La NASA cancela el cohete SLS que nos devolverá a la Luna: Trump quiere poner rumbo a Marte con Musk como aliado

El nuevo presupuesto de la administración Trump cambia el programa Artemis: la NASA dice adiós al cohete SLS y la cápsula Orion y elimina la estación lunar Gateway.

May 6, 2025 - 05:46
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La NASA cancela el cohete SLS que nos devolverá a la Luna: Trump quiere poner rumbo a Marte con Musk como aliado

El espacio parece hoy un lugar todavía más difícil de explorar tras conocer los recortes que la Administración de Trump planea para la NASA y los programas espaciales de Estados Unidos. Algunos de estos planes ya habían sido adelantados por el candidato a futuro administrador de la NASA, Jared Isaacman, pero el pasado viernes se confirmaron muchos de ellos.

El mayor de los cambios tendrá que ver con el megacohete de Boeing. El Space Launch System (SLS), fabricado exclusivamente para la NASA y cuyo desarrollo comenzó oficialmente en 2011, tiene los días contados. El presupuesto presidencial para el año fiscal 2026 establece que el cohete del fabricante de aviones estadounidense se cancelará después de la misión Artemis III.

Y eso no es todo: la cápsula Orion, diseñada y manufacturada por Lockheed Martin, correrá la misma suerte después de la tercera misión del programa, el cual que tiene como objetivo devolver a la humanidad a la Luna.

La tercera víctima mortal de la tijera de Trump será, inevitablemente, la estación lunar Gateway, que iba a ser desarrollada junto a socios internacionales para apoyar futuras misiones con el SLS y Orion.

En total, la propuesta económica que plantea el presidente de Estados Unidos y su gabinete para el próximo año recorta el presupuesto para la NASA un 24%, de manera que la agencia espacial pasaría de recibir 24.800 millones de dólares a 18.800 millones de dólares.

4.000 millones de dólares por lanzamiento

Trump considera que el cohete de Boeing es “extremadamente costoso”. No le falta razón: Solo el SLS cuesta 4.000 millones de dólares por lanzamiento y ha superado el presupuesto en un 140%.

Eso sin contar los constantes retrasos que ha vivido este sistema de lanzamiento, cuyo primer vuelo tuvo lugar en noviembre de 2022 como parte de la misión no tripulada Artemis I, unos cinco años después de lo inicialmente programado. Duró 25 días y su objetivo era probar el cohete SLS y la cápsula Orion en condiciones reales antes de llevar a bordo astronautas.

El lanzamiento fue un éxito desde el punto de vista técnico. Sin embargo, el de Boeing no es un cohete reutilizable, lo que incrementa su gasto. Por ello, y por el sobrecoste acumulado, el nuevo presupuesto de Trump quiere financiar “un programa para reemplazar los vuelos del SLS y Orión a la Luna por sistemas comerciales más rentables”.

Elon Musk al rescate

La letra pequeña que no dice este presupuesto, pero que se puede entrever, es quién estará detrás de esos “sistemas comerciales más rentables”. Sobre todo cuando Marte entra en la ecuación desde el primer punto:

“Al asignar más de 7.000 millones de dólares a la exploración lunar e introducir 1.000 millones en nuevas inversiones para programas centrados en Marte, el presupuesto garantiza que los esfuerzos de Estados Unidos en la exploración espacial humana sigan siendo incomparables, innovadores y eficientes”, dice el documento.

Y, si hay un acérrimo defensor de la llegada de humanos a Marte, ese es Elon Musk. Hace tan solo un mes protagonizaba la última polémica al respecto, cuando dijo que él iba a morir en América, ya que si iba a Marte el planeta sería “parte de América”.

Trump ha respaldado abiertamente las intenciones de Musk de llegar lo antes posible al planeta rojo.

Durante su discurso inaugural como presidente, declaró: “Estados Unidos volverá a considerarse una nación en crecimiento, que aumenta su riqueza, expande su territorio, construye sus ciudades, eleva sus expectativas y lleva su bandera a nuevos y hermosos horizontes”. Pero no son unos horizontes cualesquiera: “Perseguiremos nuestro destino manifiesto hacia las estrellas, lanzando astronautas estadounidenses para plantar la bandera de las barras y estrellas en el planeta Marte”.

Para llegar hasta allí, SpaceX está desarrollando Starship, el gigantesco cohete reutilizable con el que planea lanzar las primeras misiones no tripuladas a Marte a finales del año que viene. Sin embargo, a la hora de convertir ese sueño en realidad, la empresa necesitará más que tecnología: harán falta acuerdos internacionales, respaldo gubernamental y miles de personas dispuestas a no volver jamás. Y, además, el megacohete parece avanzar más despacio de lo previsto.

El documento con el presupuesto de la administración de Trump allana el camino, al menos en lo que a respaldo gubernamental se refiere.

Regresar a la Luna antes que China

Una de las prioridades que al parecer están sobre la mesa de Trump con respecto al espacio es volver a pisar la Luna. Pero no solo como un objetivo en sí: quiere hacerlo antes que China y así lo ha transmitido también el futuro líder de la NASA.

“No podemos perder”, sentenciaba Isaacman hace unas semanas. El país asiático confirmó a principios de 2024 que pondría personas en la Luna en 2030. Las últimas fechas ofrecidas por la NASA emplazan la misión Artemis III, que permitirá que los humanos pisen de nuevo la superficie lunar, a mediados de 2027.

Después de Artemis III, cuando el SLS se cancele, los “sistemas comerciales” que vendrán todavía están por confirmar. Pero muchos ponen los ojos en el sistema Starship de SpaceX y su módulo lunar HLS. Otra opción privada sería el módulo lunar Blue Moon Mark 2 de Blue Origin, que debía debutar con Artemis V.

Una decisión que afecta al mundo entero, incluida España

El presupuesto y los recortes que plantea Trump amenazan con cancelar importantes programas científicos que afectan a miles de investigadores de todo el mundo. Pero además anula misiones y programas en los que aliados de EE. UU. desempeñan un papel clave, como por ejemplo la Agencia Espacial Europea.

En particular, la estación lunar Gateway, una estación de investigación y punto de transferencia entre las naves espaciales que se lanzan desde la Tierra y los módulos de aterrizaje que descienden a la superficie lunar. Gateway fue diseñada para orbitar cerca de la Luna y su despliegue inicial estaba previsto en Artemis IV.

Si bien la NASA asegura que los componentes del Gateway ya construidos pueden reutilizarse para otras misiones y que “se invitará a los socios internacionales a unirse a estos esfuerzos renovados”, la realidad es que la cancelación de este proyecto deja en la estacada a Europa y muchos otros países. Y, dentro de la Agencia Espacial Europeo, también deja fuera a España, que podía haber visto cómo un asiento rumbo a la superficie lunar se cubría con un astronauta español.