La hija de Jesulín y Campanario logra que la Justicia le devuelva el 'anonimato' y que Telecinco y Kiko Hernández la indemnicen

La joven, de 21 años e 'influencer' en las redes sociales, recibirá 220.000 euros por el uso indebido de su imagen

Mar 7, 2025 - 12:56
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La hija de Jesulín y Campanario logra que la Justicia le devuelva el 'anonimato' y que Telecinco y Kiko Hernández la indemnicen

La hija mayor de Jesús Janeiro y María José Campanario, Julia, de 21 años, interpuso en 2021 una demanda contra Telecinco (donde se emitía Sálvame) y contra Kiko Hernández por vulnerar su derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen en el transcurso de varios programas en los que además de usar fotos sin su consentimiento de redes sociales, también difundieron aspectos de su vida privada "sin el más mínimo indicio o prueba de lo que se relataba".

La sentencia señala que Julia, que cumplió 18 años en 2021, está en todo su derecho al cumplir 18 años de decidir hasta qué punto quiere continuar con esa trascendencia pública que ha marcado su vida hasta ahora.

"La actividad pública de sus padres, la exposición mediática que estos hayan llevado a cabo previamente, incluso sobre la propia demandante durante su minoría de edad, no la convierte de manera automática en personaje público, mediante una especie de subrogación legal en la expectación mediática que sus familiares han venido creando previamente. Alcanzada la mayoría de edad, es en todo caso prerrogativa personalísima de la demandante el elegir cuál va a ser su conducta ante los medios de comunicación", fija la sentencia que reproduce Hola.

"Julia puede decidir no ser un personaje a pesar de haber sido noticia en el pasado. De hecho, en ningún momento ha dado ningún paso en esta dirección, ni concediendo entrevistas ni participando activamente en ningún tipo de evento del que se pudiera extraer su intención de ser famosa. Nada más lejos de la realidad", afirma la sentencia.

"Empleando esas premisas, sumando las técnicas televisivas e incluyendo la imagen de la demandada obtenida de sus redes sociales se logra dar a la aludida una mera apariencia de figura pública. Sin embargo, dicha apariencia es totalmente impostada, construida ad hoc, sin ningún sustento jurídico o fáctico y, a mayor abundamiento, tenazmente rechazada por la propia aludida en repetidas ocasiones, durante más de cinco meses".

Kiko Hernández aludió, entre otras cuestiones, a las malas relaciones de Julia con sus compañeros de clase, desvelando posibles actos de acoso y agresiones realizados por ella. Le imputó el hecho de haber estado detenida en una comisaría durante una noche por haber sustraído botellas de alcohol y supuestos episodios de consumo de estupefacientes. En todos los casos, recoge el fallo, "la veracidad de las informaciones simplemente brilla por su ausencia".

Ni siquiera su exposición en redes sociales, donde es especialmente activa, resultaría excusa en este sentido. Un punto que la sentencia también aborda más adelante de manera particular. Por tanto, el texto es claro: "La injerencia en la intimidad de la actora es clara y procede en este caso la estimación de la demanda".

Así, se señala que las imágenes y fotografías han sido extraídas de sus redes sociales sin su consentimiento, ya que "no consta probado que la actora haya permitido en ningún caso el empleo de sus fotografías por la cadena demandada".

Quizá uno de los puntos claves de la sentencia. Julia no puede ser considerada un personaje público a pesar de su gran actividad en redes. Un hecho que "en absoluto puede conducir a que a la misma se la entienda como un personaje público".

Tanto la cadena como el que fuera uno de sus colaboradores estrella deberán abonar a la joven 220.000 euros de indemnización: 190.000 Telecinco y 30.000 Kiko Hernández, “en concepto de daño moral, más sus intereses legales".