primera mitad de los combates (que he jugado hasta ahora) suelen ser muy estimulantes y no suelo tener problemas. Ambos embestimos como toros y luchamos con todo. Mi drama llega durante la segunda mitad, cuando el bicho comienza a mostrar síntomas de dolor, miedo y cansancio. Son detalles que no todo el mundo nota porque sino menos personas pedirían barras de vida para saber cuánto le queda al bicho para caer. Comienza huyendo de un lado a otro para escapar del combate. Vas notando que es un poco más lento y que está a la defensiva, porque ataca a cualquier cosa que se le acerque, sean jugadores u otros bichos. Si insistes, entra en la siguiente fase: cansancio. Notas que es un poco más lento, que tiene ataques erráticos y que te perdona más errores. Hay muchos más huecos para pegar. Aquí ya puedes ver animaciones y sonidos que reflejan tanto el dolor. Si quieres escucharlos mejor, prueba a quitar la música durante un rato. Mi pena alcanza el punto máximo en la última fase: heridas. Antes de caer por completo, suele tener un último arranque de furia. Hay veces que ni siquiera puedo atacar con el arco porque no tengo tiempo. Basta con darle unos minutos y castigar las piernas/alas para verlo caer. Le cuesta volar, andar y moverse en general. Huyen, se echan a descansar y/o buscan el amparo de la manada. Esto último me voló la cabeza. En Vida Extra Me encanta que Diablo IV y otros juegos se apunten a durar muchos años, pero no a cualquier precio Me resulta fascinante que cada criatura pase a su manera por estas fases durante la batalla. Algunas son más expresivas que otras, pero todas (al menos las que he visto) dan señales claras de su estado durante el combate. Una barra de vida sería útil, pero no esencial. Que puedas ver tan claramente el estado del bicho es al mismo tiempo una de las mejores y peores cosas de Monster Hunter Wilds. Entiéndase peores para alguien que empatiza con los seres vivos del juego. "Monster Hunter es una saga en la que de un modo u otro acabas empatizando. A veces con el deseo de que se rinda, pero otras admirando que aguante", me comenta mi compañero

Mar 8, 2025 - 00:16
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Me encanta acribillar a los bicharracos de Monster Hunter Wilds con mi arco, pero pierdo un pedacito de mi alma tras cada cacería

Me encanta acribillar a los bicharracos de Monster Hunter Wilds con mi arco, pero pierdo un pedacito de mi alma tras cada cacería

No estoy teniendo tanto tiempo como me gustaría para jugar a Monster Hunter Wilds. Tengo un análisis bastante gordo entre manos que se está comiendo casi todo mi tiempo, pero he conseguido sacar unas horas para explorar su mundo, hacer algunas cacerías y avanzar un poquito en su historia. A diferencia de World, me ha dejado con ganas de más. Soy nuevo en la franquicia, por si no se nota.

Disfruto muchísimo acribillando a los bicharracos del mundo con mi arco. Estoy en proceso de encontrar un arma cuerpo a cuerpo que me guste. Quizás espada y escudo, no lo sé. Pero no todo está siendo gozo y la culpa es de Capcom: ha hecho demasiado bien su trabajo.

Sobrepensando en Monster Hunter Wilds

Por mucho que me guste cazar a monstruos con mi arco, no puedo evitar sentirme un poquito mal durante las cacerías. Me veo como un ser que viene desde muy lejos a meter mano en un ecosistema que no es el mío y, peor todavía, a acabar con otros seres. Sé que es mucho sobrepensar, pero deja que me explique antes de acribillarme en comentarios.

Sé que la franquicia va de cazar e investigar monstruos, que la historia de Monster Hunter Wilds plantea un porqué, que puedes capturarlos en vez de acabar con ellos y que los cazadores no son energúmenos que van por el mundo matando todo lo matable de forma indiscriminada. Soy consciente de que existe un código y honor entre ellos, y que se siguen directrices basadas en los diferentes estudios realizados por expertos. Sé todo esto, aunque probablemente me quede mucho por aprender. Óbvialo todo y sígueme el rollo. Tendrá sentido.

