Más problemas para el BCE: la actividad económica de la eurozona se estanca y la inflación sube

La actividad económica de la eurozona se encuentra al borde del estancamiento en febrero mientras la inflación se acelera, algo que puede ser un preludio de un estadio de estanflación y, por lo tanto, un problema grave para el Banco Central Europeo (BCE). Las autoridades de política monetaria se encuentran en un proceso de rebaja de tipos de interés, precisamente por el temor a que la economía se contraiga. Sin embargo, estas medidas no ayudan en un contexto en el que los precios continúan al alza con fuerza.

En concreto, el índice PMI publicado por S&P Global muestra como la actividad económica de la eurozona se encuentra al borde de la contracción. El Índice de Gestores de Compras (PMI, por sus siglas en inglés) mide la situación macroeconómica en base a los datos aportados por los gestores de compras. Así, el PMI puntúa el contexto del sector privado de tal forma que, si el valor supera los 50 puntos, la actividad se encontraría en un estado de expansión y, si está por debajo, en contracción.

Actividad económica de la eurozona

En este caso, el PMI de la zona euro se ha estancado en febrero en los 50,2 puntos, al borde del estancamiento. Por un lado, el Índice de Gerentes de Compras del sector servicios se situó en 50,7 puntos, ligeramente por debajo de los 51,3 registrados en enero. Por su parte, el PMI manufacturero subió hasta 47,3 puntos desde los 46,6 del mes anterior, lo que refleja una caída de la actividad, aunque al ritmo más moderado en los últimos nueve meses.

A pesar de mantener un crecimiento general similar al de enero, los nuevos pedidos continuaron disminuyendo, lo que llevó a las empresas a reducir sus plantillas en respuesta a la débil demanda. Además, la confianza empresarial se debilitó, alcanzando su nivel más bajo en tres meses.

En términos de precios, la inflación de los costes de los insumos experimentó un repunte significativo en febrero, registrando el mayor aumento desde abril de 2023. Por otro lado, los precios cobrados por las empresas se incrementaron a un ritmo más rápido, marcando un máximo de los últimos diez meses.

Este escenario presenta un importante desafío para el BCE. Rebajar los tipos de interés, como está llevando a cabo el organismo, puede ayudar a controlar la contracción económica, pero puede provocar que aumente el IPC. Así, Europa se acerca a la estanflación, es decir, que exista una alta inflación a la vez que hay un estancamiento económico.

«A sólo dos semanas de la reunión del Banco Central Europeo, los precios están enviando malas noticias», ha advertido Cyrus de la Rubia, economista jefe de Hamburg Commercial Bank, quien ha añadido que, además, el sector servicios está mostrando renovados signos de debilidad.

«Hay esperanzas de que después de las elecciones haya un Gobierno alemán que sea capaz de actuar, lo que también debería proporcionar un impulso positivo para la zona euro en su conjunto. Sin embargo, esta posible mejora se ve contrarrestada por una situación relativamente inestable en Francia y una política aduanera estadounidense que está sembrando la incertidumbre generalizada», ha sentenciado el profesional.