Los concejales del PSOE desafían a Ferraz y seguirán en Raxoi
Ha caído la espada de Damocles que pendía sobre los socialistas compostelanos. El martes era noticia la expulsión, por parte de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, de los concejales Gonzalo Muíños –actual portavoz local–, Mercedes Rosón, Mila Castro y Marta Álvarez de las filas del partido. En el expediente abierto, Ferraz les achaca faltas de disciplina reiteradas, pero los cuatro ediles niegan que sea cierto y aseguran que se emplea su ausencia en una reunión para nombrar portavoz al edil Sindo Guinarte –que consideran ilegítima– como pretexto para que cedan su acta y dejen paso a la Corporación a su secretario local, Aitor Bouza. Sin embargo, ya adelantaron que presentarán un recurso contra el expediente –cuentan con diez días para hacerlo– y que, hasta que se resuelva, seguirán desempeñando sus cargos, como los ejercerán en el próximo pleno municipal. Este miércoles, en una aparición conjunta frente a los medios, Muíños procuró ser «transparente» y explicar, desde «la más absoluta sinceridad», el marco del escenario como lo entienden sus tres compañeras de mesa y él. Ellos, dijo, en todo momento actuaron con lealtad y compromiso hacia Santiago y sus electores. Censuraron que si el conflicto escaló hasta esta situación es porque responde a intentos de la directiva municipal por que un concejal presentase su dimisión e hiciese «hueco» en la corporación local a Bouza. «Lo más sencillo hubiera sido aceptar las ofertas» de cese, aquel «espectáculo lamentable del 'quítate tú para ponerme yo'», para así «permanecer en el cargo y seguir como concejal», detalló. Pero, tras haberse negado, llega esta expulsión por vía extraordinaria, que, afeó, habitualmente se reserva para casos de corrupción, agresiones a vecinos o delitos graves. El portavoz aludió a su compromiso con la ciudad: «No vamos a fallar a nuestra palabra. Somos socialistas aunque nos quieran echar de la organización; lo somos por los ideales que tenemos, que no van a terminar con una suspensión». En ese sentido, y como incongruencia por parte del PSOE, destacó que lo destituyen de su cargo después de que el propio partido entendiese que ya no lo ostentaba, al intentar nombrar a Guinarte como sustituto en aquella reunión. A continuación habló Mercedes Rosón, que afirmó que los cuatro están recibiendo apoyo desde dentro y fuera del partido. Insistió en que «no» cometieron faltas de disciplina reiteradas, como afirma el expediente, sino que el documento pretende utilizar su ausencia en la reunión para nombrar portavoz a Guinarte –imposibilitando el proceso– como ariete para cesarlos. Un encuentro que, volvió a decir, entienden «nulo de pleno derecho» por haberlo convocado el propio Guinarte, con el apoyo de la directiva local –sin convocar a Muíños–, antes de que se formalizasen el cese y salida de su predecesor y sin someter la cuestión a votación entre los miembros del grupo municipal, como dicta el procedimiento: «La ley deja muy claro que es competencia de los grupos municipales por mayoría nombrar al portavoz (...).Y por encima de cualquier reglamento de un partido está la Ley». Así, recordó la edil, fue cómo se eligió a Muíños en su momento, cuando nadie más quería ocupar el puesto, «tampoco el señor Guinarte». Al mencionar a su compañero, ahora alineado con su directiva, compartió que, al preguntarle por la existencia de algún «acuerdo oculto» de cualquier tipo con el partido, días antes de convocarse la reunión con la que se sustituiría a Muíños, «lo negó». «De forma muy cobarde y desleal, reconozco con tristeza. Él era mi amigo», apostilló Rosón. La siguiente en intervenir fue Mila Castro, que enfatizó la consigna de su compañera, rechazando que hubiese indisciplina alguna en el grupo municipal: «Llevamos aquí muchos años, sabemos lo que es cumplir las normas. Y por más que se repita, una mentira no se convierte en verdad». Como había hecho en la rueda de prensa de hace un mes, cuando se dio a conocer la apertura del expediente a Muíños, elevó su voz en un intento por que la escuchen los máximos órganos de su partido y revisen tanto sus expedientes como las alegaciones y pruebas documentales que presentaron, empezando por la Comisión Federal de Ética y Garantías. La última en hablar fue Marta Álvarez. La edil enumeró presiones que sufrió en primera persona y denunció que desde la directiva «aprovecharon su relación de confianza personal y laboral» con Gonzalo Muíños para tratar de exigirle al portavoz municipal que ella dejase el cargo. Y, en referencia a declaraciones del secretario provincial del PSOE en La Coruña, Bernardo Fernández, en las que afirmaba que el propio Muíños había sugerido algún cese, la concejala aseguró que es un relato «falso»: «Gonzalo no ofreció mi dimisión, a Gonzalo le exigieron mi dimisión», puntualizó. «No vamos a permitir que se sigan contando mentiras sobre nosotros. Vamos a seguir defendiendo nuestra posición», concluyó Álvarez. Por lo pronto, avanzaron que «agotarán todas las vías» –incluyendo la judicial, s
