La infracción de tránsito que Nueva York busca erradicar de sus calles con este costoso plan
La iniciativa generó un fuerte debate, ya que conductores, repartidores y pequeños comerciantes alertan que podría impactar negativamente sus actividades diarias y dificultar su trabajo en la ciudad

El asambleísta estatal Steven Raga, representante de Queens, impulsa un ambicioso y costoso plan para erradicar el estacionamiento en doble fila en Nueva York. Su propuesta contempla la instalación de 150 cámaras de vigilancia con un presupuesto de 35 millones de dólares, una medida que busca reducir la congestión vehicular y mejorar la seguridad en las calles. Conductores, repartidores y pequeños comerciantes advirtieron que podría afectar gravemente sus actividades diarias.
Nueva York: la propuesta de multas automáticas con cámaras de vigilancia
La iniciativa de Raga contempla que las cámaras identifiquen automóviles estacionados en doble fila y emitan multas automáticamente. El legislador argumentó que el aumento de vehículos en la ciudad hizo insuficiente la supervisión manual de la policía. “El caos en las calles no solo afecta el tráfico, sino que pone en riesgo a peatones y ciclistas”, expresó en una carta dirigida al presidente de la Asamblea, Carl Heastie, citada por The New York Post.
Raga propuso instalar las cámaras de vigilancia en las zonas más transitadas de Nueva York, donde los conductores estacionan ilegalmente en carriles para bicicletas, áreas de carga comercial o espacios con restricción de aparcamiento. Para financiar el proyecto, solicitó que el costo de los dispositivos se incluya en el presupuesto estatal negociado por los líderes legislativos y la gobernadora Kathy Hochul.
Además, el asambleísta criticó la ineficacia del sistema de denuncias al 311, y aseguró que las quejas sobre vehículos mal estacionados rara vez generan resultados, según señaló en una entrevista en Gothamist. Un informe del Departamento de Investigación confirmó que el Departamento de Policía de Nueva York ignora de manera sistemática estas denuncias, en especial aquellas relacionadas con el uso indebido de permisos de estacionamiento.
Las sanciones se sumarían a las ya vigentes en la ciudad, que incluyen multas por exceso de velocidad, invasión de carriles de autobús y cruces indebidos. En 2024, se emitieron más de 336 mil infracciones por estacionamiento en doble fila, según consigna CBS News. Con la implementación de esta tecnología, esa cifra podría aumentar significativamente.
Las críticas de los comerciantes de Nueva York a la propuesta
Michael King, carpintero de Massapequa, criticó duramente la propuesta del asambleísta: “¿Qué les pasa a los que gobiernan la ciudad?”, cuestionó en declaraciones a The New York Post. “Es como si estuvieran sentados tratando de pensar en formas de cerrar todos los pequeños negocios y deshacerse de quienes vienen a trabajar. No lo entiendo”.
Nick Lutzky, colocador de azulejos, advirtió que la medida podría afectar la logística de las entregas comerciales. “Esto le quita dinero al negocio. Perderán dinero después de que el primer tipo reciba una de estas multas, porque tendremos que ir a lugares donde podamos estacionar, y en la ciudad eso es casi imposible para un camión”, explicó.
Por su parte, Junior Ayella, conductor de reparto, admitió que la idea de las cámaras es buena en teoría, pero considera que los camiones de carga deberían recibir cierta flexibilidad. “No te voy a mentir, es una buena idea”, dijo. “Pero hago entregas por toda la ciudad y muchas veces no tengo otra opción que estacionar en doble fila. La gente se enoja conmigo todos los días, pero no queda más que lidiar con eso”, agregó.
Otros neoyorquinos, en cambio, apoyan el plan. John Robinson, residente del Upper East Side, relató su experiencia con autos que bloqueaban su camino. “Una vez me quedé atrapado media hora porque alguien dejó su coche en doble fila mientras trabajaba en otro edificio. Llegué tarde y me retrasó todo el día”, expresó.
Bobby Kerr, cerrajero en Brooklyn, también respaldó la propuesta tras enfrentar dificultades en su trabajo. “Una vez tuve que conducir sobre la vereda para poder salir de la cuadra. Estábamos de guardia y no podíamos perder tiempo. Es un dolor de cabeza”, comentó.