Más allá de 'Anora': el trabajo sexual a lo largo de la historia del cine

El cine ha tenido un papel fundamental en la formación de estereotipos, pero también ha servido de espacio para desmantelar prejuicios y ofrecer perspectivas humanizadoras a través de las historias. Su archivo cuenta con una larga lista de personajes que han retratado —de forma más o menos cuestionable— el trabajo sexual, así que, aprovechando el reciente éxito de Anora, hacemos un repaso por algunos de los más icónicos, y otros que quizá no conocías.

La lista empieza con el personaje de Angela en la película El ángel de la calle (1928). Con apenas 22 años, la actriz Janet Gaynor (Ha nacido una estrella) interpretaba a esta joven mujer al cuidado de su madre moribunda que recurre a la prostitución para salir adelante. Su personaje es uno de los primeros en reflejar la independencia femenina.

Aún así, la cuestión moral está tan presente que acaba buscando el perdón. Este clásico de cine mudo nos regala una masterclass de interpretación por parte de Gaynor, quien ganaría por este trabajo el primer Óscar de la historia a mejor actriz.

A partir de los años 30, con la llegada del cine sonoro y del Código Hays —que regulaba el contenido de las películas—, los personajes de trabajadoras sexuales comienzan a ser más prominentes y narrativamente más complejos.

Un ejemplo es el de Jo Van Fleet con su oscura interpretación de Cathy Ames, una exprostituta que utiliza su belleza para destruir todo lo que le rodea en la famosa adaptación de Elia Kazan de Al este del Edén (1955). Cathy es históricamente conocida por representar el lado más oscuro y destructivo de la naturaleza humana y literariamente comparada con el diablo. Una película para profundizar sobre por qué la moralidad castiga a los personajes femeninos.

Hablando de castigo, el cine también cuenta con prostitutas que han ayudado a hacer justicia social. Este fue el caso de Susan Hayward en la película ¡Quiero vivir! (1958). En ella interpreta una adaptación ficticia de la vida de Barbara Graham, una prostituta real que durante la Segunda Guerra Mundial ejercía su oficio como una "gaviota" (así se conocía a las prostitutas situadas cerca de las bases navales).

Aunque las pruebas contra ella eran débiles, en 1953 fue condenada a la pena de muerte por asesinato, tachada de "mujer sin moralidad" por su vida ligada a la prostitución y las drogas. La interpretación de Hayward —por la que ganaría el Oscar a mejor actriz— sirvió para reafirmar públicamente la inocencia de Graham y la película generó un gran impacto por su crítica al sistema judicial y al tratamiento de las mujeres en los tribunales.

Quizá no te lo esperabas, pero el primer protagonista masculino de nuestra lista es Cowboy de medianoche (1969). Joe Buck, interpretado por John Voight (padre de Angelina Jolie), llega a Nueva York con la esperanza de alcanzar el sueño americano dedicándose a la prostitución desde un lugar idealizado. No tardará en ver que la realidad de la ciudad y la vida que ha elegido es mucho más hostil de lo que pensaba. Una película revolucionaria por tratar entonces el tema de la prostitución de manera abierta y honesta, además, desde la perspectiva de un personaje masculino.

En este cambio de década, tenemos a la icónica Jane Fonda, que en Klute, un thriller psicológico de 1971, interpreta a la prostituta neoyorquina Bree Daniels, quien aspira a una carrera como actriz. Ya entonces, Fonda desafiaba el estigma hacia las trabajadoras sexuales, construyendo un personaje complejo, más allá de su manera de ganarse la vida. Una vez más, la prostitución es utilizada como contexto para exponer las dificultades de pertenecer a los márgenes. Ganó el Oscar a mejor actriz por su actuación.

No podía faltar en esta lista el maestro de la contracultura, John Waters. En una de sus obras de culto, Pink Flamingos (1972), nos presenta al personaje de Cotton, encarnado por la actriz Mary Vivian Pearce, habitual de sus películas. Aquí, la prostitución es una extensión de la vida desmedida, hedonista y desafiante, provocando una reflexión acerca de lo que se considera "decente" o "aceptable" para la sociedad.

