Luis Felipe Fernández-Salvador y Campodónico, VI marqués de Lises: el aristócrata que busca el tesoro perdido de Atahualpa
Luis Felipe Fernández-Salvador y Campodónico (42) , explorador, filántropo y cineasta ítalo-ecuatoriano, es el VI Marqués de Lises desde 2024, una distinción creada por Felipe V en 1745 y rehabilitada por el Rey Juan Carlos I en 1982. Pero ese no es el único título que lleva consigo. Su linaje acumula siglos de historia. «Tengo un título mucho más antiguo, que es italiano, y viene del año 990. Es el Conde de Lavagna, que entregó el emperador a Hugo Fieschi, uno de mis antepasados», explica. «Ese título ha pasado por manos de dos papas de mi familia: Inocencio IV y Adriano V, además de varios cardenales y príncipes de Italia». Luis Felipe ya ha cedido parte de su herencia nobiliaria a sus hijos, que tienen 25, 3 y 1 año, entre ellos los títulos de Conde de Vezzano y Marqués de Obertengi. «Todos esos títulos son muchísimo más antiguos y más relevantes históricamente , aunque llevo por delante el de Marqués de Lises». El reconocimiento del Marquesado de Lises fue posible gracias al historiador Javier Gómez de Olea, quien le sugirió reclamar los títulos que su familia había dejado de gestionar. «Había algunos títulos que mi padre nunca reclamó. Algunos ya estaban prescritos y otros en manos de ramas familiares que los habían solicitado. Pero había uno que estaba disponible, el de marqués de Lises, que pude obtener gracias al señor Francisco Alberto Ortiz de la Renta y Roca-Mattei , que era pariente lejano mío, no tenía hijos y decidió renunciar a él para que yo lo heredara». Ahora, el empresario se encuentra en pleno litigio por el Condado de Real Agrado, un título creado por el Rey Carlos III en 1764. Asegura que su motivación para reclamar tantos títulos españoles es una deuda con su abuela. «Por el lado materno, mi abuela se encargó de que todos los títulos fueran reclamados. Pero por el lado paterno no sucedió igual. Es una cuestión de memoria histórica », y es que la memoria histórica atraviesa toda su vida. Afirma que sus antepasados fundaron el país de Ecuador. «Mi tatarabuelo fue quien firmó el acta de creación, el que escribió la Constitución. Fue el primer país en Sudamérica en crearse». Pero pese a la importancia de su legado, ha preferido mantener siempre un perfil bajo por motivos de seguridad. Pero la obsesión familiar sigue siendo el tesoro perdido de Atahualpa, una búsqueda que ha marcado cuatro generaciones. La historia se remonta a cuando el emperador inca ofreció toneladas de oro a Francisco Pizarro a cambio de su libertad, pero los españoles lo ejecutaron antes de que llegara el rescate. « Era mucho oro. Los 15 000 soldados del Imperio Inca cargaban un quintal de oro cada uno . Tras la muerte del emperador, los soldados decidieron esconder el tesoro y suicidarse para no ser torturados». Desde entonces, miles de personas han muerto intentando encontrarlo. «He dedicado los últimos 27 años, desde que mi padre me llevó por primera vez a una expedición, a buscar el tesoro de Atahualpa», explica. « Mi familia lleva generaciones buscándolo . Mi padre me dijo antes de morir que, si lo encontramos, debe destinarse a las culturas indígenas del Amazonas, para que con esos réditos puedan defender su hogar, la naturaleza». Las expediciones son extremadamente peligrosas. « La zona es muy complicada, es muy montañosa, es una selva fría, llena de niebla . Es el alto Amazonas, hay picos de 5500 m de altura y otros de 4000m. La selva es densa y prácticamente no hay oxígeno». Todo eso sumado a la densidad de la vegetación hacen que avanzar un kilómetro pueda tomar siete días. «Intenté llevar a mi padre en helicóptero cuando ya estaba mayor, pero los pilotos del ejército renunciaban porque volar ahí es un suicidio». Hoy, con la ayuda de tecnología satelital y ejecutivos de la NASA, están sobre un área de apenas un kilómetro cuadrado. Solo falta atravesar la vegetación para descubrir lo que podría ser el hallazgo arqueológico más importante de la historia. « La intención de mi padre siempre fue clara: que el tesoro se devuelva a quienes pertenece . Para que la naturaleza genere dinero y esas culturas puedan tener representación en el mundo moderno», responde entusiasmado. Actualmente, centra sus esfuerzos en la Fundación Marqués de Lises, a punto de ser presentada oficialmente, con el propósito de reconciliar culturalmente la España América y la España Ibérica. Con su proyecto Casa Ecuador, Luis Felipe pretende proteger la identidad de Hispanoamérica. «Representamos los derechos de la naturaleza, negociamos con los Estados para incluir la carta de derechos dentro de sus constituciones» . Para ello, espera poder abrir 12 locaciones en las capitales económicas más importantes del mundo y empezar «la recolección de firmas para un movimiento político internacional llamado TEO, por la agenda de la naturaleza». La relación entre la naturaleza y la identidad es clave en su proyecto. Su organización ha impulsado el «cine con conciencia», una serie de cinco películas de alto nivel de producción, realizadas con figuras de
