Las regiones españolas que más sufrirán con los aranceles agrícolas de Trump
El aceite de oliva, el vino y la aceituna de mesa están entre los productos que pueden verse afectados por la subida de impuestos al comercio que la nueva Administración estadounidense aprobará a partir del 2 de abril
El nuevo dardo comercial que ha lanzado el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tiene como diana a todos los productos agroalimentarios que importa su país. El impacto se producirá el próximo 2 de abril, cuando prevé elevar aranceles al sector, si bien no ha ofrecido detalles sobre si las tasas serán generalizadas o específicas para determinados bienes. Grasas y aceite, frutas, hortalizas y legumbres, bebidas, preparados alimenticios y productos pesqueros copan más del 60% de las exportaciones españolas a su país.
Hay tres productos que son clave y cuyo peso en el total de intercambios destaca muy por encima de los demás: el aceite de oliva, el vino y la aceituna de mesa. La relevancia que las grasas y aceites tienen sobre las ventas 'agro' al país norteamericano -representan un tercio del total- convierten a Andalucía, Cataluña y Murcia en las comunidades autónomas más expuestas a las nuevas amenazas de Trump.
En el caso de Andalucía, la región que resultaría más afectada por una subida de las tasas comerciales al sector, Estados Unidos es el primer mercado no europeo y el quinto mundial para sus empresas. Las exportaciones del campo andaluz a la primera economía del mundo alcanzaron los 1.354 millones de euros en 2024, tras dispararse un 40% con respecto al ejercicio anterior.
Un mercado que ofrece rentabilidad
La región es, de hecho, líder en exportaciones de alimentos y bebidas a nivel nacional. El año pasado el sector agro andaluz superó los 15.700 millones de euros en ventas al extranjero, casi el 22% del total nacional y una cifra récord. Pese a la sequía, el aceite de oliva lideró las exportaciones de la comunidad el año pasado, tras dispararse sus ventas un 39% y alcanzar la cifra histórica de 4.570 millones.
Precisamente, en el caso de las grasas y aceites, el epígrafe bajo el que se incluye el 'oro líquido', el 80% de las exportaciones andaluzas van a parar a Estados Unidos. "Desde noviembre, muchas empresas en ciertos sectores se lo estarán pensando dos veces antes de aumentar la capacidad y llevar a cabo proyectos al exterior", explica a 'La Información Económica' Miguel Cardoso, economista Jefe para España de BBVA Research.
Son empresas que habían visto en el mercado norteamericano una "fuente importante de ingresos", añade Cardoso, al ofrecer algo más de rentabilidad a los productores. Su análisis coincide con el de Eduardo López, secretario de Organización de COAG Andalucía, quien se muestra muy preocupado por el anuncio de Trump. "La aceituna de mesa, el aceite de oliva y el vino son los productos más enviados a ese país por su valor y calidad, puesto que se trata de un mercado que paga bastante bien", reconoce a este diario.
El aceite y el cava catalán, pendientes de Trump
Andalucía también exporta a Estados Unidos hortalizas frescas para ensalada, sobre todo pimientos y tomates, así como la carne de porcino y otros productos elaborados, si bien su peso en relación al total es más reducido. En el caso de Cataluña, las ventas de productos del campo a ese país superaron los 558 millones el último año, alrededor del 3,5% del total de sus exportaciones agrícolas -donde también esta autonomía obtuvo una cifra récord de 15.727 millones-.
En el caso de Cataluña una parte de esos buenos resultados vino del fuerte aumento de las exportaciones de aceites vegetales (1.458 millones, un 13% más). Se dispararon sobre todo las de aceite de oliva a Estados Unidos (+104%), a Italia (+60%) y a Japón (+40%). Y crecieron de forma destacada las de vino y espumosos, con el cava a la cabeza, cuyas ventas aumentaron más de un 10,4% en un solo año.
Para Murcia, región que el año pasado exportó 621 millones de euros en bienes a la primera economía mundial, alrededor del 56% se concentraron en el sector agro (con algo más de 350 millones), seguido de los productos industriales y tecnológicos con un 30,3%; de las bebidas (11% del total) y de los bienes de consumo (2,12%). En apenas tres años, la autonomía ha disparado un 28% las ventas de alimentación (vino incluido) a ese destino que, como señalan desde el sector, ofrece un número considerable de consumidores de alto poder adquisitivo y era, al menos hasta hace no mucho, un mercado estable y fiable.
