La ingeniería 'made in Spain' sigue sacando músculo en el contexto más complejo
Las empresas constructoras españolas cuentan con una destacada actividad internacional. Nuestro país es una potencia mundial en grandes concesiones de infraestructuras públicas. De hecho, seis empresas españolas se encuentran entre las 50 más grandes del mundo según la revista ENR (Engineering News Record) –publicación referente del sector de las infraestructuras y construcción que revela cada año el ranking de las 250 constructoras más importantes, basado en los ingresos provenientes de contratos realizados fuera de sus países de procedencia–. Estas empresas son ACS, Ferrovial, Acciona, Sacyr, FCC y OHLA. En el negocio de la construcción, aunque España sigue siendo una potencia mundial, la irrupción de las grandes constructoras chinas ha desplazado a las españolas de los primeros puestos que, aun así, coloca siete entre las cien más grandes del mundo, tal y como destaca el informe Global Powers of Construction 2023 elaborado por Deloitte. «La alta capacidad técnica, los innovadores sistemas de gestión y la calidad de los proyectos de las compañías españolas de infraestructuras han posibilitado consolidar su presencia en mercados exteriores y su liderazgo, tanto en el desarrollo y ejecución de contratos de construcción de obra civil, industrial y edificación, como en la gestión de infraestructuras en régimen de concesión y los relacionados con la tecnología del agua», explican desde Seopan, entidad integrada por 37 empresas dedicadas a la construcción y promoción de infraestructuras públicas mediante concesiones, con un volumen de producción anual cercano a los 86.000 millones de euros, proporcionando empleo a más de 338.000 personas, y con una actividad internacional que representa actualmente el 82% de su cifra total de negocio, y el 86% de su actividad en construcción. En 2024 ACS, por ejemplo, comunicaba nuevas concesiones internacionales como la ampliación y renovación del Hospital Regional en Alberta (Canadá), la villa estudiantil para la Universidad de Staffordshire (Reino Unido), una autopista en Atlanta o la línea que unirá Nueva York con Nueva Jersey, mientras que FCC construye la Línea Rubí del Metro de Oporto, una terminal de regasificación en Alemania, un futuro reactor nuclear hospitalario en Holanda o una estación en el metro de Toronto (Canadá). Ferrovial, que en 2024 presentó sus primeros resultados como cotizada en España, Países Bajos y Estados Unidos, obtuvo 14 proyectos, uno de ellos en India por valor de 4.000 millones y otros 2.325 millones en precontratos. Actualmente, entre otros proyectos internacionales, trabaja en el Anillo Vial Periférico de Lima y en 3 líneas de transmisión de la concesión Hub-Poroma, en Perú. La Asociación Nacional de Constructores Independientes (ANCI) es una asociación de empresas constructoras no cotizadas, que desarrollan su actividad en todos los subsectores de la construcción y entre las que se encuentran por ejemplo Aldesa, Azvi, Sando, Rover, Puentes, Sarrión, Lantania o Copasa. «Las constructoras españolas están hoy presentes en todo el mundo, conformando uno de los pilares de la Marca España. Las empresas de ANCI no son una excepción, y en el último año han continuado con una actividad destacada por todo el mundo, consolidando mercados y explorando nuevas oportunidades- afirman desde esta asociación-. Nuestras empresas abordaron hace ya años su internacionalización y en el presente están dejando constancia de su solvencia, 'know-how', experiencia y de los medios técnicos y humanos necesarios para llevar a cabo cualquier proyecto en cualquier parte del globo». De hecho, las empresas asociadas en ANCI tienen proyectos en más de 40 países con numerosos ejemplos destacados en diferentes tipologías de infraestructuras. Algunos de ellos son: en obras lineales de ferrocarriles y metros, la participación en la construcción del Tren Maya (México), megaproyecto de más de 1.500 kilómetros; la prolongación de la Línea 10 hasta Barkarby del Metro de Estocolmo (Suecia); la ampliación de la línea 2C del Metro de Santo Domingo (Rep. Dominicana); o las tareas de mantenimiento durante 12 años de la Línea de Alta Velocidad Medina-La Meca (Arabia Saudí), tras su construcción. «También estamos muy enfocados en realizaciones singulares dentro de la edificación no residencial, del ciclo integral del agua y del sector de la energía como la construcción y operación de los tres Hospitales Red Maule (Chile); la construcción de la planta de tratamiento de biosólidos y Centro de innovación en Al Badaa, dentro del megaproyecto urbano de Neom (Arabia Saudí); o la ampliación del complejo petroquímico Olefins (Polonia), que supone la mayor inversión en la industria petroquímica europea de los últimos 20 años», explican desde ANCI, cuyas empresas concentran el grueso del volumen de su negocio exterior en Latinoamérica y Europa del Este. «Claramente en Latinoamérica confluyen lengua y cultura para explicar la mayor presencia de nuestras empresas en aquellos países. En cuanto a los paí
