Las Fallas, un refugio para el dolor en la zona cero de la dana: «La gente necesita ver alegría en las calles»
Celebrar la vida y renacer de las cenizas. Con ese ánimo festejan estos días sus Fallas algunos de los municipios arrasados por la catastrófica dana del 29 de octubre en la provincia de Valencia. Los casales teñidos de marrón por el barro, que rápidamente se convirtieron en almacenes logísticos de productos de primera necesidad, han vuelto a llenarse de «ilusión». Algunos todavía presentan daños por la barrancada. En localidades como Aldaia o Algemesí, se ha podido cumplir con el programa habitual de festejos, más allá de los aplazamientos de actos que la lluvia ha obligado a hacer. En otras, como Paiporta o Catarroja , se han tenido que adaptar a la situación, a la espera de una ansiada normalidad que no ha llegado todavía a la zona cero de la tragedia casi cinco meses después. En ese contexto, más de mil falleros y falleras, como representantes de los pueblos damnificados, desfilan en la Ofrenda de flores a la Virgen de los Desamparados que se celebra el 17 y 18 de marzo en Valencia. Las diez comisiones de Catarroja han plantado sus ninots en las calles para ofrecer un poco de «optimismo» entre la tristeza por lo ocurrido. «La mayoría de los -200- falleros son del barrio, viven en plantas bajas y han visto sus casas afectadas. El casal, que es como nuestra segunda casa, también. Nos estamos rehaciendo poco a poco », comenta a ABC Javier Pérez, presidente de la Falla l'Albufera, una de las más antiguas del pueblo. «Para mucha gente es necesario poder bajar al casal, hacer vida, sentirse acompañado. Ver que hay actividad, que trabajamos todos juntos y que hay algo de alegría en las calles. Esto a nivel psicológico ha sido muy duro », asevera. Por ello, la programación de este «año especial» va mucho más enfocada a que participen no sólo los falleros, sino cualquier vecino: «Estamos haciendo más actividades para el barrio». En l'Albufera pudieron rescatar los ninots de su falla, guardada en un bajo en el que el agua llegó a los dos metros de altura. La corriente rompió la persiana, pero las figuras no salieron y el artista pudo repararlas. A ello se suma que hace unos días sufrieron un acto vandálico: su carpa apareció rajada. En paralelo, sólo una de las seis comisiones de Paiporta ha decidido plantar la falla que tenía preparada para este año. El resto ha optado por devolver la fiesta a su origen y quemará trastos viejos para que el fuego se lleve también el amargo recuerdo de lo vivido. La Falla Sant Antoni ha aplazado la celebración de su 50 aniversario a 2026 y reservará también los ninots para esa ocasión. En su lugar, un grupo de falleros se ha encargado de plantar una falla hecha de madera, bajo el lema 'Solo el pueblo salva al pueblo' , que simboliza «todo lo que hemos vivido». Este lunes recibieron la visita de Belén Esteban, que les entregó un ninot de parte del programa televisivo en el que colabora. En esta comisión tampoco olvidan que muchos de sus miembros perdieron su indumentaria valenciana en la riada. En la Ofrenda de flores, que se celebra el sábado por las precipitaciones de este martes, «hemos decidido desfilar todos con el polar de la falla para solidarizarnos con los falleros que han perdido sus trajes», explica su responsable de comunicación, Ana Porcú. «Las Fallas unen mucho a la gente. Es importante celebrarlas para poder sentir que avanzas», apunta. Y precisamente, simbolizando esa unión, en la plaza de la Iglesia de Paiporta sigue plantada la falla del proyecto 'SOM' , una iniciativa de la comisión Convento Jerusalén (Valencia) que rinde homenaje a los afectados y a los voluntarios y servicios de emergencias que los ayudaron a salir adelante. La figura central son unas manos que sostienen llamas de vareta iluminadas desde el interior, lo que representa «la luz que une en los momentos más difíciles» . En la base de la falla figuran los nombres de todos los municipios afectados por la dana. No arderá el 19 de marzo, como es habitual. La Cremà se realizará el sábado 22, para que la gente de Valencia y de otras localidades también inmersas en las fiestas josefinas puedan acercarse a ver como el fuego purificador se lleva todo lo malo a las puertas de la primavera.