En Monster Hunter Wilds se le da más peso a algo que siempre ha estado en la saga: los cazadores cumplen un propósito en el ecosistema. El gremio no son locos sanguinarios con armas súper gigantes, sino que al avanzar en el juego se justifica [...]
Sin entrar en detalles sobre la trama, hay amenazas mayores y muchas veces una especie o un monstruo pone en peligro al ecosistemas entero. Pero, incluso en esas, hay una fiera batalla en la que los roles del cazador y la presa se intercambian. Y eso implica que tanto el monstruo como el jugador deben sacar fuerzas de donde no las hay, lo cual desmarca las dinámicas de las grandes cacerías de la manera en la que te enfrentas con los jefazos finales de otros juegos. - Franki, veterano y compañero en VidaExtra

He visto lo suficiente para afirmar que Capcom ha hecho un trabajo increíble en lo referente al comportamiento de la fauna. Solo sus hábitos y relaciones daría para una sola publicación, pero en este caso quiero centrarme en su forma de proceder durante los combates. Me fascina mucho y sé que no es la última revolución en videojuegos.

Más que aporrear a un saco de boxeo hasta reventarlo

La primera mitad de los combates (que he jugado hasta ahora) suelen ser muy estimulantes y no suelo tener problemas. Ambos embestimos como toros y luchamos con todo. Mi drama llega durante la segunda mitad, cuando el bicho comienza a mostrar síntomas de dolor, miedo y cansancio. Son detalles que no todo el mundo nota porque sino menos personas pedirían barras de vida para saber cuánto le queda al bicho para caer.

Comienza huyendo de un lado a otro para escapar del combate. Vas notando que es un poco más lento y que está a la defensiva, porque ataca a cualquier cosa que se le acerque, sean jugadores u otros bichos. Si insistes, entra en la siguiente fase: cansancio. Notas que es un poco más lento, que tiene ataques erráticos y que te perdona más errores. Hay muchos más huecos para pegar. Aquí ya puedes ver animaciones y sonidos que reflejan tanto el dolor. Si quieres escucharlos mejor, prueba a quitar la música durante un rato.

Mi pena alcanza el punto máximo en la última fase: heridas. Antes de caer por completo, suele tener un último arranque de furia. Hay veces que ni siquiera puedo atacar con el arco porque no tengo tiempo. Basta con darle unos minutos y castigar las piernas/alas para verlo caer. Le cuesta volar, andar y moverse en general. Huyen, se echan a descansar y/o buscan el amparo de la manada. Esto último me voló la cabeza.

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Me resulta fascinante que cada criatura pase a su manera por estas fases durante la batalla. Algunas son más expresivas que otras, pero todas (al menos las que he visto) dan señales claras de su estado durante el combate. Una barra de vida sería útil, pero no esencial. Que puedas ver tan claramente el estado del bicho es al mismo tiempo una de las mejores y peores cosas de Monster Hunter Wilds. Entiéndase peores para alguien que empatiza con los seres vivos del juego.

"Monster Hunter es una saga en la que de un modo u otro acabas empatizando. A veces con el deseo de que se rinda, pero otras admirando que aguante", me comenta mi compañero Franki en uno de nuestros debates sobre este tema. Tiene la perspectiva de un veterano curtido en la franquicia, mientras que yo acabo de llegar a la cacería. Quizás no tengo interiorizada la experiencia o tal vez mi pena sea fruto de la ignorancia.

Lo que tengo muy claro es que Capcom me tiene completamente fascinado con su fauna. Si bien prefiero la serenidad de cazar o pescar en Red Dead Redemption 2, reconozco que me siento atraído tanto por esta dualidad de emociones como por el propio juego en sí mismo. Y tener la capacidad de fijarme en todos estos detalles durante la batalla creo que está enriqueciendo mi llegada a la franquicia. Eso quiero creer. Ya seas veterano o novato, me interesa saber tu opinión y si sientes esta pena (aunque sea un poquito) cuando combates contra los monstruos.

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La noticia Me encanta acribillar a los bicharracos de Monster Hunter Wilds con mi arco, pero pierdo un pedacito de mi alma tras cada cacería fue publicada originalmente en Vida Extra por Alberto Martín .