De cuestionamiento social, Martin Scorsese sabe un rato. Por eso crea el papel de la prostituta más joven de la historia para Jodie Foster en Taxi Driver (1976). Iris es una niña de doce años que se prostituye en las calles de Nueva York. Este personaje es una forma impactante de criticar la sociedad urbana de la Nueva York de los 70 y de denunciar el abandono institucional hacia los jóvenes, los radicalismos ideológicos, la situación económica y la decadencia de esta ciudad americana.

También hay espacio en esta selección para el cine español. En las películas de Pedro Almodóvar suelen aparecer personajes que están relacionados con el mundo de la prostitución, más o menos relevantes en la trama, como La Agrado de Todo sobre mi madre (1999), Cristal en ¿Qué he hecho yo para merecer esto? (1984), Regina en Volver (2006), o el de la prostituta Isabel Plaza Caballero (Penélope Cruz) dando a luz en un autobús (junto a Pilar Bardem, su suegra en la vida real) en Carne trémula (1997). Almodóvar los presenta como una parte más del tejido social, cuestionando así el estigma.

Quien coge el estigma y lo convierte en belleza como nadie es River Phoenix. Imposible olvidar su interpretación en Mi Idaho privado (1991). Mike es un joven chapero de la calle que emprende un viaje para encontrar a su madre, acompañado de Scott (interpretado por Keanu Reeves), quien también vive prostituyéndose en las calles de Portland.

La película retrata la situación marginal de los hombres jóvenes que se buscan la vida estafando y vendiendo sus cuerpos por dinero. Phoenix ofrece una de las interpretaciones más memorables del cine, con un retrato honesto y sensible de este joven en busca de amor.

En contraste, tenemos una coproducción entre Francia y Marruecos llamada Much Loved (2015). Una de las primeras películas en abordar el tema de la prostitución en Marruecos y que denuncia la corrupción policial y la explotación por parte de los proxenetas.

La película se exhibía en el Festival de Cannes y Toronto en 2015, al mismo tiempo que era censurada en Marruecos por "su desprecio por los valores morales de las mujeres en Marruecos". Las escenas explícitas de la película provocaron un debate nacional en el que la protagonista llegó a recibir amenazas de muerte por su interpretación.

Por el lado opuesto, seguro que adivináis la primera vez que Hollywood se enamoró de una prostituta. Efectivamente, con Vivian Ward (Julia Roberts), esta pelirroja de sonrisa infinita que nos cautivó a todos. Es posible que Pretty Woman (1990) sea la película que más romantiza la prostitución en el séptimo arte. El debate sobre el trabajo sexual se ha extendido tanto que es difícil verla hoy día con los mismos ojos.

Años después, Charlize Theron nos regalaba el mejor trabajo de su carrera en Monstruo (2003) interpretando el papel de la prostituta Aileen Wuornos. La película cuenta el caso real de los asesinatos a siete de sus clientes entre 1989 y 1990. Theron logró el Oscar a mejor actriz y ponernos los pelos de punta con su increíble transformación.

En el lado más luminoso, el cine independiente norteamericano arroja una mirada inofensiva y respetuosa hacia el trabajo sexual en Las sesiones (2012). Cheryl (Helen Hunt) es una terapeuta que ofrece sus servicios sexuales para satisfacer a Mark O’Brien (John Hawkes), un hombre enfermo de polio postrado en una cama que desea perder la virginidad. Esta película resulta interesante porque, a través del trabajo sexual, se ponen la discapacidad y los cuidados en el centro de la conversación.

Antes de cerrar nuestra lista con Anora, no podemos acabar sin mencionar a la excéntrica Bella Baxter de Pobres criaturas (2023). Esta representación salvaje y desprejuiciada levantó alguna que otra rencilla sobre el empoderamiento femenino y los límites del consentimiento. Con polémica y todo, Emma Stone se hacía con su segunda estatuilla a mejor actriz por este magnífico trabajo.

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