Celebrar la vida y renacer de las cenizas. Con ese ánimo festejan estos días sus Fallas algunos de los municipios arrasados por la catastrófica dana del 29 de octubre en la provincia de Valencia. Los casales teñidos de marrón por el barro, que rápidamente se convirtieron en almacenes logísticos de productos de primera necesidad, han vuelto a llenarse de «ilusión». Algunos todavía presentan daños por la barrancada. En localidades como Aldaia o Algemesí, se ha podido cumplir con el programa habitual de festejos, más allá de los aplazamientos de actos que la lluvia ha obligado a hacer. En otras, como Paiporta o Catarroja , se han tenido que adaptar a la situación, a la espera de una ansiada normalidad que no ha llegado todavía a la zona cero de la tragedia casi cinco meses después. En ese contexto, más de mil falleros y falleras, como representantes de los pueblos damnificados, desfilan en la Ofrenda de flores a la Virgen de los Desamparados que se celebra el 17 y 18 de marzo en Valencia. Las diez comisiones de Catarroja han plantado sus ninots en las calles para ofrecer un poco de «optimismo» entre la tristeza por lo ocurrido. «La mayoría de los -200- falleros son del barrio, viven en plantas bajas y han visto sus casas afectadas. El casal, que es como nuestra segunda casa, también. Nos estamos rehaciendo poco a poco », comenta a ABC Javier Pérez, presidente de la Falla l'Albufera, una de las más antiguas del pueblo. «Para mucha gente es necesario poder bajar al casal, hacer vida, sentirse acompañado. Ver que hay actividad, que trabajamos todos juntos y que hay algo de alegría en las calles. Esto a nivel psicológico ha sido muy duro », asevera. Por ello, la programación de este «año especial» va mucho más enfocada a que participen no sólo los falleros, sino cualquier vecino: «Estamos haciendo más actividades para el barrio». En l'Albufera pudieron rescatar los ninots de su falla, guardada en un bajo en el que el agua llegó a los dos metros de altura. La corriente rompió la persiana, pero las figuras no salieron y el artista pudo repararlas. A ello se suma que hace unos días sufrieron un acto vandálico: su carpa apareció rajada. En paralelo, sólo una de las seis comisiones de Paiporta ha decidido plantar la falla que tenía preparada para este año. El resto ha optado por devolver la fiesta a su origen y quemará trastos viejos para que el fuego se lleve también el amargo recuerdo de lo vivido. La Falla Sant Antoni ha aplazado la celebración de su 50 aniversario a 2026 y reservará también los ninots para esa ocasión. En su lugar, un grupo de falleros se ha encargado de plantar una falla hecha de madera, bajo el lema 'Solo el pueblo salva al pueblo' , que simboliza «todo lo que hemos vivido». Este lunes recibieron la visita de Belén Esteban, que les entregó un ninot de parte del programa televisivo en el que colabora. En esta comisión tampoco olvidan que muchos de sus miembros perdieron su indumentaria valenciana en la riada. En la Ofrenda de flores, que se celebra el sábado por las precipitaciones de este martes, «hemos decidido desfilar todos con el polar de la falla para solidarizarnos con los falleros que han perdido sus trajes», explica su responsable de comunicación, Ana Porcú. «Las Fallas unen mucho a la gente. Es importante celebrarlas para poder sentir que avanzas», apunta. Y precisamente, simbolizando esa unión, en la plaza de la Iglesia de Paiporta sigue plantada la falla del proyecto 'SOM' , una iniciativa de la comisión Convento Jerusalén (Valencia) que rinde homenaje a los afectados y a los voluntarios y servicios de emergencias que los ayudaron a salir adelante. La figura central son unas manos que sostienen llamas de vareta iluminadas desde el interior, lo que representa «la luz que une en los momentos más difíciles» . En la base de la falla figuran los nombres de todos los municipios afectados por la dana. No arderá el 19 de marzo, como es habitual. La Cremà se realizará el sábado 22, para que la gente de Valencia y de otras localidades también inmersas en las fiestas josefinas puedan acercarse a ver como el fuego purificador se lleva todo lo malo a las puertas de la primavera.
Publicaciones Relacionadas