Luis Felipe Fernández-Salvador y Campodónico (42) , explorador, filántropo y cineasta ítalo-ecuatoriano, es el VI Marqués de Lises desde 2024, una distinción creada por Felipe V en 1745 y rehabilitada por el Rey Juan Carlos I en 1982. Pero ese no es el único título que lleva consigo. Su linaje acumula siglos de historia. «Tengo un título mucho más antiguo, que es italiano, y viene del año 990. Es el Conde de Lavagna, que entregó el emperador a Hugo Fieschi, uno de mis antepasados», explica. «Ese título ha pasado por manos de dos papas de mi familia: Inocencio IV y Adriano V, además de varios cardenales y príncipes de Italia». Luis Felipe ya ha cedido parte de su herencia nobiliaria a sus hijos, que tienen 25, 3 y 1 año, entre ellos los títulos de Conde de Vezzano y Marqués de Obertengi. «Todos esos títulos son muchísimo más antiguos y más relevantes históricamente , aunque llevo por delante el de Marqués de Lises». El reconocimiento del Marquesado de Lises fue posible gracias al historiador Javier Gómez de Olea, quien le sugirió reclamar los títulos que su familia había dejado de gestionar. «Había algunos títulos que mi padre nunca reclamó. Algunos ya estaban prescritos y otros en manos de ramas familiares que los habían solicitado. Pero había uno que estaba disponible, el de marqués de Lises, que pude obtener gracias al señor Francisco Alberto Ortiz de la Renta y Roca-Mattei , que era pariente lejano mío, no tenía hijos y decidió renunciar a él para que yo lo heredara». Ahora, el empresario se encuentra en pleno litigio por el Condado de Real Agrado, un título creado por el Rey Carlos III en 1764. Asegura que su motivación para reclamar tantos títulos españoles es una deuda con su abuela. «Por el lado materno, mi abuela se encargó de que todos los títulos fueran reclamados. Pero por el lado paterno no sucedió igual. Es una cuestión de memoria histórica », y es que la memoria histórica atraviesa toda su vida. Afirma que sus antepasados fundaron el país de Ecuador. «Mi tatarabuelo fue quien firmó el acta de creación, el que escribió la Constitución. Fue el primer país en Sudamérica en crearse». Pero pese a la importancia de su legado, ha preferido mantener siempre un perfil bajo por motivos de seguridad. Pero la obsesión familiar sigue siendo el tesoro perdido de Atahualpa, una búsqueda que ha marcado cuatro generaciones. La historia se remonta a cuando el emperador inca ofreció toneladas de oro a Francisco Pizarro a cambio de su libertad, pero los españoles lo ejecutaron antes de que llegara el rescate. « Era mucho oro. Los 15 000 soldados del Imperio Inca cargaban un quintal de oro cada uno . Tras la muerte del emperador, los soldados decidieron esconder el tesoro y suicidarse para no ser torturados». Desde entonces, miles de personas han muerto intentando encontrarlo. «He dedicado los últimos 27 años, desde que mi padre me llevó por primera vez a una expedición, a buscar el tesoro de Atahualpa», explica. « Mi familia lleva generaciones buscándolo . Mi padre me dijo antes de morir que, si lo encontramos, debe destinarse a las culturas indígenas del Amazonas, para que con esos réditos puedan defender su hogar, la naturaleza». Las expediciones son extremadamente peligrosas. « La zona es muy complicada, es muy montañosa, es una selva fría, llena de niebla . Es el alto Amazonas, hay picos de 5500 m de altura y otros de 4000m. La selva es densa y prácticamente no hay oxígeno». Todo eso sumado a la densidad de la vegetación hacen que avanzar un kilómetro pueda tomar siete días. «Intenté llevar a mi padre en helicóptero cuando ya estaba mayor, pero los pilotos del ejército renunciaban porque volar ahí es un suicidio». Hoy, con la ayuda de tecnología satelital y ejecutivos de la NASA, están sobre un área de apenas un kilómetro cuadrado. Solo falta atravesar la vegetación para descubrir lo que podría ser el hallazgo arqueológico más importante de la historia. « La intención de mi padre siempre fue clara: que el tesoro se devuelva a quienes pertenece . Para que la naturaleza genere dinero y esas culturas puedan tener representación en el mundo moderno», responde entusiasmado. Actualmente, centra sus esfuerzos en la Fundación Marqués de Lises, a punto de ser presentada oficialmente, con el propósito de reconciliar culturalmente la España América y la España Ibérica. Con su proyecto Casa Ecuador, Luis Felipe pretende proteger la identidad de Hispanoamérica. «Representamos los derechos de la naturaleza, negociamos con los Estados para incluir la carta de derechos dentro de sus constituciones» . Para ello, espera poder abrir 12 locaciones en las capitales económicas más importantes del mundo y empezar «la recolección de firmas para un movimiento político internacional llamado TEO, por la agenda de la naturaleza». La relación entre la naturaleza y la identidad es clave en su proyecto. Su organización ha impulsado el «cine con conciencia», una serie de cinco películas de alto nivel de producción, realizadas con figuras de Hollywood, que muestran experiencias inmersivas en paraísos naturales. «Estuvimos en los Oscar en 2019 con una película de culto 'A Son of Man: La maldición del tesoro de Atahualpa' , que viaja por los Yanganates, un territorio muy desconocido del planeta donde está escondido el tesoro más grande de la historia después de Tutankamón: el de Atahualpa». La expedición, que emprendió con su hijo mayor tras la muerte de su padre —fallecido justo una semana antes de comenzar el rodaje—, le sirvió de catarsis personal. «Fue una aventura para reconectarme con mi hijo». La película fue propuesta por Ecuador como candidata en la categoría de Mejor película de habla no inglesa en la ceremonia de los Oscar . Actualmente, está filmando en Galápagos con Guillermo Navarro, ganador del Oscar por la película 'El laberinto del fauno', y preparan otras dos producciones: 'Ananaland', que se grabará entre las Islas Canarias y Ecuador, y 'Edén', rodada en el Parque Nacional Yasuní, la región más biodiversa del planeta, lugar que inspiró a James Cameron para crear la película 'Avatar'.
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