Los perros necesitan menos extremismos estéticos y más salud: así plantea la ciencia el futuro de la cría

Los expertos piden reformar los estándares actuales para priorizar la salud y reducir enfermedades.

Mar 11, 2025 - 07:13
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Los perros necesitan menos extremismos estéticos y más salud: así plantea la ciencia el futuro de la cría

Si bien los debates alrededor de la ética tras la cría canina profesional llevan décadas sobre la mesa, en los últimos años ha crecido la preocupación por los problemas de salud que afectan a ciertas razas debido a la selección basada en su apariencia. Las imágenes de perros con hocicos extremadamente cortos, pliegues excesivos en la piel o patas desproporcionadas pueden resultar adorables, pero detrás de estas características estéticas se esconden con frecuencia serios problemas de salud.

Un reciente estudio, presentado en el Canine Science Forum y publicado en la revista Animal Welfare, plantea la necesidad urgente de replantear la cría de perros de raza, pasando de un modelo centrado en la estética a uno que priorice la salud. El trabajo analiza cómo las prácticas actuales han favorecido la aparición de enfermedades hereditarias y cómo una reforma de los estándares podría ser la solución para un futuro más saludable para los perros.

Cuando la estética compromete la salud

Desde hace más de un siglo, los clubes de cría y las exposiciones caninas han promovido estándares que priorizan rasgos físicos específicos, pero muchos de estos rasgos, al ser llevados al extremo, se han convertido en un problema para la salud de los propios animales.

Razas como el bulldog inglés o el carlino, por ejemplo, presentan hocicos tan cortos que sufren graves dificultades respiratorias (síndrome braquicéfalo). Los pastores alemanes con espaldas excesivamente inclinadas pueden desarrollar displasia de cadera, mientras que los shar peis, seleccionados por sus arrugas profundas, son propensos a infecciones cutáneas crónicas.

A esto se suma el problema de la consanguinidad. La búsqueda de la ‘pureza racial’, aunque en la actualidad está más controlada, ha reducido la diversidad genética en muchas razas, incrementando la probabilidad de que se transmitan enfermedades hereditarias.

Las razas de diseño: ¿solución o nuevo problema?

El creciente rechazo hacia las razas con problemas de salud ha impulsado dos tendencias: la adopción de perros mestizos y la creación de razas de diseño, como el labradoodle (cruce de labrador y caniche) o el puggle (carlino y beagle).

Aunque los mestizos suelen tener mayor diversidad genética, lo que puede reducir algunos riesgos, esto no garantiza automáticamente una salud óptima. Por otro lado, los cruces diseñados están heredando lo peor de cada raza al no realizar una selección responsable. El estudio destaca que, aunque estas razas de diseño se presentan como alternativas más sanas, también están mostrando enfermedades hereditarias debido a que muchos de estos cruces únicamente se basan en la apariencia y la moda.

¿Cómo replantear la cría de perros?

Los autores del estudio proponen una serie de medidas que permitirían transitar hacia una cría canina más ética y responsable.

  • Permitir el uso reproductivo con nuevos ejemplares para aumentar la diversidad genética y reducir los riesgos asociados a la consanguinidad.
  • Las exposiciones caninas deberían dejar de premiar características físicas que comprometan la salud, como hocicos excesivamente cortos o cuerpos desproporcionados.
  • Utilizar herramientas genéticas avanzadas para evitar la transmisión de enfermedades hereditarias y fomentar la cría de perros más longevos y saludables.
  • Algunos países ya han implementado normativas que prohíben la cría de perros con ciertas malformaciones hereditarias. El estudio aboga por extender este tipo de legislaciones a nivel internacional.

Un reto compartido: criadores, legisladores y titulares

El estudio enfatiza que la responsabilidad no recae únicamente en criadores y legisladores. Los potenciales compradores o adoptantes juegan un papel tanto o más importante que los anteriores y deben informarse antes de adquirir un perro y optar solo por criadores responsables o adoptar animales que no promuevan la compraventa de estas razas.

Para los expertos implicados en el análisis, el reto es grande, pero el cambio es posible. Reformar la cría canina para centrarse en la salud no solo beneficiaría a los perros, sino también a las familias que buscan compañeros sanos y felices. Porque, al final, un perro sano no solo vive más, sino que también vive mejor.

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