Los costes del crecimiento exponencial del absentismo laboral
Lejos de solucionarse, o incluso de moderarse, el problema del incremento exponencial de las bajas laborales temporales sigue ahí, lastrando de recursos tanto a las empresas como al Estado. Que en la última década haya crecido un 186 por ciento no tiene ninguna lógica, lo que ha provocado un coste de casi 30.000 millones. Las cifras son mareantes se escoja el parámetro que se escoja: las bajas de más de un año han crecido desde la pandemia un 300 por cien; las de menos de quince días, más de un 75 por ciento desde 2018. La sombra del fraude y del absentismo se agranda sobre un problema que no aborda el Gobierno, que asiste como si no fuera con él a cómo el actual modelo de gestión de la prestación de incapacidad temporal naufraga por la ausencia de un control eficaz que evite los abusos por parte de –hay que dejarlo claro– una minoría de los trabajadores que, no obstante, provocan un roto de consideración a las empresas y a la Seguridad Social.
Lejos de solucionarse, o incluso de moderarse, el problema del incremento exponencial de las bajas laborales temporales sigue ahí, lastrando de recursos tanto a las empresas como al Estado. Que en la última década haya crecido un 186 por ciento no tiene ninguna lógica, lo que ha provocado un coste de casi 30.000 millones. Las cifras son mareantes se escoja el parámetro que se escoja: las bajas de más de un año han crecido desde la pandemia un 300 por cien; las de menos de quince días, más de un 75 por ciento desde 2018. La sombra del fraude y del absentismo se agranda sobre un problema que no aborda el Gobierno, que asiste como si no fuera con él a cómo el actual modelo de gestión de la prestación de incapacidad temporal naufraga por la ausencia de un control eficaz que evite los abusos por parte de –hay que dejarlo claro– una minoría de los trabajadores que, no obstante, provocan un roto de consideración a las empresas y a la Seguridad Social.
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