Mucho más que la extrema derecha que renace en Europa, es la izquierda irredenta la que mira al pasado y vive de sus mantras. Así, mientras a muchos nos sorprende la entrega de los nacionalismos del Viejo Continente a la infalibilidad del dios Trump —más sangrante en el caso de España, porque el caprichoso magnate defiende en Groenlandia lo mismo que McKinley en Cuba y con parecidas razones— la izquierda nos aburre repitiendo consignas hace tiempo superadas. La guerra de Ucrania —nos dicen los líderes de esa izquierda tuerta— obedece a los intereses de la industria de armamento de los EE.UU. Como, al parecer, todas las demás que padece la humanidad. Y, si es así, cualquier medida que tomemos para...
Ver Más