Primero fueron los delitos y luego llegaron las leyes. Siempre funciona igual, en la vida y también en el fútbol la justicia va algunos pasos por detrás de los hechos. Cuando ayer la UEFA tuvo que emitir un comunicado para asegurar que el tanto de penalti de
Julián Álvarez estaba bien anulado, supimos automáticamente que tenían mala conciencia. Era la constatación fehaciente de que el Atlético había sido perjudicado por el VAR y, por ello, en el mismo comunicado ya anuncian que “la UEFA entablará conversaciones con la FIFA y la IFAB para determinar si la Regla 14 debe revisarse en los casos que un doble toque sea claramente involuntario”. Si pretenden cambiar la regla es porqué saben que el resbalón de la araña, y el levísimo doble toque de balón (si es que llegó a producirse, que sigo sin verlo), no debió ser castigado. El lanzador del penalti no salió beneficiado de un presunto toque imperceptible al ojo humano e indemostrable con toda la tecnología aplicada al futbol. El disparo de Julián no cambia la trayectoria en ningún momento,
Courtois se había lanzado para el otro lado y el delantero colchonero no intentó sacar ventaja de ninguna manera. Llegados a este punto, y tras la anulación, ¿se debería haber repetido el penalti? No es un detalle menor. Lo dieron por No Gol y prosiguió la tanda como si nada. El Atlético de Madrid, de perdidos al río, estaría en su derecho de pedir la impugnación del encuentro entero o, incluso, de la tanda de penaltis. Pero la UEFA de
Ceferin no estará por meterse en este berenjenal, ni incomodará al Madrid, ni pondrá la competición en entredicho. Así pues, ajo y agua mientras un exAtlético como Courtois reparte carnets de victimismo.
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