Las empresas constructoras españolas cuentan con una destacada actividad internacional. Nuestro país es una potencia mundial en grandes concesiones de infraestructuras públicas. De hecho, seis empresas españolas se encuentran entre las 50 más grandes del mundo según la revista ENR (Engineering News Record) –publicación referente del sector de las infraestructuras y construcción que revela cada año el ranking de las 250 constructoras más importantes, basado en los ingresos provenientes de contratos realizados fuera de sus países de procedencia–. Estas empresas son ACS, Ferrovial, Acciona, Sacyr, FCC y OHLA. En el negocio de la construcción, aunque España sigue siendo una potencia mundial, la irrupción de las grandes constructoras chinas ha desplazado a las españolas de los primeros puestos que, aun así, coloca siete entre las cien más grandes del mundo, tal y como destaca el informe Global Powers of Construction 2023 elaborado por Deloitte. «La alta capacidad técnica, los innovadores sistemas de gestión y la calidad de los proyectos de las compañías españolas de infraestructuras han posibilitado consolidar su presencia en mercados exteriores y su liderazgo, tanto en el desarrollo y ejecución de contratos de construcción de obra civil, industrial y edificación, como en la gestión de infraestructuras en régimen de concesión y los relacionados con la tecnología del agua», explican desde Seopan, entidad integrada por 37 empresas dedicadas a la construcción y promoción de infraestructuras públicas mediante concesiones, con un volumen de producción anual cercano a los 86.000 millones de euros, proporcionando empleo a más de 338.000 personas, y con una actividad internacional que representa actualmente el 82% de su cifra total de negocio, y el 86% de su actividad en construcción. En 2024 ACS, por ejemplo, comunicaba nuevas concesiones internacionales como la ampliación y renovación del Hospital Regional en Alberta (Canadá), la villa estudiantil para la Universidad de Staffordshire (Reino Unido), una autopista en Atlanta o la línea que unirá Nueva York con Nueva Jersey, mientras que FCC construye la Línea Rubí del Metro de Oporto, una terminal de regasificación en Alemania, un futuro reactor nuclear hospitalario en Holanda o una estación en el metro de Toronto (Canadá). Ferrovial, que en 2024 presentó sus primeros resultados como cotizada en España, Países Bajos y Estados Unidos, obtuvo 14 proyectos, uno de ellos en India por valor de 4.000 millones y otros 2.325 millones en precontratos. Actualmente, entre otros proyectos internacionales, trabaja en el Anillo Vial Periférico de Lima y en 3 líneas de transmisión de la concesión Hub-Poroma, en Perú. La Asociación Nacional de Constructores Independientes (ANCI) es una asociación de empresas constructoras no cotizadas, que desarrollan su actividad en todos los subsectores de la construcción y entre las que se encuentran por ejemplo Aldesa, Azvi, Sando, Rover, Puentes, Sarrión, Lantania o Copasa. «Las constructoras españolas están hoy presentes en todo el mundo, conformando uno de los pilares de la Marca España. Las empresas de ANCI no son una excepción, y en el último año han continuado con una actividad destacada por todo el mundo, consolidando mercados y explorando nuevas oportunidades- afirman desde esta asociación-. Nuestras empresas abordaron hace ya años su internacionalización y en el presente están dejando constancia de su solvencia, 'know-how', experiencia y de los medios técnicos y humanos necesarios para llevar a cabo cualquier proyecto en cualquier parte del globo». De hecho, las empresas asociadas en ANCI tienen proyectos en más de 40 países con numerosos ejemplos destacados en diferentes tipologías de infraestructuras. Algunos de ellos son: en obras lineales de ferrocarriles y metros, la participación en la construcción del Tren Maya (México), megaproyecto de más de 1.500 kilómetros; la prolongación de la Línea 10 hasta Barkarby del Metro de Estocolmo (Suecia); la ampliación de la línea 2C del Metro de Santo