Marcelo Gallardo vs. Fernando Gago: de los picantes cruces en la cancha a su primer River - Boca como técnicos
Superclásico en los bancos

Uno con la de River y otro con la de Boca, uno con la 5 en la espalda y otro con su inconfundible traje de DT, fueron una piedra en el zapato en distintas etapas de sus carreras. En la cancha, uno se llevó casi todas las alegrías. En el banco, en cambio, la tendencia se revirtió por completo. Este domingo, Marcelo Gallardo y Fernando Gago se medirán por primera vez como entrenadores en un superclásico del fútbol argentino. Sin embargo, el historial entre ambos comprende varios partidos memorables y una llamativa particularidad estadística: como jugadores, Pintita jamás perdió con el Muñeco; como técnicos, la supremacía de Gallardo es total.
Nacidos al oeste de la provincia de Buenos Aires -el DT de River en Merlo; el de Boca, en Ciudadela-, dejaron una huella como futbolistas en sus clubes y hoy defienden sus colores al costado del terreno de juego. Gallardo, el más ganador de la historia del Millonario, se convirtió este miércoles en el primer entrenador en llegar a los 100 partidos en un mismo equipo en toda la historia de la Copa Libertadores, aunque viene de tres empates seguidos en casa y precisa de un triunfo sobre Boca para clasificarse entre los primeros cuatro de la Zona B del torneo Apertura y regalarle un triunfo a la gente tras un comienzo de año irregular y colmado de sinsabores. Para Gago, que resistió a la eliminación ante Alianza Lima y condujo al Xeneize a la primera posición de su grupo, es la chance de saldar definitivamente su deuda con la gente y conseguir lo que solo dos técnicos de Boca lograron a lo largo de la última década: llevarse un triunfo del Monumental.
El primer duelo entre el Muñeco y Pintita coincidió con los inicios de Gago en Boca y la etapa final de Gallardo en River. Fue el 30 de enero de 2005, por la Copa Revancha de Mendoza que terminó con victoria 2 a 0 para el equipo de Jorge Benítez con goles de Rodrigo Palacio y Pablo Ledesma. Aquella victoria en el Malvinas Argentinas fue el tercer partido de Gago en primera división, y la que lo catapultó a la titularidad para el inicio del Clausura: con 18 años, anuló a Gallardo, que salió en el entretiempo, y fue la figura de la cancha junto a los autores de los goles. “Creo que hice un buen partido, como el resto de mis compañeros. A Gallardo creo que lo marqué bien. Es un jugador difícil de marcar. Pero igual me parece que no estuvo en su mejor nivel”, declaró Gago después del partido.
Cuatro meses después, el 5 y el 10 volvieron a cruzarse en la Bombonera, en aquel celebrado triunfo de Boca con goles de Guillermo Barros Schelotto y Marcelo Delgado, de tiro libre. En su primer súper oficial, Pintita controló de cerca al Muñeco y lo borró de la cancha durante buena parte del encuentro. “River juega bien al fútbol porque tiene a Gallardo”, había dicho Jorge Benítez, que sostenido en el antecedente del clásico veraniego decidió ubicar a Gago como volante tapón para intentar repetir aquella consagratoria actuación frente al hombre que más podía complicar a su equipo. El juvenil surgido de Parque robó 12 pelotas en el partido: siete de ellas fueron al Muñeco.
Los siguientes dos cruces entre el 5 de Boca y el 10 de River terminaron en empate. El primero en el Monumental, un 0 a 0 por el Apertura 2005, y el segundo en la Bombonera, un 1 a 1 por el Clausura 2006, con otra magnífica actuación de Gago. Gallardo ingresó en la segunda etapa y forzó la expulsión por último hombre de Roberto Abbondanzieri. Pintita le dio la bienvenida con un patadón que Sergio Pezzotta castigó con amarilla.
A fin de 2006, Gallardo emigró a Francia y Gago fue vendido al Real Madrid. Cuando el Muñeco volvió al Millonario entre 2009 y 2010, Pintita era suplente de Xabi Alonso en el Merengue. Y cuando Gago regresó a Boca en 2013, Gallardo ya había empezado su camino como DT. De hecho, el exRoma y Valencia jugó 15 superclásicos contra el River del Gallardo, con cinco victorias, cinco empates y cinco derrotas. ¿Los más recordados? El de su injusta expulsión en el Monumental, en el 1 a 1 de 2014; el triunfo 4 a 2 de 2016; la caída 3 a 1 de 2017, en la que marcó su único gol ante River; y las tres lesiones que aceleraron su retiro del fútbol: rotura del tendón de Aquiles en 2015, 2016 y 2018.
El de este domingo a las 15:30 será el sexto enfrentamiento como técnicos entre Gallardo y Gago, con una claro predominio del Muñeco, que ganó cuatro de los cinco partidos contra Pintita. Las primeros tres tuvieron lugar entre mayo y noviembre de 2021: 4 a 1 y 2 a 0 ante Aldosivi (ambas sin público) y 4 a 0 a Racing, el día que Gallardo alzó su 13er título en el club. A Gago le recordaron la final en Madrid y el público gozó con una exhibición de fútbol del último gran River del Muñeco. Y más tarde llegaría el 2 a 2 por la Copa de la Liga 2022, en el que River ganaba 2 a 0 y el Racing de Gago lo empató con dos cabezazos.
“Gallardo es un grandísimo entrenador. Se mantuvo en el fútbol argentino durante años y sabemos todos que eso es muy difícil, porque todos pensamos en el resultado. A él los resultados lo acompañaron y le dieron tranquilidad para seguir trabajando y formando un proyecto”, dijo Gago en medio de esa seguidilla de partidos contra el Muñeco. Pero si hubo un partido que marcó a fuego el duelo entre Gallardo y Gago fue el triunfo 2 a 1 del Millonario en el Cilindro que no solo privó a la Academia de consagrarse campeón, sino que le sirvió el título en bandeja a Boca, el rival de toda la vida.
“Lo de la Copa duele, pero ya no podemos hacer nada. Ahora tenemos que seguir construyendo lo que queremos ser, independientemente del clásico que se nos viene”, sostuvo Gago tras la victoria frente a Estudiantes, la sexta en siete partidos.
“Vamos a jugar un clásico con un vuelo en el medio, con poco descanso. El final del partido nos marca que el esfuerzo no fue en vano. Mentalmente, nos va a ayudar a enfocarnos en el domingo”, rescató Gallardo luego del 2 a 2 con Independiente del Valle, aunque ya mentalizado en el duelo contra Boca.
Dos vidas cruzadas atravesadas por la pasión del súper.