Ha caído la espada de Damocles que pendía sobre los socialistas compostelanos. El martes era noticia la expulsión, por parte de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, de los concejales Gonzalo Muíños –actual portavoz local–, Mercedes Rosón, Mila Castro y Marta Álvarez de las filas del partido. En el expediente abierto, Ferraz les achaca faltas de disciplina reiteradas, pero los cuatro ediles niegan que sea cierto y aseguran que se emplea su ausencia en una reunión para nombrar portavoz al edil Sindo Guinarte –que consideran ilegítima– como pretexto para que cedan su acta y dejen paso a la Corporación a su secretario local, Aitor Bouza. Sin embargo, ya adelantaron que presentarán un recurso contra el expediente –cuentan con diez días para hacerlo– y que, hasta que se resuelva, seguirán desempeñando sus cargos, como los ejercerán en el próximo pleno municipal. Este miércoles, en una aparición conjunta frente a los medios, Muíños procuró ser «transparente» y explicar, desde «la más absoluta sinceridad», el marco del escenario como lo entienden sus tres compañeras de mesa y él. Ellos, dijo, en todo momento actuaron con lealtad y compromiso hacia Santiago y sus electores. Censuraron que si el conflicto escaló hasta esta situación es porque responde a intentos de la directiva municipal por que un concejal presentase su dimisión e hiciese «hueco» en la corporación local a Bouza. «Lo más sencillo hubiera sido aceptar las ofertas» de cese, aquel «espectáculo lamentable del 'quítate tú para ponerme yo'», para así «permanecer en el cargo y seguir como concejal», detalló. Pero, tras haberse negado, llega esta expulsión por vía extraordinaria, que, afeó, habitualmente se reserva para casos de corrupción, agresiones a vecinos o delitos graves. El portavoz aludió a su compromiso con la ciudad: «No vamos a fallar a nuestra palabra. Somos socialistas aunque nos quieran echar de la organización; lo somos por los ideales que tenemos, que no van a terminar con una suspensión». En ese sentido, y como incongruencia por parte del PSOE, destacó que lo destituyen de su cargo después de que el propio partido entendiese que ya no lo ostentaba, al intentar nombrar a Guinarte como sustituto en aquella reunión. A continuación habló Mercedes Rosón, que afirmó que los cuatro están recibiendo apoyo desde dentro y fuera del partido. Insistió en que «no» cometieron faltas de disciplina reiteradas, como afirma el expediente, sino que el documento pretende utilizar su ausencia en la reunión para nombrar portavoz a Guinarte –imposibilitando el proceso– como ariete para cesarlos. Un encuentro que, volvió a decir, entienden «nulo de pleno derecho» por haberlo convocado el propio Guinarte, con el apoyo de la directiva local –sin convocar a Muíños–, antes de que se formalizasen el cese y salida de su predecesor y sin someter la cuestión a votación entre los miembros del grupo municipal, como dicta el procedimiento: «La ley deja muy claro que es competencia de los grupos municipales por mayoría nombrar al portavoz (...).Y por encima de cualquier reglamento de un partido está la Ley». Así, recordó la edil, fue cómo se eligió a Muíños en su momento, cuando nadie más quería ocupar el puesto, «tampoco el señor Guinarte». Al mencionar a su compañero, ahora alineado con su directiva, compartió que, al preguntarle por la existencia de algún «acuerdo oculto» de cualquier tipo con el partido, días antes de convocarse la reunión con la que se sustituiría a Muíños, «lo negó». «De forma muy cobarde y desleal, reconozco con tristeza. Él era mi amigo», apostilló Rosón. La siguiente en intervenir fue Mila Castro, que enfatizó la consigna de su compañera, rechazando que hubiese indisciplina alguna en el grupo municipal: «Llevamos aquí muchos años, sabemos lo que es cumplir las normas. Y por más que se repita, una mentira no se convierte en verdad». Como había hecho en la rueda de prensa de hace un mes, cuando se dio a conocer la apertura del expediente a Muíños, elevó su voz en un intento por que la escuchen los máximos órganos de su partido y revisen tanto sus expedientes como las alegaciones y pruebas documentales que presentaron, empezando por la Comisión Federal de Ética y Garantías. La última en hablar fue Marta Álvarez. La edil enumeró presiones que sufrió en primera persona y denunció que desde la directiva «aprovecharon su relación de confianza personal y laboral» con Gonzalo Muíños para tratar de exigirle al portavoz municipal que ella dejase el cargo. Y, en referencia a declaraciones del secretario provincial del PSOE en La Coruña, Bernardo Fernández, en las que afirmaba que el propio Muíños había sugerido algún cese, la concejala aseguró que es un relato «falso»: «Gonzalo no ofreció mi dimisión, a Gonzalo le exigieron mi dimisión», puntualizó. «No vamos a permitir que se sigan contando mentiras sobre nosotros. Vamos a seguir defendiendo nuestra posición», concluyó Álvarez. Por lo pronto, avanzaron que «agotarán todas las vías» –incluyendo la judicial, si es necesario–, comenzando por la presentación de un recurso contra el expediente que dicta su expulsión. Cuentan con diez días para hacer efectivo su traslado y, hasta entonces, mientras el cese de Muíños no sea oficial, continuará ejerciendo como portavoz -y ellos como ediles-. Así lo harán en el próximo pleno, al que, en teoría, asistirá el grupo municipal al completo; Sindo Guinarte y Marta Abal incluidos . Al hilo, los cuatro ediles confirmaron que, incluso si su salida se hace efectiva y pasan al grupo de 'no adscritos', su voto a favor de los presupuestos de 2025 para la ciudad, acordado ya entre el Concello y el PSOE, no cambiará. Y que seguirán ejerciendo como ediles, al menos, hasta 2027.
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