Domingo (Rep. Dominicana); o las tareas de mantenimiento durante 12 años de la Línea de Alta Velocidad Medina-La Meca (Arabia Saudí), tras su construcción. «También estamos muy enfocados en realizaciones singulares dentro de la edificación no residencial, del ciclo integral del agua y del sector de la energía como la construcción y operación de los tres Hospitales Red Maule (Chile); la construcción de la planta de tratamiento de biosólidos y Centro de innovación en Al Badaa, dentro del megaproyecto urbano de Neom (Arabia Saudí); o la ampliación del complejo petroquímico Olefins (Polonia), que supone la mayor inversión en la industria petroquímica europea de los últimos 20 años», explican desde ANCI, cuyas empresas concentran el grueso del volumen de su negocio exterior en Latinoamérica y Europa del Este. «Claramente en Latinoamérica confluyen lengua y cultura para explicar la mayor presencia de nuestras empresas en aquellos países. En cuanto a los países de Europa del Este, las razones se focalizan en la cercanía con nuestro país y vínculos sociopolíticos de la UE –explican desde ANCI–. Sin embargo, cada vez más se observa la apuesta de nuestras constructoras por proyectos en otros países donde las condiciones sociales, la financiación de organismos multilaterales (BEI, Banco Mundial, etc.) y la seguridad jurídica propician un desarrollo de negocio rentable pese a las dificultades culturales y de idioma. Es el caso por ejemplo de áreas como Norteamérica y Oriente Medio. Generalmente éstas últimas se laminan en gran medida mediante consorcios o uniones temporales con empresas locales que hacen una encomiable actividad de guía y mentor inicial ante múltiples instituciones y empresas del país de destino». Las tendencias proteccionistas representan una preocupación creciente para las empresas de este sector. Así lo expresa la Cámara de Comercio de España, debido a su potencial impacto negativo en el sector de infraestructuras y en la economía española en general. «En particular, las medidas proteccionistas (aranceles), pueden obstaculizar el flujo de bienes y servicios, generando disrupciones en la cadena de suministro de materiales y componentes esenciales para la construcción de infraestructuras. En particular, podría afectar negativamente a la exportación españolas de materiales de construcción, maquinaria y elementos afines al transporte (vehículos, material rodante, etc.) -explica Raúl Mínguez, director del Servicio de Estudios de Cámara de España-. Ello podría encarecer los costes de los proyectos de infraestructuras en EE.UU., motivar la escasez de materiales y provocar así retrasos en los proyectos. En última instancia reduciría la competitividad de las empresas del sector. Por otra parte, las políticas proteccionistas pueden disuadir la inversión extranjera directa en el sector de infraestructuras, limitando el acceso a financiación y tecnología. Esto podría frenar el desarrollo de proyectos clave y la modernización de las infraestructuras existentes. En suma, las tendencias proteccionistas representan un riesgo significativo para el sector de infraestructuras español. Debería volverse a la premisa de promoción del libre comercio y la cooperación internacional». Más allá de las corrientes proteccionistas, también hay que destacar el impacto que la incertidumbre sobre la política arancelaria imprime en el deterioro de la confianza de los hogares y las empresas. «Esta incertidumbre, motivada por una política comercial errática e injustificada, puede derivar en la paralización de determinadas decisiones de consumo e inversión, con los consecuentes efectos sobre la ralentización de la actividad», explica Desde ANCI explican a este respecto: «Evidentemente, las empresas constructoras españolas se van a enfrentar a una serie de problemas adicionales si llegan a extenderse y consolidarse dichas tendencias, como puede ser el aumento de la imposición arancelaria a la importación de materiales de construcción o maquinaria de los proyectos en el exterior. Las restricciones normativas locales o las limitaciones a la expatriación de personal especializado podrían crear una serie de dificultades en la ejecución de las obras en países con los que se hayan empeorado las relaciones diplomáticas. Establecer alianzas con empresas locales mediante consorcios o joint ventures siempre facilita solventar las barreras de acceso a la contratación internacional, más aún si se cumple con los requisitos y normativas específicas de cada país».
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