La promesa de Sánchez de acelerar la subida del gasto militar anticipa nuevos choques con sus socios de izquierda
La disposición de la Moncloa a cumplir con los compromisos europeos y con la OTAN para elevar el gasto militar vuelven a tensar las costuras de la relación...

La disposición de la Moncloa a cumplir con los compromisos europeos y con la OTAN y acelerar el incremento del gasto militar vuelven a tensar las costuras de la relación con los socios ubicados a la izquierda del PSOE. Varias formaciones minoritarias, como Podemos y EH Bildu, se han mostrado contrarias a incrementar la inversión en defensa porque, aseguran, eso supondrá necesariamente la imposición de recortes en el Estado del bienestar. Otros partidos, como ERC, prefieren esperar a la reunión que mantendrán la semana que viene con el presidente Pedro Sánchez antes de pronunciarse. Sumar, por el contrario, se muestra favorable al rearme europeo siempre que sea para una defensa común, pero exige que el grueso del gasto lo asuma la UE y no los Estados.
La reunión que mantuvieron los jefes de Estado y de Gobierno de la UE el pasado jueves fue trascendental no solo porque los Veintisiete pactaran poner en marcha una inversión histórica en defensa, sino también porque, a diferencia de lo que ocurre a veces con lo que se negocia en Bruselas, lo previsto es que ese acuerdo empiece a desarrollarse rápidamente. Una parte del incremento militar, 150.000 millones de euros, saldrá de préstamos europeos. Pero de la mayor parte, 650.000 millones, se tendrán que ocupar los propios Estados miembros, puesto que la idea es que aumenten en un 1,5% de su PIB su gasto militar.
España es uno de los países que menos gasta, de entre los socios europeos, en defensa: en torno al 1,5% del PIB. El objetivo marcado por la OTAN, incluso desde antes del brusco viraje establecido por la nueva Administración estadounidense que preside Donald Trump, es que todos los Estados miembros inviertan al menos el equivalente al 2% de su PIB en esta área, y Sánchez se comprometió en el año 2022 a alcanzar esa cifra de inversión militar mediante aumentos escalonados del presupuesto que debían culminar en el año 2029.
No obstante, ante una situación geopolítica cada vez más incierta y en el marco del plan de rearme de la UE pactado el jueves por los Veintisiete, Sánchez anunció que iba a aumentar el ritmo de ese aumento de la inversión española en defensa para alcanzar el equivalente al 2% del PIB antes del año 2029. El presidente no ofreció detalles sobre cuál será el nuevo calendario para lograr ese objetivo en las partidas de defensa, y afirmó que primero dará explicaciones a los grupos parlamentarios del Congreso en las reuniones que mantendrá con ellos el próximo jueves.
"La intención del Gobierno es seguir la senda de fortalecer esa seguridad", argumentó Sánchez para justificar su cambio de planes. Pero sus socios de izquierdas han recibido con recelos este cambio de posición, aunque por distintos motivos. Sumar, por ejemplo, no se ha mostrado contrario a elevar el gasto militar en Europa "ante el nuevo contexto geopolítico abierto por la agresión militar de Putin en Ucrania y la victoria electoral de Donald Trump", pero sí rechaza que el grueso del esfuerzo recaiga en los Estados miembros de la UE y pide que el rearme se financie, mayoritariamente, a través de deuda comunitaria.
"Europa debe empezar a construir una defensa propia y autónoma" de Estados Unidos, "con capacidades defensivas y de disuasión, para garantizar la paz y la seguridad globales", apuntó Sumar el viernes pasado en un comunicado. Pero eso sí: esa autonomía debe conseguirse, a juicio del partido, a través de un programa de rearme destinado a fortalecer la defensa conjunta y no los ejércitos nacionales de cada Estado miembro. "En lugar de apostar por multiplicar los gastos nacionales", apunta en este sentido la formación, "la prioridad debe ser el despliegue de una nueva financiación europea, fiscalizada democráticamente, que no haga recaer todo el esfuerzo inversor en los Estados miembros, de forma fragmentada y sin coordinación".
ERC, por su parte, se muestra cauta y prefiere esperar a las explicaciones que ofrezca Sánchez en la reunión del próximo jueves para tomar una posición, si bien fuentes de los republicanos admiten que el debate es complicado para ellos y para la izquierda, en general. Por el contrario, Podemos ya ha expresado su posición, y lo ha hecho con virulencia: la semana pasada, la secretaria general morada, Ione Belarra, aseguró que "la UE está haciendo el más absoluto de los ridículos" al no romper con Estados Unidos y, a la vez, defendió que "no hay ni una sola persona que votara a Pedro Sánchez para duplicar el gasto militar y enviar tropas a Ucrania".
"Sánchez dice que se opone a Trump, pero le lame las botas y acelera el aumento gasto militar que ha pedido para llegar antes al 2% del PIB", espetó asimismo el viernes Belarra, que aseguró que "este Gobierno está cavando su propia tumba" y denunció que "cada euro en armas es un recorte a nuestra sanidad y educación publicas". Y ese es el mismo argumento que ha utilizado EH Bildu para mostrarse frontalmente en contra del aumento del gasto en defensa, aunque con mucha mayor suavidad en las formas. "Si se aumenta el presupuesto en defensa, se cercenará el gasto social y perderán las políticas sociales", y eso "solo beneficiará a las grandes potencias y a los grandes intereses de la industria armamentística", argumentó hace unos días el diputado abertzale Oskar Matute.